Los aspectos más ocultos del carácter de una persona, por lo
general salen a la luz cuando esa persona se somete al estrés.
En el capítulo 12 de Mateo se narran una serie de sucesos en los que vemos a Jesús enfrentando una situación de estrés muy fuerte. En esas situaciones extremas su integridad, sus convicciones y su disciplina personal se ven muy claramente.
En el capítulo 12 de Mateo se narran una serie de sucesos en los que vemos a Jesús enfrentando una situación de estrés muy fuerte. En esas situaciones extremas su integridad, sus convicciones y su disciplina personal se ven muy claramente.
Debemos mantener presente en todo momento que Mateo se está
dirigiendo, en primer lugar, a judíos y que el propósito principal de su
evangelio es presentar, sin lugar a dudas, a Jesús como el Mesías que había sido
prometido a Israel.
Cuando el bien se enfrenta con el mal, por lo general se
produce un aumento de la defensa de lo indefendible, lo cual hace que las
expresiones del mal se expongan de tal manera que ayudan a su propia ruina. La
estrategia del bien es superar al mal con el bien y en este proceso, por lo
general, las manifestaciones malignas llegan a extremos tales que las exponen
claramente. No podemos llamarnos a engaño, el mal no es una fuerza que se opone
al bien sino que es una perversión del bien, por medio del cual el bien se
altera para servir malos propósitos.
Jesús se enfrentó a sus adversarios manteniendo la integridad
de su misión y poniendo al descubierto lo inadecuado de las posiciones de sus
adversarios en relación a los propósitos de Dios. Una de las causas del
enfrentamiento de Jesús con los fariseos fue el legalismo de estos y la
exigencia que hacían del cumplimiento de la Ley como un fin en sí mismo.
Los fariseos le daban mucho valor al legalismo, en lugar de
darle valor a la fidelidad a Dios. Jesús les recordó el significado del anuncio
profético de Oseas 6:6 “Porque
misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que
holocaustos”.
La confrontación
acerca del sábado surgió porque los discípulos tomaron y comieron algunos granos
de unas espigas, según atravesaban algunos campos que estaban listos para la
siega. Mateo se preocupa por aclarar que los discípulos estaban hambrientos. Para
los judíos estaba prohibido trabajar los sábados, y la acción de los discipulitos
era considerada como un trabajo y por lo tanto era una violación de la ley.
Lo interesante
de este episodio es que Jesús contestó a las acusaciones de los fariseos, que según el
punto de vista de ellos era el correcto, recordándoles dos episodios de la
historia del pueblo judío: una sobre el rey David y otra sobre los sacerdotes
del templo. Mateo narra este episodio para presentar a Jesús como el Señor del sábado,
algo que solamente correspondía a Dios que lo había establecido.
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Oscar