martes, 10 de abril de 2012

Depende de la pespectiva

Hace unos días un amigo me llamó pues estaba haciendo una especie de “investigación privada” para encontrar el tipo de detector de láser más económico y eficiente.

Finalmente, me preguntó que pensaba yo. Mi respuesta en realidad fue una pregunta. Tal vez “demasiado” directa, le dije: ¿Y por qué mejor no respetas los límites de velocidad? Me imaginé la cara de mi amigo al otro lado de la línea. Su voz sonó como si se encontrara en otro planeta. Él comenzó a darme una especie de disertación sobre lo que él consideraba “abusos policiacos”. Le expuse mi punto de vista, ya que la policía está, precisamente, para hacer que se cumplan las leyes.

Esta conversación irrelevante me llevó a considerar la similitud que este asunto tiene con la situación de mucha gente que tal vez conocemos. Esas personas conocen que las Sagradas Escrituras hablan en contra de lo que están haciendo, pero al parecer, tienen la tendencia de tratar de justificarse y de culpar a otros por sus malas decisiones, en lugar de hacer una valoración objetiva para cambiar su modo de obrar.

La función principal de los profetas que Dios levantó en Israel fue la de llamar la atención del pueblo para que buscaran a Dios y siguieran Su camino. Pero el pueblo no escuchaba. De manera similar a lo que ocurre hoy con las enseñanzas de la Palabra de Dios y los llamados para aplicar esas enseñanzas a nuestras vidas.

Al igual que desde el inicio de la creación, Dios nos ha dado la libertad para que seamos nosotros los que tomemos la decisión. Si violamos la velocidad, probablementenos nos pondrán una multa. Cuando no se obedece a la Palabra de Dios y lo que Él nos manda, también hay consecuencias, lamentablemente, mucho mayores que una multa de tráfico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Le agradezco mucho su comentario.
Oscar