jueves, 3 de octubre de 2013

Bajo el estrés

Los aspectos más ocultos del carácter de una persona, por lo general salen a la luz cuando esa persona se somete al estrés.
En el capítulo 12 de Mateo se narran una serie de sucesos en los que vemos a Jesús enfrentando una situación de estrés muy fuerte. En esas situaciones extremas su integridad, sus convicciones y su disciplina personal se ven muy claramente.
Debemos mantener presente en todo momento que Mateo se está dirigiendo, en primer lugar, a judíos y que el propósito principal de su evangelio es presentar, sin lugar a dudas, a Jesús como el Mesías que había sido prometido a Israel.
Cuando el bien se enfrenta con el mal, por lo general se produce un aumento de la defensa de lo indefendible, lo cual hace que las expresiones del mal se expongan de tal manera que ayudan a su propia ruina. La estrategia del bien es superar al mal con el bien y en este proceso, por lo general, las manifestaciones malignas llegan a extremos tales que las exponen claramente. No podemos llamarnos a engaño, el mal no es una fuerza que se opone al bien sino que es una perversión del bien, por medio del cual el bien se altera para servir malos propósitos.
Jesús se enfrentó a sus adversarios manteniendo la integridad de su misión y poniendo al descubierto lo inadecuado de las posiciones de sus adversarios en relación a los propósitos de Dios. Una de las causas del enfrentamiento de Jesús con los fariseos fue el legalismo de estos y la exigencia que hacían del cumplimiento de la Ley como un fin en sí mismo.
Los fariseos le daban mucho valor al legalismo, en lugar de darle valor a la fidelidad a Dios. Jesús les recordó el significado del anuncio profético de Oseas 6:6 “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos”.
La confrontación acerca del sábado surgió porque los discípulos tomaron y comieron algunos granos de unas espigas, según atravesaban algunos campos que estaban listos para la siega. Mateo se preocupa por aclarar que los discípulos estaban hambrientos. Para los judíos estaba prohibido trabajar los sábados, y la acción de los discipulitos era considerada como un trabajo y por lo tanto era una violación de la ley.

Lo interesante de este episodio es que Jesús contestó a  las acusaciones de los fariseos, que según el punto de vista de ellos era el correcto, recordándoles dos episodios de la historia del pueblo judío: una sobre el rey David y otra sobre los sacerdotes del templo. Mateo narra este episodio para presentar a Jesús como el Señor del sábado, algo que solamente correspondía a Dios que lo había establecido. 

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Oscar