lunes, 30 de mayo de 2011

Éxodo 35 al 40, FINAL

Dar con generosidad, Éxodo 35:20-29; 36:4-7

Aunque tengo un estudio completo sobre el tabernáculo en los archivos de esta página, hay algunas cosas que deseo destacar. Cuando leemos las instrucciones para la construcción del tabernáculo, nos percatamos que esta no era una tarea secundaria. Tanto el mobiliario como el tabernáculo en sí requerían de una extraordinaria cantidad de oro, el lino y la madera que se debía usar eran extremadamente costosas. Moisés pudo haber establecido un impuesto obligatorio para colectar el dinero necesario, pero en lugar de eso llamó para que se hicieran ofrendas voluntarias. Veamos lo que dicen las Escrituras:

20Y salió toda la congregación de los hijos de Israel de delante de Moisés. 21Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras. 22Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrenda de oro a Jehová. 23Todo hombre que tenía azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, o pieles de tejones, lo traía. 24Todo el que ofrecía ofrenda de plata o de bronce traía a Jehová la ofrenda; y todo el que tenía madera de acacia la traía para toda la obra del servicio. 25Además todas las mujeres sabias de corazón hilaban con sus manos, y traían lo que habían hilado: azul, púrpura, carmesí o lino fino. 26Y todas las mujeres cuyo corazón las impulsó en sabiduría hilaron pelo de cabra. 27Los príncipes trajeron piedras de ónice, y las piedras de los engastes para el efod y el pectoral, 28y las especias aromáticas, y el aceite para el alumbrado, y para el aceite de la unción, y para el incienso aromático. 29De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra, que Jehová había mandado por medio de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria a Jehová".

Pero ellos estaban en el desierto, ¿de dónde sacaron estas riquezas y los materiales necesarios? ¿Se recuerdan de Éxodo 12:35-36? “…E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro, y vestidos. 36Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios”. Es posible que después de salir también hayan comprado algunos materiales a los beduinos en el desierto, pues al vivir en esclavitud en Egipto, carecían de muchas de las cosas que necesitarían en el desierto.

Considero que esta es una importante lección de debemos todos aprender. Nosotros SERVIMOS a Dios fielmente, cuando damos con generosidad para su obra. Este es uno de los mayores males de los tiempos modernos. Acostumbro a jaranear con algunos amigos pastores y decirles, cuando bautices a la gente, no olvides decirles que tienen que llevar también la cartera para que sea también bautizada. Simplemente no entendemos que somos “administradores” y no dueños de lo que poseemos.

Vemos como el pueblo de Israel dio generosamente y con entusiasmo, hasta el extremo de que los encargados de la obra tuvieron que venir a Moisés y decirle: “…Y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana. 4Tanto, que vinieron todos los maestros que hacían toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía, 5y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que Jehová ha mandado que se haga”. Éxodo 36 3b-5. Se imagina lo que pasaría en su iglesia si el pastor tuviera que pararse el domingo y decir: Por favor, no traigan diezmos esta semana ni hagan ofrendas pues ya tenemos demasiado dinero y no tenemos qué hacer con el que hay. Tal vez se esté riendo, pues eso justo fue lo que tuvo que hacer Moisés. Me llama la atención en este hecho, no solo la generosidad de la gente del pueblo de Israel, sino también la honestidad de los constructores.

Completando la obra, Éxodo 39:32-43

32Así fue acabada toda la obra del tabernáculo, del tabernáculo de reunión; e hicieron los hijos de Israel como Jehová lo había mandado a Moisés; así lo hicieron. 33Y trajeron el tabernáculo a Moisés, el tabernáculo y todos sus utensilios; sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus columnas, sus basas; 34la cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo, la cubierta de pieles de tejones, el velo del frente; 35el arca del testimonio y sus varas, el propiciatorio; 36la mesa, todos sus vasos, el pan de la proposición; 37el candelero puro, sus lamparillas, las lamparillas que debían mantenerse en orden, y todos sus utensilios, el aceite para el alumbrado; 38el altar de oro, el aceite de la unción, el incienso aromático, la cortina para la entrada del tabernáculo; 39el altar de bronce con su enrejado de bronce, sus varas y todos sus utensilios, la fuente y su base; 40las cortinas del atrio, sus columnas y sus basas, la cortina para la entrada del atrio, sus cuerdas y sus estacas, y todos los utensilios del servicio del tabernáculo, del tabernáculo de reunión; 41las vestiduras del servicio para ministrar en el santuario, las sagradas vestiduras para Aarón el sacerdote, y las vestiduras de sus hijos, para ministrar en el sacerdocio. 42En conformidad a todas las cosas que Jehová había mandado a Moisés, así hicieron los hijos de Israel toda la obra. 43Y vio Moisés toda la obra, y he aquí que la habían hecho como Jehová había mandado; y los bendijo”.

Para mucha gente la lectura de Éxodo 36:8 al 39:43 resulta aburrida pues parece que no es más que una repetición de los capítulos 26 al 28. Pero hay una gran diferencia. Los primeros capítulos le dicen a la gente lo que tenían que hacer. Los capítulos finales, narran lo que la gente hizo. Posiblemente usted esté de acuerdo conmigo en que hay una gran diferencia entre lo que hay que hacer y lo que se hace. El versículo 43 es uno de los grandes pasajes de la Biblia, muchas veces ignorado, dice textualmente: Y vio Moisés toda la obra, y he aquí que la habían hecho como Jehová había mandado; y los bendijo.

Todos nosotros tenemos tareas que Dios nos han dado que van más allá de nuestros trabajos e incluso del cuidado a nuestras familias, bien puede ser en el departamento de cunas cuidado los niños, o visitando a los enfermos o a los encarcelados, ayudando en el mantenimiento y/o la limpieza del edificio, ayudando en trabajos en la comunidad, o en las tareas de ayuda a los damnificados. Lo importante es que entendamos que además de adorar en la iglesia, tenemos que crecer en la gracia que hemos recibido y que debemos servir de bendición am otros.

Sigamos la dirección de Dios, Éxodo 40:34-38

“34…Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. 35Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba. 36Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; 37pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. 38Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas”.

No siempre tenemos una idea precisa acerca del conocimiento que el pueblo de Israel tenía de Dios. Es cierto que Jesucristo vino a revelar el plan completo de Dios, pero esto no debe llevarnos a pensar que los patriarcas y el pueblo de Israel no conocieron a Dios de manera personal e íntima.
La lectura de este último pasaje de nuestro estudio del libro de Éxodo es el perfecto final. Imagine por un segundo esta monumental construcción en medio del desierto y la columna de nube y de fuego. Piense que los esclavos ahora eran una nación que tenían la presencia visible de Dios entre ellos que demás les indicaba el camino que debían de seguir.

Nosotros no tenemos una columna de fuego que nos guie por donde debemos de ir, nosotros caminamos por fe y somos bendecidos por haber creído sin ver: “…Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”. Juan 20:29. Pero nuestra tarea es semejante a la del pueblo de Israel, somos extranjeros y peregrinos en este mundo y somos los seguidores de Él, que seguimos un tabernáculo no hecho por mano de hombres: “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación”…

1 comentario:

  1. muy buena reflexión, Dios estría contento conque hagamos más x él que solo hablar de él.

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Le agradezco mucho su comentario.
Oscar