sábado, 20 de agosto de 2011

Enfrentando los cambios confiando en los planes de Dios, III Parte, Final

Vamos a continuar el estudio iniciado hace dos semanas. Igual que dije la semana anterior, el bosquejo fue hecho por un amigo a quien aprecio mucho que acaba de perder su empleo y dio este estudio al equipo de líderes que trabajaron bajo su dirección por varios años, para explicar su renuncia al cargo que desempeñaba . Puede ver los dos estudios anteriores en esta misma página.
Quiero comenzar contestando a dos comentarios que me han hecho varias personas en esta semana:

a. ¿Por qué es tan largo este estudio? Bueno no estoy escribiendo en Twitter, ni siquiera en Facebook. Es como diría mi padre: “A gusto del consumidor”. ¡Usted lee hasta que quiera!
b. ¿Por qué este estudios está en tres partes? Bueno, tal vez la respuesta anterior ayude a explicar esta pregunta. Para no hacerlo demasiado extenso, si cabe esa explicación.

Nada, que algunos de mis lectores son exigentes y difíciles de complacer. Espero que usted no sea uno de ellos, y si lo fuera, le ruego que sea condescendiente conmigo.

Cuarto y último principio: Concéntrese en el plan de Dios, aunque usted no conozca ese plan

11Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. 12Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; 13y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. 14Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar”. Jeremías 29:11-14

Observaciones y aplicaciones:

1. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros… La palabra hebrea que transliterada se escribe machashabah, o machashebeth y que la versión de la Biblia de Reina Valera traduce como pensamiento, también aparece usada en la Biblia en seis ocasiones con un sentido más claro de “propósito” o plan. Una de las cosas más importantes que debemos aprender y tener muy presente es que Dios tiene un plan para nosotros. Él conoce ese plan aunque nosotros no lo conozcamos.

2. "pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis"… Dios tiene un plan para nosotros y ese plan es bueno. Es un plan BUENO, que es para nuestro bien, aunque en este momento pueda parecer un desastre. Ese plan nos asegura un futuro, es un plan que nos da esperanza. Es importante que entendamos, que sin importar la situación que estemos enfrentando, debemos tener presente que podemos afirmar sin tener alguna duda que: “sin importar lo que esté pasando, Dios tiene un plan bueno para nosotros y tiene el control sobre las circunstancias que estamos enfrentando”.


3. me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; 13y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.

Prestemos atención a la serie de acciones que enumera el profeta:
• Invocaréis
• Vendréis
• Oraréis
• Buscaréis
• Hallaréis

Tal vez el hecho más importante y al cual debemos dedicar nuestra atención es que el plan que Dios tiene para nosotros es un plan para que nuestra relación con Él crezca y se fortalezca. Él valora más esto que cualquier otra cosa en nuestras vidas.

4. Y seré En la medida en que nos volvamos a Dios, Él responderá. Observemos la secuencia:
• os oiré
• me hallaréis
• haré volver vuestra cautividad
• os reuniré de todas las naciones
• os haré volver al lugar de donde os hice llevar

El plan que Dios tiene para nosotros no funciona de un solo lado. Él usa todas las circunstancias y situaciones que se presentan en nuestras vidas para llevarnos a cada uno de nosotros a: llamar, venir, orar, buscar, y clamar por Él. Y en la medida que lo hagamos, Él va a responder oyendo, prestando atención a nuestras demandas, dejando que nos encontremos con Él, restaurando y restituyendo.

CONCLUSIONES:

¿Cómo podemos descansar en el plan de Dios? Un buen lugar para comenzar es concentrándonos en el mensaje de Dios en Jeremías 29:1-15. Aquí encontramos algunos principios invaluables:

1. Ya que los planes de Dios se basan en una relación, se hacen realidad a pesar de nuestra situación cambiante.

2. El plan de Dios para nuestras vidas es desarrollar una relación nueva, intensa y real con Él que es diferente y mejor que cualquier otra relación que pudiéramos haber tenido antes con Él.

3. Los planes de Dios para nosotros son personales. No importa en qué punto nos encontremos, siempre hay lugar para crecer y mejorar. Cosas buenas pueden suceder en la medida en que nos entregamos y concentremos en hacer los planes de Dios. El plan de Dios nos incluye a todos, desde los más espirituales a los más prácticos.

4. El propósito principal del plan de Dios para nosotros es que lo podamos descubrir a Él. Dios es el plan. Él es el resultado. ¡Él no es un medio para obtener un resultado!

5. Los planes de Dios para nosotros pueden incluir una mejoría y un cambio en las circunstancias tales como: mejoría en la salud, aumento en la prosperidad, o un éxito mayor en nuestro trabajo. Pero incluso si estas son características de su plan futuro para nosotros, Dios, y no estas características deseables debe ser el centro. Cómo vienen estos cambios, si es que vienen, es más importante que cuándo vienen ni en qué cantidad vienen.

Nuestras vidas, de manera natural, se concentran en tener mejores circunstancias. Hacemos planes para crecer los negocios, para fortalecer los ministerios, para que crezcan las iglesias, para proteger a nuestras familias, para mejorar nuestra salud, y muchas otras “buenas” metas. Dios sabe que estas cosas llaman nuestra atención, pero establece de manera clara que Su plan para nosotros se basa en establecer una relación mejor con Él.

Dios sabe que cualquier situación o circunstancia, será para nuestro bien, si esta nos lanza a tener una relación más estrecha con Él. Cualquier situación, será terrible y de muy malas consecuencias, si nos aleja de Dios.
En última instancia el plan de Dios para nosotros es Él mismo, una relación verdadera con Él que va más allá de cualquier circunstancia o posibilidad. Una relación estrecha con Dios es el tesoro precioso escondido en el campo o es la perla de gran precio.

Si logramos tener esta clase de relación con Dios y lo perdemos TODO en el mundo, no habremos perdido mucho. Pero si ganamos a todo el mundo, pero perdemos nuestra relación con Dios, lo habremos perdido TODO. Un hombre de Dios dijo: “No es tonto el que pierde lo que no puede conservar por ganar lo que no puede perder”.

Si establecemos esto por meta en nuestras vidas, podremos decir: “Yo espero confiado en los planes de Dios para mi vida”.

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Oscar