jueves, 15 de marzo de 2012

Tú tienes que estar jugando…

¿Le ha sorprendido alguna vez algo que la lógica le decía que era imposible que pasara? A mí me ha ocurrido muchas veces, pero últimamente, en ocasiones me parece estar en otro planeta. Son cosas tan inverosímiles que la más elemental lógica rechaza, y sin embargo, hay personas que enseñan cosas cercanas a ser diabólicas y muchos son arrastrados por ellaS.

Esta mañana estuve conversando UN largo rato con un nuevo amigo llamado Brad J. que dirige un ministerio en la República Dominicana que tiene por objeto ayudar a los habitantes de algunas de las comunidades más pobres en aquel país. Me mostró fotos que en verdad hacen llorar. Conversamos de los muchos niños que nacen sin esperanzas y sin sueños. La imposibilidad de estudiar por la carencia de escuelas. Los problemas por la falta de agua potable. Me parecía estar leyendo los libros de historias misioneras de mi infancia.

Estos no se parecen a algunos de los “misioneros” que he conocido en algunos países que viven muy parecido a como se vive en los Estados Unidos. Este programa que dirige Brad está tratando de establecer negocios en los cuales puedan trabajar los habitantes de esas villas. Esos negocios se establecen con capital de algunos cristianos norteamericanos, que en lugar de dar una ofrenda para que se use y se gaste, ponen el dinero para que se establezcan negocios que luego se multipliquen. Están proveyendo filtros para el agua e instrucción a los niños. Es una forma que él llama “evangelio comunitario”. No es mi intención polemizar acerca de la validación teológica de este concepto, pero no tiene algo que ver con la llamada “doctrina de la liberación” de la década de los sesenta.

Yo le pregunté que cuáles eran los mayores obstáculos que tenían que vencer. Tal vez vengan a su mente las mismas cosas que vinieron a la mía. Pero tal vez nunca crea en la realidad. Sin pensarlo mucho me respondió rápidamente: Número uno, la corrupción en el país. Bueno, eso es de esperarse y yo lo conocí y viví en carene propia hace ya muchos años. Aun en los llamados países desarrollados existe la corrupción y es, a mi modo de ver, una manifestación del egoísmo y el afán de tener más, que caracteriza a muchos seres humanos y que promueve la sociedad de consumo.

Pero el segundo gran problema tal vez le agarre por sorpresa. Es también en sí una especie de corrupción pero esta es teológica. Se trata del llamado Evangelio de la Prosperidad. ¿Se imagina? El evangelio que Cristo vino a establecer que se haya adulterado hasta el extremo de pervertir en lugar de convertir.

Si vamos a un nivel de extrema pobreza como el que encontramos en esa villas marginadas y presentamos una doctrina que dice que usted puede tener todo lo que quiera Y SI NO LO TIENE es porque usted no tiene fe. ¿Se fija cómo lanzan el anzuelo? El predicador se presenta haciendo derroche de lujo y opulencia, y dice que él tiene, porque él tiene mucha fe. El zarpazo es que él TIENE que TENER para poder mostrar que ES POSIBLE TENER. Un poco se asemeja a los trabalenguas de Cantinflas. ¿Y cómo mantener a la gente después de algún tiempo, sin que reciban algo de lo que se supone que pueden recibir después de haber entregado prácticamente todo lo que tienen? Por el miedo. Si te vas, PIERDES la salvación.

¡Señores que no estoy jugando! Estos sujetos son peores que los fariseos. En realidad el llamado evangelio es para la prosperidad de ellos y no de los feligreses. ¿Qué Biblia usan estos señores? ¿Tendrán miedo de Dios? ¿Conocerán lo que la Biblia enseña sobre los que viven y engañan de la manera en la que ellos lo están haciendo?

No quiero ofender a alguien ni criticar por gusto. Simplemente me parece tan abominable que no me puedo callar. Ni entre los pueblos paganos he encontrado semejante abominación. Y en esas aldeas humildes en las que los niños no saben soñar, este es un mensaje engañoso muy bien recibido. De verdad, el único parecido que encuentro es cuando Satanás tentó al Señor en el desierto y le ofreció aquello que sabía que Jesús podía desear por haber estado 40 días en ayuno. Estos señores tal vez no se hayan percatado del mal que están haciendo, y quiera Dios que abran sus ojos y regresen al Camino, si es que alguna vez estuvieron en el y si no lo conocen de verdad, es mejor que lo busquen. Tal vez Dios aun tenga misericordia de ellos.

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Oscar