miércoles, 28 de marzo de 2012

Instrucciones sobre la oración

El otro día llamó mi atención un amigo pastor que estaba enfrentando una especie de tempestad en su iglesia. El asunto en verdad no es algo nuevo. Pero cuando uno es el que enfrenta el problema, este siempre parece mayor de lo que es. Aunque en realidad, ningún problema es pequeño.

El asunto es que nosotros hemos tratado de "amoldar" las enseñanzas de las Escrituras a nuestra comodidad, deseos, caprichos, ambiciones y... La lista se hace interminable. Las justificaciones también sobran. Que si vivimos en otra época, que si las constumbres eran diferentes, que si Pablo no tenía idea de cómo son estos tiempos.

En verdad son tiempos diferentes. No sé qué es peor si un "mensaje de texto" o la boca de un león, si ser apredeado en la calle o navegar en el Internet. No creo que la época de Pablo fue más fácil que la nuestra, por el contrario.

Volviendo al caso de mi amigo, terminé enviándole este pasaje de las Escrituras con una nota que simplemente decía: ¡Esta es Palabra de Dios, para el pueblo de Dios, léela, medítala y vívela!

1 Timoteo 2

1 Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;

2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.

3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,

4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,

6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

7 Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.

8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.

9 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,

10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.

11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.

12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.

13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;

14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.

15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.

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Oscar