martes, 8 de septiembre de 2015

A muchos testigos


Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, 
de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 1 Corintios 15:6


Cuando algo inusual sucede, no resulta fácil que las personas crean que ese hecho fue real. Desde los tiempos del Antiguo Testamento, legalmente era necesario que para probar la veracidad de un hecho, se presentaran testigos y esa costumbre ha seguido vigente hasta nuestros días.
Los testigos eran personas que habían presenciado un hecho y afirmaban el evento. Como también existían los testigos falsos, en los asuntos legales se requería que se presentara a más de un testigo. Hoy día en las cortes de justicia, se sigue usando a los testigos como un medio de llegar a la verdad de lo que sucedió en determinadas circunstancias. Los testigos son una evidencia concluyente en favor de la inocencia o culpabilidad de un acusado.
La resurrección de Jesucristo de entre los muertos, fue un hecho tan sorprendente e inusual que la gente no iba a creer la veracidad del mismo a menos que los apóstoles pudieran aportar suficientes testigos que confirmaran lo que ellos habían visto y oído. Las autoridades romanas se sumaron al decir de los líderes religiosos judíos negando la resurrección y lanzando el rumor de que los apóstoles habían robado el cuerpo de Jesús.
El apóstol Pablo, tuvo un encuentro personal con el Cristo crucificado que cambió su vida por completo convirtiéndose en un testigo incansable. Pablo no estaba presente cuando el Jesús resucitado se le apareció a esta muchedumbre de testigos, pero él oyó de otros que sí estuvieron y creyó por el testimonio de ellos que unió a su propia experiencia personal corroborando el hecho.

El Cristo resucitado ha seguido teniendo encuentros personales con millones de testigos por más de dos mil años. Yo puedo dar testimonio de eso en mi vida. ¿Tiene usted una experiencia similar? Jesús busca corazones contritos y humillados y se hace evidente para que podamos testificar de Él.  Ese sigue siendo hoy día el testimonio más poderoso que podemos presentar.  

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Oscar