viernes, 27 de marzo de 2009

Algunas sorpresas en los primeros días en el desierto

Estudio Bíblico realizado el miércoles 25 de marzo de 2009 en BBC

Dios invitó a Su pueblo a reunirse con Él como el Gran Yo Soy, el Soberano Gobernante de toda la creación, usando el nombre que los israelitas no se atrevían a pronunciar: Jahvéh [Jehová]. Este es el Dios que acaba de liberarlos de la mano de Faraón, pero al mismo tiempo Dios estaba tratando de liberar a Israel de la dependencia en sí mismo para que aprendiera a depender de Él. ¿Le resulta familiar esa historia? ¡A mí sí!

Dios escuchó el clamor de los hijos de Israel y sintió compasión por su pueblo y de manera fiel y poderosa comenzó a suplir sus necesidades. Nuestra insuficiencia en la vida no es más que una invitación a experimentar la suficiencia de Dios. Él está siempre atento al clamor y las necesidades de sus hijos. ¿Ha probado usted alguna vez? Tal vez en este preciso momento usted necesita clamar a Dios. Quizás sea el tiempo preciso para que usted deje de confiar en usted y comience a depender por entero de su Dios.

Leamos Génesis 22:14. Aquí aparece Dios identificado como Jahvéh-Jireh que se traduce como “Jehová proveerá” y justo esa es la lección que se va a presentar ahora una y otra vez en el desierto, para que todo el pueblo de Israel aprenda a confiar en la provisión de Dios. Me parece que en cierta medida eso es justamente el Tabernáculo, una imagen de lo que Dios provee para sus hijos. ¿Recuerda que el primer día de estudio le dije que íbamos a caminar con el pueblo de Israel por el desierto? ¿Recuerda que le dije que nuestras vidas también se encontraban atravesando un desierto? Bueno, pues tengo buenas noticias. Dios es el mismo, no ha cambiado ni cambiará. Los seres humanos cambiamos. Nos olvidamos de las bendiciones que Él nos ha dado.

Como el pueblo estaba en el desierto, cada mañana al despertar recordaban que no tenían hogar. Por lo general Dios usa la oscuridad que nos rodea para manifestar su luz en nuestras vidas. En Éxodo 13:17 - 14:31 se nos cuenta la liberación de la esclavitud en Egipto. Al entrar en el desierto el temor se apoderó de los israelitas ante lo desconocido, pero entonces la presencia de Dios se manifestó como una columna de nube en el día y una columna de fuego en la noche. En el desierto Dios suplió todas las necesidades de Su pueblo. Jahvéh-Jireh proveyó (sí, no se llame a engaño, fue Dios y sólo Él) una columna de nube para guiarlos y protegerlos. Lea con detenimiento Éxodo 14:19-20 para que se maraville con lo que ocurre. ¿Sabe por qué pasó eso? Porque Dios siempre se interpone entre Sus hijos y los enemigos de ellos. ¿No siente un salto en su corazón? Lea Éxodo 14:13-14. ¡Esta promesa se sigue cumpliendo hoy! En Salmos 139:1-6 se muestra la misma provisión de Dios. Observe de manera especial el vv. 5. ¿Se da cuenta de que cuando ha estado en peligros la manos poderosa de Dios le ha envuelto y ha estado sobre usted? ¿Cuántas veces Dios le ha librado de peligros y situaciones difíciles?

Me llama mucho la atención que la Luz que dio claridad al pueblo de Israel causó la calamidad y una gran confusión a sus enemigos. Nuestro Dios le revela Su majestad y su Gloria sólo a aquellos que permiten que Él les quite la venda que les cubre los ojos… Sin embargo, los que se niegan a ver, están ciegos a la actividad de Dios.
¿Contra qué enemigo tiene que combatir usted? Invite a Dios a interponerse entre usted y sus enemigos. Él es poderoso y desea protegerle y pelear por usted. Dios en un sólo día había mostrado Su poder a Israel, y tal vez por esta razón el pueblo temió, fíjese lo que dice Éxodo 14:31. En Éxodo 15:1-21 se registra la canción que Moisés y el pueblo cantaron. Me encanta la imagen que pinta Éxodo 15:20 de María, la hermana de Aarón. Salió a cantar con júbilo y alegría para alabar a su Dios. ¿Cómo adoras tú a Dios? No era para menos, Eran libres después de muchos años de esclavitud… ¿Cuánto tiempo lleva usted esclavizado? ¡Dios también quiere liberarle a usted! Lo mismo que hizo con el pueblo de Israel está listo para hacerlo por usted. Tal vez usted, ni siquiera se haya percatado de su esclavitud. Pídale a Dios que abra los ojos de su entendimiento para poder ver la esclavitud en la que se encuentra y pídale a Dios que le libre de ella para que pueda ver Su Gloria. El apóstol Pablo en Efesios 1:18 nos insta a hacer eso.

En Éxodo 15: 22-27 se nos presenta Dios diciendo: “Yo soy Jehová tu sanador” ¿Recuerdan a Jahvéh-Raphey? Ahora el pueblo comienza a experimentar una sed abrazadora. El polvo del desierto reseca las gargantas y el sol parte los labios. El pueblo sentía sed y después de andar por tres días, por fin encontraron agua. Pero Dios les tenía preparada una sorpresa: ¡El agua era imbebible! El agua estaba amarga. ¿Se imagina la frustración del pueblo? Encontrar agua después de tanto andar y que sea “prácticamente inservible”. Pero había algo que el pueblo ignoraba y es que Dios muchas veces escoge satisfacer nuestras necesidades de una manera inesperada, y en algunas ocasiones insólita.

Por favor fíjese en este hecho: dijimos que la columna de nube guiaba al pueblo durante el día, así que cuando la sed los hacía sentirse desfallecer, Dios los llevó hasta la fuente de aguas amargas. De manera que no llegaron hasta donde estaba esta agua imbebible por casualidad. No fue que Dios se equivocara o que Moisés no prestara atención a las indicaciones que le dieron de hacia dónde se debía dirigir. ¿Tendría Dios algún propósito con esto? ¡Yo estoy seguro que sí! Dios tenía un propósito para Su pueblo y tiene un propósito para usted y para mí. ¿Alguna vez le ha permitido Dios que usted pruebe su amargura? La amargura muchas veces no se nota a simple vista, se percibe cuando se prueba. Las aguas de Mara invitaban a sumergirse en ellas, a tomarlas, parecían tan frescas; sin embargo, eran amargas.
Leamos de nuevo Éxodo 15:25. ¿Por qué cree que Dios mandó que arrojaran un árbol para hacer que las aguas se convirtieran en aguas dulces y tomables? 1 Pedro 2:24 nos da una “pista”. ¿Se da cuenta que fue por medio de “un árbol” que en el Calvario todas las aguas amargas de todos los tiempos fueron hechas dulces? Es sólo cuando invitamos al que fue clavado en “ese árbol” a zambullirse en nuestros corazones, que podemos comenzar a conocer la frescura del agua dulce. El árbol de Éxodo 15:25 se sumergió en el agua y absorbió toda la amargura existente para dejar dulce el agua. De la misma manera, nuestro Salvador purificó de inmediato las aguas amargas de nuestras vidas por medio de su sacrificio perfecto, cuando todos los pecados de la humanidad se acumularon sobre Él (2 Corintios 5:21). Y es por eso que ahora, por medio de Él, nuestro espíritu se puede teñir del mismo color que el Espíritu de Cristo y volverse: ¡Blanco como la nieve! Observe algo más, el árbol debía ser CORTADO para poder ser lanzado en el agua para absorber la amargura. Jesús tuvo que ser cortado de la tierra, veamos Isaías 53:8

En Éxodo 15:26 Dios se presentó como Jahvéh-Raphey que traducido es Jehová tu Sanador; y mostró Su poder sobre la enfermedad más común y más extendida en la humanidad: ¡La amargura! Esta enfermedad es tan común y contagiosa que se la transmitimos a nuestros hijos. Hay muchos cristianos que tratan de enmascarar su amargura haciendo cosas. Siempre se les ve haciendo algo “bueno”. Pero el problema es que la amargura no se puede pasar por alto, ni se puede ignorar. Hay que sanarla de raíz y sólo Cristo puede hacerlo. Otras personas pueden encaminarlo hasta Jesús, pero usted es el que tiene que asistir a la cita. Usted tiene que conocer personalmente al Sanador y pedirle que le sane.

Después de Mara los israelitas fueron a otro lugar completamente diferente. Leamos Éxodo 15:27. ¿Se da cuenta que después de Mara viene Elim? Para los que confían en Dios, siempre después de un Mara Él nos conduce a un Elim. En este lugar había doce fuentes y 70 palmeras. Observe que se dan dos cifras: 12 y 70. Dios vuelve a unir estos números en los Evangelios, leamos Lucas 9:1 y 10:1. Los Doce salieron a representar a Cristo y de ellos surgieron 70 obreros listos para la cosecha. Si queremos que Dios use al máximo nuestros dones tenemos que acampar junto a las fuentes de la “sanidad”, hay que desechar la amargura de nuestras vidas Y para sanar, necesita comenzar por perdonar. ¿Ha escuchado alguna vez a alguien decir: “Yo perdono pero no olvido”? Lamentablemente en muchas iglesias cristianas hay más de una persona que practica este principio. ¿De dónde tomaron esta idea? De seguro que no fue en la Biblia. Déjeme decirle algo: Satanás es el padre de la amargura, del resentimiento, del odio, de la envidia y de muchas cosas más que florecen con la amargura.

Leamos Isaías 55:1-3 y el 6 en la mayoría de la ocasiones las experiencias difíciles nos enseñan más que los castigos. Leamos Salmos 63:1 y Salmos 147:3. Estoy convencido de que la sanidad es un esfuerzo que hay que realizar en conjunto. Dios siempre va a hacer su parte, pero es necesario que usted haga la suya. Recuerde que al otro lado del Mara le esperan la paz las aguas dulces y cristalinas y las hermosas palmeras de Elim que se bambolean con el suave viento que refresca. Permítale a Dios que le lleve allí. No haga resistencia. Saque toda la amargura de su corazón. Perdone a todos los que le hayan ofendido y busque a Dios como lo hizo el primer día que lo conoció y se entregó a Él.

Éxodo 16 sigue contando la maravillosa historia de la provisión de Dios para su pueblo. Recordemos que hemos hecho 2 escalas pero hemos estado en tres lugares: Shur, Mara y Elim, y ahora vamos a seguir nuestro viaje con el pueblo de Israel hasta llegar a Sin. Leamos Éxodo 16:1-4. Observe algo peculiar que veo aquí y es que no siempre las pruebas de Dios son privaciones. Dios nos puede probar por medio de la abundancia y la prosperidad. Yo pienso que es más difícil ser fiel en la prosperidad que en la adversidad. Había un refrán en mi país de origen que decía: ¡Ese se acuerda del santo, cuando truena! ¿Y sabe por qué sucede eso?
Es que Satanás siempre trata de convencernos de que todo lo que tenemos nos lo merecemos por nuestro esfuerzo, trabajo, inteligencia, dedicación… Esta es otra de las mentiras de Satanás, que se aprovecha ya que sabe que cuando tenemos mucho, tendemos a olvidar de dónde viene, por eso fue que Dios puso a prueba a Su pueblo, para que aprendiera la lección. Fíjese todo lo que ha sucedido hasta aquí, desde las diez plagas hasta la salida de Egipto, la división del mar, la destrucción del ejército de Faraón, Mara y Elim. Parece como si Dios le hubiera dicho: “Ahora te daré la prueba más difícil, dejaré que te acostumbres a mi presencia”. ¿Alguna vez ha tenido un bote de basura en la puerta de entrada de su casa? ¿Sabe una cosa? Al pasar los días se acostumbra a él de tal manera que ya no lo nota. Tiene que venir alguien de afuera y llamarle la atención para que se dé cuenta. Dios le dijo, vas a comer cada día de mi pan, ¿te maravillarás o te enfriarás? ¿Se ha acostumbrado usted a Dios? ¿Le parece que ya lo sabe todo sobre Él? ¿Cuándo fue la última vez que se puso de rodillas al darse cuenta de que Dios decidió morar en usted y desde que entró en su vida no le ha abandonado? ¿Sabe que a esa pasión que produce el fuego del Espíritu en nuestros corazones se le llama el Primer Amor?

Te invito a que medites conmigo escuchando esta canción del grupo Tercer Cielo que se llama precisamente “Primer Amor” y trata sobre los efectos devastadores que tiene para la vida del cristiano el apagar ese primer amor.

Apocalipsis 2:1-5

1 comentario:

  1. Me gusta mucho que le haya puesto videos con musica critiana, eso me ayuda mucho y me hace posible tener un tiempo de adoracion y alabanza relacionado con el estudio.

    Bendiciones
    Margarita Zuniga

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Le agradezco mucho su comentario.
Oscar