martes, 31 de enero de 2012

Soy un miembro de la iglesia

Por Dr. Thom S. Rainer

USADO CON PERMISO DEL AUTOR.

Soy un miembro de la iglesia
Trataré de ser una fuente de unidad en mi iglesia. Sé que no hay pastores, líderes u otros miembros de la iglesia que sean perfectos. Pero yo tampoco soy perfecto. No seré una fuente de chismes, críticas o disensiones. Una de las mayores contribuciones que puedo hacer es luchar, con la ayuda del poder de Dios, para ayudar a mantener la unidad en mi iglesia.

Soy un miembro de la iglesia.
No me permitiré el lujo de tratar de hacer que mi iglesia funcione de acuerdo con mis deseos y preferencias. Esa es una actitud egoísta. Yo estoy en mi iglesia para servir a los demás y para servir a Cristo. Mi Salvador fue clavado en una cruz por mí. Yo puedo ser capaz y tratar de comprender y adaptarme a cualquier asunto que simplemente no sea de mi agrado o estilo sin molestarme.

Soy un miembro de la iglesia.
Y cada día oro por mi pastor. La obra que él hace es interminable. Sus días están llenos de constantes demandas de su tiempo que se añaden a la necesidad de preparar sermones, dedicar horas a su estudio personal de la Biblia y pasar muchas horas en oración. Mi pastor tiene que gozarse con quienes se regocijan por el nacimiento de un nuevo miembro de la familia; y llorar con aquellos que están atravesando por el Valle de sombra de muerte. Mi pastor tiene que lidiar con las críticas y tiene que ser sensible ante los que sufren y también tiene que dar ánimo y reforzar las esperanzas de los demás. Pero él además tiene la necesidad de ser un buen esposo y padre. Mi pastor no puede hacer lo que nuestra iglesia demanda de él con sus propias fuerzas. Por eso yo ruego a Dios por él cada día, para que Él le fortalezca y le proteja al igual que a su familia.

Soy un miembro de la iglesia
Me gusta la metáfora de la membrecía. Eso no es como pertenecer a una organización cívica o a un country club. Este es el tipo de membrecía que se nos ha dado en 1 Corintios 12 “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular " (I Corintios 12:27). Porque soy un miembro del cuerpo de Cristo, debo ser un miembro que funcione. No importa si soy un "ojo", una "oreja" o una "mano". Como un miembro que funciona, voy a dar, voy a servir, voy a ministrar, voy a evangelizar y voy a estudia la Palabra. Buscaré ser una bendición para otros. Voy a recordar que:”… si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”.
1 Corintios 12:26.

Soy un miembro de la iglesia.
Voy a ayudar a mi familia para que también sean buenos miembros de mi iglesia. Voy a orar con mi familia por nuestra iglesia. Vamos a adorar juntos en nuestra iglesia. Vamos a servir juntos en nuestra iglesia. Y pido a Dios que nos ayude, como familia, para que podamos amar más profundamente a esta iglesia, porque sabemos que Jesús dio su vida por ella.

Soy un miembro de la iglesia.
Y estoy muy agradecido porque esta membrecía es un regalo. Cuando recibí el regalo de la salvación por medio de Jesucristo, me convertí en una parte del cuerpo de Cristo. Después me comencé a reunir con una iglesia local y fui bautizado en ella. Hoy reconozco con humildad el honor que he recibido y el privilegio que tengo de poder servir y amar a otros en nuestra iglesia. Ruego a Dios que nunca yo pueda considerar que merezco esta membrecía, y que siempre tenga presente que es un regalo de Dios y una oportunidad para servir a los demás y para ser parte de algo que es mucho más grande que cualquier persona o miembro.

Soy un miembro de la iglesia.
Y le doy gracias a Dios que me permitió serlo.

Publicado en: http://www.thomrainer.com/2012/01/i-am-a-church-member.php en 25/01/2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Le agradezco mucho su comentario.
Oscar