miércoles, 29 de febrero de 2012

¿Por qué no somos efectivos?

¿Se ha preguntado alguna vez por qué las campañas de evangelismo perdieron el efcto que tenían en el siglo pasado?
¿Se ha preguntado alguna vez por qué una persona que usted conoce y que lleva asistiendo a la iglesia muchos años actúa como si no fuera cristiana?
¿Se ha preguntado que podría hacer para que sus vecinos o familiares no cristianos conocieran a Cristo?

Déjeme contarle una experiencia. Hace unos años, mi esposa y yo decidimos construir una casa en un nuevo reparto en una zona de la ciudad que es muy buena. Tuvimos la bendición de encontrar una casa en una subdivisión que se iniciaba. El precio que obtuvimos fue muy bueno, la parte mala es que la nuestra fue la tercera casa en construirse de un total de más de trescientas que se construirían, por lo cual, no conocíamos qué vecinos tendríamos.

Recientemente, parece que personas que no pertenecen al vecindario han sabido del buen ambiente que caracteriza a nuestra subdivisión y en los últimos meses, he atendido varias veces a testigos de Jehová que han tocado en la puerta de mi casa, y también a unos misioneros mormones. En otras palabras, misioneros de algunas sectas religiosas nos han visitado a nosotros y a nuestros vecinos.

Hace poco, después de una de estas visitas, volví a entrar en la casa y como de costumbre mi esposa me preguntó: “¿Quién era?” Y yo simplemente respondí: “De nuevo eran los testigos de Jehová”. A lo que ella dijo: “¿Sabes? Esto me da tristeza. Esta gente ha estado por toda nuestra calle hablando de una religión falsa con nuestros vecinos. ¿Por qué los cristianos no salimos a presentarles la verdad?”

Un domingo en la mañana, después del segundo culto de adoración en nuestra iglesia y en lo que se preparaba para el tercer culto, me encontraba en el Centro de Discipulado cuando vino una amable señora a saludarme. Su rostro me era familiar, pero no tenía una idea de dónde la conocía. Ella me saludó muy afectuosamente y pienso que se dio cuenta de mi turbación, porque me hizo una pregunta que he escuchado muchas veces: ¿No se acuerda de mí? En estas ocasiones trato de ganar tiempo en lo que pongo a rodar a toda velocidad mi memoria para tratar de agarrar alguna pista. La señora me dijo, en medio de mi turbación, yo soy su vecina que vive cruzando la calle. ¡Claro que sí! Ahora la reconocía. Pero mi cerebro dio un vuelco. Ella es iraní, me dije, y su madre es musulmana al igual que su hermana. ¿Cómo es que ella está aquí? Queriendo salir de mi penosa situación le dije: ¿Y qué, nos está visitando? Y su respuesta me quitó el poco aire que me quedaba. Me dijo: "¡No yo soy miembro de esta iglesia!

Ese domingo pasé una tarde muy mala. El problema no es que yo no sabía que ella era cristiana. El verdadero problema es que ella no sabía que YO era cristiano. Es evidente que a lo menos, a los ojos de ella, yo no era muy diferente al resto de los vecinos. ¡Y ese es en realidad el problema que tenemos hoy! Los cristianos NO SOMOS DIFERENTES A LOS DEMÁS.

¿Saben sus vecinos que usted es cristiano? ¿Ha tratado de hablarles del evangelio? Cada domingo en la Escuela Dominical enseñamos que la Biblia dice que Jesús es el único camino a Dios. Y si realmente creemos que esto es cierto, ¿por qué no salimos corriendo a contarles esta verdad a otros?

Estamos viviendo días en los que muchas personas en nuestra sociedad dicen cosas falsas sobre Dios. Entonces, ¿por qué nosotros, que tenemos la verdad, no la proclamamos con más frecuencia? Los creyentes tenemos tanto el derecho como la obligación de hablar de Cristo a todas las personas. ¿Podremos decir como el apostol Pablo en Romanos 1:15-16?

15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.
16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

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Oscar