viernes, 17 de febrero de 2012

Un don que la gente no ambiciona

Pablo también señala que algunos tienen el don de dar o repartir. Por supuesto que no estaba hablando del diezmo. Mucho se ha debatido sobre la responsabilidad de los creyentes para sostener el ministerio de la iglesia. Aquí el apóstol está haciendo referencia al don que han recibido algunos creyentes de dar.

Yo nací en un hogar muy pobre pero cristiano. Mi madre tenía once hermanos y su padre ganaba muy poco dinero dedicándose a realizar tareas en el campo como jornalero, mientras la madre atendía la casa y los hijos. Cuando mi mamá tenía nueve años, tuvo que dejar de ir a la escuela para salir a trabajar con otra hermana que tenía once para traer algo para ayudar a cubrir los gastos de la casa. Trabajaba de doméstica haciendo lo que una niña de esa edad es capaz de hacer, y mucho más. Mi madre se casó con mi padre cuando tenía dieciséis años y siguió trabajando como doméstica por unos cuantos años más, para ayudar a sus padres y sus hermanos más pequeños. Este era un rasgo de su carácter y una necesidad que aprendió en su años de formación y que practicaba por tener un corazón sensible y generoso.

Cuando mi mamá se convirtió al cristianismo, recibió el don de dar. Ella no tenía educación. No sabía leer ni escribir. Eran los días en los que las mujeres en Cuba, no solían trabajar en la calle. Mi madre hacía todo tipo de trabajos para ganar algún dinero. Lavaba y planchaba ropa. Cocinaba para servicio de cantinas y mil cosas más. Pero eso también lo hacían muchas personas pobres en mi país. Lo que hacía mi madre diferente, era que sus manos siempre estuvieron abiertas para ayudar a los demás. A su familia, a los hermanos de la iglesia, a la familia de mi padre y a todas las personas que le pedían algo, que a propósito eran muchas y ella no tenía ni siquiera lo más indispensable para ella misma. Pero mi madre daba con satisfacción. Cuando no tenía algo material que ofrecer, ofrecía su trabajo.

Recuerdo de niño estar cenando y llegar a la puerta de nuestra casa un vagabundo y tocar pidiendo comida y mi madre, sin pensarlo dos veces, ir a la mesa y tomar de lo mejor que había y dárselo a ese desconocido y en muchos casos decirle: Si lo desea, venga por aquí todos los días a esta hora que de lo que tengamos compartiremos con usted. Cuando como niños protestábamos, porque quedaba menos comida, mi madre decía, pues apúrense en comer, no sea que llegue alguien más. En mi casa, dar no era una opción.

Las palabras de Pablo han sido interpretadas por algunos eruditos como una referencia a distribuir los recursos de la iglesia, mientras que otros señalan que se refiere a repartir los recursos personales para extender el reino de Cristo, y otro gran grupo entiende que se refería a ayudar a los cristianos necesitados. Personalmente pienso que el mejor indicador es cuando damos y sentimos "GOZO" en hacerlo y no lo hacemos por COMPROMISO.

¿Cómo debemos dar? Pablo bajo la dirección del Espíritu Santo dice que demos con liberalidad, con sinceridad de corazón; es decir, con generosidad. Pienso sinceramente que esta es la clave ya que esta actitud nos motiva a dar con una intención tan clara que los demás no pueden menos que notar que las manos que están ayudando a los necesitados son, de hecho, las manos de Cristo. Dar, no para que otros vean, como hacían los fariseos. Dar sin condiciones de a quién damos, dar de lo que nos falta y no de lo que nos sobra, dar con sacrificio, casi diría con dolor, no porque nos lamentemos de dar sino porque nos tenemos que privar de algo muy preciado por amor a nuestro semejante.

Tengo un amigo que pastorea una iglesia en la Florida. Ellos tienen un programa para ayudar a los indigentes. Como parte de este programa, ellos ofrecen una cena gratuita. En la invitación que entregan para esta cena ellos explican el motivo que los lleva a hacer esta inusual actividad. de una manera muy simple y directa dice la invitación: "Te invitamos porque Jesús te ama, y nosotros también". esta es la manifestación de dar a la que se refiere el apóstol Pablo.

La próxima vez hablaremos del otro don que Pablo menciona en este pasaje que es el don de liderar.

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Oscar