martes, 3 de julio de 2012

Testamentos y listas de cosas por hacer

En las últimas ocasiones en las que he tenido que asistir a la consulta de un médico me han preguntado si tengo hecho un testamento. Mi médico principal, en mi último examen físico, me puso como “tarea”( Deber) ir a un abogado y hacer un testamento incluyendo mi última voluntad médica. A tanta insistencia, llegó un momento en el cual casi llegué a pensar que iba a morir en los próximos días. Pero el asunto es que al parecer, en esta sociedad enajenada en la que vivimos, se ha convertido en una especie de obsesión paranoica el tema de los deseos finales de las personas.

Lamentablemente la industria cinematográfica norteamericana juega un papel distorsionante de gran influencia en nuestra sociedad. Si quiere comprobarlo, comience a ver películas antiguas y se dará cuenta, sin mucho esfuerzo que nuestra sociedad ha ido cambiando según han ido cambiando las películas. Desde las comedias, los dramas, la acción y los romances. El último ejemplo es lo relativo a los homosexuales. En las películas de las décadas de los 30 esa temática no existía, sin embargo en la actualidad, cada vez es más frecuente, al igual que el sexo y la violencia extrema.

Lamentablemente los cristianos estamos expuestos al mensaje de la industria cinematográfica norteamericana y a la televisión que no se queda detrás. Hoy día, cada vez es más frecuente que las personas padecen enfermedades mortales, hagan una lista de actividades que desean realizar antes de morir.

Tuvimos un caso en nuestra iglesia en la que un joven enfermo de cáncer quiso ir a visitar el país en el que nació así como ir a China para ver y caminar por la llamada Muralla China, antes de morir. Los seres humanos somos muy complejos y esto no es lago nuevo. Los convertidos en Galacia se habían dejado influir por la sociedad de sus días y la fe se había comenzado a corromper en aquellas iglesias, por lo que el apóstol Pablo le escribe una carta demandante para que recapaciten y fijen sus ojos en el autor y consumador de la fe. ¿Ha hecho usted una “lista de deseos a cumplir antes de morir?

Recuerdo una película del año 2007, en la cual los protagonistas eran dos enfermos de cáncer que se conocieron cuando los hospitalizaron en el mismo piso del hospital. La película cuenta la historia de cómo, entre los dos, hicieron una lista de todas las cosas que querían hacer antes de morir. Juntos, los dos hombres se embarcan en un viaje alrededor del mundo para terminar de hacer todo lo que querían lograr antes de morir.

El asunto ha llegado al extremo en el cual la gente que no espera morir, también hacen listas de cosas por hacer. El problema se presenta porque al hacer las listas de las cosas pendientes y comenzar a hacer lo que está escrito en ellas, esto se convierte en un estilo de vida.

Hay personas que fijan las metas para sus vidas y las van tachando a medida que las alcanzan. Con frecuencia, en estas listas se incluyen metas como graduarse en la universidad, conseguir un trabajo con un buen sueldo, pagar las deudas antes de cierta fecha y ahorrar una cierta cantidad de dinero para el retiro, comprar un nuevo auto, salir de vacaciones al extranjero, leer un libro, etcétera.

Las listas pueden ser útiles. Pero, la lista de cosas que una persona desea hacer y la de las que debe hacer son diferentes. A pesar de ello, hay personas que hacen listas y viven para cumplirlas y hasta pueden convertirse en esclavas de las “obligaciones pendientes”.

Lamentablemente hay muchas personas que piensan que el cristianismo se reduce a una serie de cosas que hay que hacer y otras cosas que no se pueden hacer. ¡Pero el cristianismo NO ES ESO!
Los fariseos de la época de Jesús tenían sus listas de reglas según las cuales debían vivir, pero al esforzarse por cumplirlas, pasaban por alto la ley de Dios y mostraban que no entendían el verdadero sentido de la ley divina en su conjunto (Marcos 7.1-13).

Contra el legalismo agobiante de los fariseos, Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11.28-30). A pesar de esto, he conocido a muchos cristianos que todavía no han llegado a entender en realidad todo el alcance liberador de la Gracia de Dios.

¿Y usted? ¿Implica su cristianismo una serie de obligaciones, o una forma de vida? ¿Vive de acuerdo a una lista de cosas que debe hacer? ¿Tiene una lista de las cosas que no puede hacer?
¿Vive usted libremente su relación con Cristo?

Déjeme hacerle una advertencia y un recordatorio sumamente importantes. El cristianismo NO ES legalista. ¡Hay cristianos legalistas! Ellos, como los gálatas, están pervirtiendo la fe y están oscureciendo la Gracia. La salvación no se obtiene con Cristo Y ALGO MÁS. Cristo es el ÚNICO y es SUFICIENTE.

El gran peligro de vivir una vida con una lista de cosas por hacer es que lleva a un enfoque legalista del cristianismo. Eso es lo que hacían los fariseos. El camino SUPERIOR de la Gracia de Dios nos lleva a concentrar nuestra atención en Cristo, para vivir por fe, no por obras.

1 comentario:

  1. Entiendo tu punto de vista. Es bastante iconoclasta. No puedo todavía manifestar el mío. Lo haré después de sopesar más el asunto...

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Le agradezco mucho su comentario.
Oscar