miércoles, 1 de julio de 2009

Bienvenidos a Caná de Galilea (Parte 1)

Todos están invitados a la boda que se está celebrando…
Juan 2:1-11
1Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
2Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
3Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
4Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
5Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.
6Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.
7Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.
8Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.
9Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,
10y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.
11Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
Analicemos un poquito el contexto en el que se realiza el primer milagro: La referencia al 3er día, indica sin lugar a dudas, que ya llevaban tres días de fiesta. De acuerdo con el Apóstol Juan, la boda se celebró tres días después de la introducción de Jesús que hizo Juan el bautista. Justo de Judea a Caná el viaje demoraba, en aquel tiempo, unos tres días de camino.
Me parece que podemos inferir de la historia narrada por Juan que los novios no eran ricos pues las provisiones no estaban sobrantes o en mucha abundancia. ¿Cómo eran las bodas en esos tiempos en Palestina? Eran una gran celebración, en nada parecida a nuestras bodas en la actualidad. No solo por la seriedad del compromiso sino porque se celebraba en grande. Las fiestas duraban varios días en los que los invitados bebían y comían con los novios y se regocijaban y alegraban con ellos. Este era un gran momento que se había planificado con mucho tiempo. Los invitados eran personas muy cercanas a los novios.
Quiero llamar la atención al hecho de que este milagro solo aparece relatado en el Evangelio de Juan y ha dado lugar a muchas controversias y a la creación de falsas doctrinas a partir de interpretaciones erróneas. Observemos algo interesante que relata Juan: “…y estaba allí la madre de Jesús”. María había sido invitada y por supuesto había llegado al comienzo de la celebración. Juan añade que “… fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos”… Los eruditos bíblicos estiman que todo parece indicar que María tal vez fuera pariente o a lo menos muy amiga de la novia y que por esta razón, invitaron a Jesús. Es muy poco probable que la novia hubiera invitado a los cinco discípulos que acompañaban a Jesús cuando este llegó, ya que hacía muy poco tiempo que ellos andaban con Jesús. La expresión griega usada es eklethe de kai lo cual parece indicar que los discípulos llegaron con Jesús sin haber sido previamente invitados y que a última hora habían sido invitados, tal vez por compromiso, porque ya estaban allí y hubiera sido muy feo y de mal gusto rechazarlos. Al mismo tiempo, esta parece ser otra evidencia de la gran amistad o relación familiar de María con la novia. Jesús había estado muy ocupado en Judea y probablemente se apareció sin algún presente, y ni qué pensar de los discípulos. Me imagino la escena, y pienso qué hubiera ocurrido si hubiera sido mi mamá en lugar de María. De seguro me hubiera dicho: “Mira cuando te vienes a aparecer y como si fuera poco, con esos ‘amigotes’ que te has echado y por si fuera poco, con las manos vacías”. [Claro está que esto es pura especulación de mi imaginación].
Entonces ocurrió algo; el versículo tres dice: “Y faltando el vino”,… Como ya dije, al parecer los novios eran pobres y se acabó el vino en la fiesta. Probablemente no habían comprado mucho y es posible que la llegada de Jesús con sus discípulos ayudara a que se terminara el vino, antes de que se acabara la fiesta. Lo más probable que Jesús no llevara vino a la fiesta, dada su pobreza y al hecho de que iba a llegar cuando la fiesta ya estaba casi por terminarse.
Voy a usar la versión de la Biblia llamada Nacar-Colunga para leer Juan 2:3: “No tenían vino, porque el vino de la boda se había acabado. La madre de Jesús le dijo: No tienen vino…” En el Evangelio de Juan, a María nunca se le llama por su nombre. Observe con cuidado que María solo le hace una observación a Jesús, le da una información, pero no le da una orden.
Yo llego incluso a considerar que hay tres posibilidades por las que María, tal vez, pudo haber hecho este señalamiento:
a. Una sugerencia para que Jesús y sus amigos se fueran de la fiesta en ese momento.
b. Una petición para que entretuviera a los invitados para que no notaran que no había vino, tal vez dando alguna de las enseñanzas que ella sabía muy bien que Jesús solía hacer.
c. Una llamada suplicante para que hiciera ALGO a favor de aquellos novios que permitiera a los mismos salir de esta embarazosa situación.
No existe algún fundamento bíblico para decir que María le dio una orden a Jesús y que este la cumplió. En esta interpretación equivocada, se basan algunos para conferirle a María un “poder” intercesor”. La palabra λέγε (lego) significa hablar, decir, en ningún caso tiene el sentido de DAR UNA ORDEN.

Por otra parte. Durante muchos años ha habido un gran debate en torno a la naturaleza de este milagro
de Jesús. Mucha gente se ha preguntado si en verdad era vino lo que estaban tomando.
Antes de aventurarnos en dar una respuesta sería bueno que buscáramos alguna información.
¿Cómo se usaba el vino en esa época?
Mañana abordaremos ese tema y seguiremos estudiando otros aspectos de este milagro

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Oscar