Cuando visité por primera vez en Israel el Santo
sepulcro, entre las muchas imágenes y pensamientos que se agolpaban en mi
mente, me pareció estar viendo la escena cuando el ángel les da un mensaje a
las mujeres. Marcos 16:7 relata que el ángel dice: 7Pero id, decid a sus
discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis,
como os dijo.
¡Con estas simples palabras comienza
Dios el plan de restauración de Pedro!
Sí,
hay algo especial en Pedro y el Señor no lo ha desechado a pesar de su
bochornosa caída.
¿Recuerdan lo que dice Lucas 22: 31-32? 31 Dijo también el Señor:
Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; 32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez
vuelto, confirma a tus hermanos.
Para mí, la escena más emocionante en la historia
de Pedro se produce en la costa del Mar de Galilea, en el mismo mar en el cual
se encontraba antes de haber decidido seguir a Jesús y en el que había pasado
la mayor parte de su vida. Pedro había regresado a su oficio de pescador. Luego
de una noche de fracaso comercial vienen hasta la orilla cargando una red que
reventaba de tantos peces que contenía y allí les esperaba alguien con un fuego
y sobre la brazas un pescado.
En Juan 21:4-19 se registra esta apasionante
historia, pero en particular quiero destacar estos versículos, recordándoles
antes que no deben olvidar las tres negaciones de Pedro y el canto del gallo.
Juan 21: 14-17 dice: 14 Esta
era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de
haber resucitado de los muertos. 15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás,
¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor;
tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis
corderos. 16 Volvió
a decirle la segunda vez: Simón, hijo de
Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú
sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis
ovejas. 17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de
que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo
sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
Algo que siempre me ha llamado la atención es que el apóstol
Juan usa dos formas diferentes cuando escribe este episodio. Cuando narra lo
dicho por Jesús usa el verbo agapao
(amor incondicional) que tal vez es un recordatorio del amor que Pedro dijo
sentir, antes de negar a Jesús (Mateo 26:33). Y Juan usa fileo (amor de amigos o hermanos) para la respuesta que da Pedro a
la pregunta del Maestro (Juan 21:15). Tal vez Pedro había entendido y
reconocido que él no era lo que creía ser y había decidido dejar de reclamar su
superioridad sobre los demás discípulos.
Lo más maravilloso de este cuadro que nos presenta Juan en su
evangelio, es la respuesta de Jesús ante la humildad de este líder que había
fallado. Ante la primera respuesta de Pedro, Jesús le responde: ¡Apacienta mis
corderos! Observe que Pedro negó a Jesús tres veces, y el Señor le pregunta
tres veces si lo ama.
Después de este encuentro, Pedro se convierte en el pastor de
las ovejas de Cristo atendiendo a sus hermanos como un humilde líder servidor.
Voy a darles tres ejemplos del Pedro que surge después de
este encuentro con Jesús resucitado: 1.) Hechos 1:15, es Pedro quien trata de
buscar un sustituto para Judas.
2.) Hechos 2:14, Pedro levantando su voz les dijo… A los incrédulos judíos que estaban cuestionando la obra del espíritu Santo.
2.) Hechos 2:14, Pedro levantando su voz les dijo… A los incrédulos judíos que estaban cuestionando la obra del espíritu Santo.
3.) Años más tarde, el apóstol Pablo en Gálatas 1:8 y 2:7-9
reconoce a Pedro como un “pilar de la iglesia”.
Pero también Pedro se enfrascó en controversias en su proceso
de maduración espiritual, y es bien notoria su disputa con Pablo en la que este
llego a llamarle hipócrita (Gálatas 2:12-13) por asunto de la comida.
Es importante que veamos que a pesar de la transformación
experimentada por Pedro, él no se convirtió en un ángel, sino siguió siendo un
ser humano con sus defectos y virtudes. Es evidente que para Pedro resultó
difícil aceptar el plan de Dios de traer el evangelio a los gentiles.
En Hechos 10:9-48 Dios le dio TRES veces una visión a Pedro
para prepararlo para que le presentara el evangelio a Cornelio, el Centurión.
Es evidente que Pedro fue restaurado a pesar de haber
negado al Señor tres veces consecutivas.
LEA ESTOS PASAJES
DURANTE LA SEMANA Y MEDITE EN ELLOS
·
Hechos 1. Pedro asume la dirección
para encontrar al sustituto de Judas Iscariote.
·
Hechos 2. Pedro Asume el papel de
vocero de los discípulos.
·
Hechos 3. Pedro y Juan sanan a un
hombre en el Templo.
·
Hechos 4. Pedro desafía al sanedrín y
se niega a dejar de predicar el evangelio.
·
Hechos 5. Pedro con valentía enfrenta
el problema de Ananías y Safira.
·
Hechos 8. Pedro confirma la
predicación del evangelio a los samaritanos y enfrenta a Simón el mago.
·
Hechos 9. Pedro sana enfermos y
resucita a un muerto.
·
Hechos 10. Pedro se abre a los
gentiles y acepta el plan de Dios para llevar el evangelio a todas las naciones
de la tierra.
Hay mucho más de la vida de Pedro que debemos conocer, pero
lo dejaré para el final, para preparar el terreno para 2 Pedro. Es evidente que
Pedro sentía compasión por las personas que estaban abatidas, sufriendo y que
habían fracasado. Estas fueron experiencias que él también experimentó. Pedro
ministró a los que sufrían y no con palabras suaves y palmaditas en la espalda,
sino con un mensaje de aliento y exhortación. Por esto no debe sorprendernos
que Pedro escribiera su primera epístola, a las personas que estaban sufriendo y
se encontraban virtualmente a un paso de la desesperación.
1 PEDRO, ESCRITOR O
ESCRITORES Y DESTINATARIOS DE ESTA EPÍSTOLA
En 1 Pedro 1:1, el apóstol se presenta como el autor de la
epístola, pero luego en 1Pedro 5:12 dice:
“Por conducto de Silvano,
a quien tengo por hermano fiel, os he escrito brevemente, amonestándoos,
y testificando que ésta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis”. Entonces, ¿quién escribió la epístola, Pedro o Silvano?
Bueno, hay que entender cómo eran las cosas en el
siglo I d.C. Por lo general cuando se hace una referencia como esta, significa
que el tal Silvano era una especie de secretario o copista que escribía lo que
se le dictaba. También se da el caso de personas que colaboraban en la
escritura pero bajo la autoridad y supervisión del autor principal. La
referencia parece implicar que Pedro escribió la epístola con la ayuda de
Silvano.
¿Quién es este Silvano que ayudó a Pedro a escribir
esta tremenda epístola de esperanza? Déjenme darle una pista: Silvano también
es llamado Silas. ¡Ahora sí!
La primera vez que vemos aparecer a Silas (Silvano)
es en Hechos 15:22 en la iglesia de Jerusalén, donde él había conocido a Pedro.
“Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos”; de manera que él fue uno de los hombres enviados con Pablo y Bernabé a la iglesia de Antioquia estando respaldados por el Concilio de Jerusalén, Hechos 17:27: “Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo”
.
En
Hechos 15:32 se nos da una información importante acerca de este Silas: “Y Judas y Silas, como ellos también eran
profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras”. Así
que Silas confortaba y daba ánimo a los hermanos en la iglesia de Antioquia.
Tal vez el aspecto más conocido de Silas es
que Pablo lo seleccionó para que lo acompañara en su segundo viaje misionero,
luego de decidir dejar a Bernabé por el papel que este asumió defendiendo a
Juan Marcos, a quien Pablo decidió no llevar en su segundo viaje misionero
(Hechos 15:40). Silvano (Silas) se menciona frecuentemente en el relato del
segundo viaje misionero de Pablo. Silvano fue perseguido junto con Pablo y al
igual que él se regocijó en el sufrimiento (Hechos 16:19 y 25). Silas trabajó
en estrecha colaboración con Pablo y Timoteo en el establecimiento de las
iglesias en el Asia Menor, Macedonia y Grecia (Hechos 16 al 18). En 2 Corintios
1:19 el apóstol Pablo señala a Silvano y el ministerio que este había realizado
con él: Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha
sido predicado por nosotros, por mí, Silvano
y Timoteo…
Silvano
estaba dotado para escribir y este era uno de los ministerios en los que se
ocupaba. Lo vemos escribiendo junto con Pablo y Timoteo 1 y 2 Tesalonicenses.
Dice en
1 Tesalonicenses 1:1 “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. Y en 2 Tesalonicenses 1:1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo…
1 Tesalonicenses 1:1 “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. Y en 2 Tesalonicenses 1:1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo…
Después de colaborar con Pablo y Timoteo, Silas
(Silvano) aparece en Roma con Pedro, estando a cargo de enviar la carta de
Pedro a las iglesias del Asia Menor, muchas de las cuales él conocía
personalmente. Pero no debemos confundirnos, el primer responsable de escribir,
bajo la inspiración del Espíritu Santo, esta epístola fue el apóstol Pedro.
LOS DESTINATARIOS
La carta está dirigía a aquellos judíos y gentiles cristianos que vivían como extranjeros expandidos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. Eran “refugiados” extranjeros pero desde el punto de vista de Dios eran ciudadanos del Reino de Dios y habían sido escogidos por Dios. Habían tenido que huir a causa de la persecución dejando detrás su tierra y su cultura convirtiéndose en víctimas de las circunstancias, forzados a vivir enfrentando cada nuevo día con desesperación. Tanto los judíos como los gentiles fueron objeto de una persecución feroz y el apóstol Pedro les extiende una palabra de esperanza y aliento en esta epístola.
EL PROPÓSITO DE LA EPÍSTOLA
Nuestra esperanza como creyentes debe estar muy por
encima del tratamiento que recibimos de aquellos a quienes no les agradamos y
que no confían en nosotros. Nuestra esperanza está basada en nuestro Señor y en
Sus promesas.
Podemos resumir lo que hemos visto hoy diciendo que
el propósito de 1 Pedro es reafirmar que: “Jesucristo nos da esperanza, en medio de
los tiempos difíciles”. ¿Quién mejor que Pedro pudiera dar este
mensaje?
Pedro podía, por experiencia propia, decir que las
pruebas por más dolorosas que estas sean, no son el final.
En medio de estos tiempos dolorosos y a veces
terribles en los que pereciera que no hay una salida posible, podemos confiar
seguros en que Dios está por encima de Sus adversarios y aunque a nosotros no nos
parezca, Él tiene un propósito detrás de estos tiempos de dolor y
desesperación. Como alguien ha dicho, cuando estamos en medio del bosque,
resulta difícil ver los árboles. Y precisamente el apóstol está tratando de que
estos cristianos perseguidos se percaten de esa realidad.
APLICACIÓN
La vida de Pedro y su ministerio son una verdadera fuente de esperanza. Hay a lo menos tres enseñanzas clave en el ejemplo de Pedro:
1.) Los errores del pasado no nos
inhabilitan para realizar el propósito de Dios en el futuro.
2.) El corazón
contrito y humillado es la preparación perfecta para que se pueda sanar cuando el corazón está quebrantado.
3.)
Una simple nota de
esperanza brinda más consuelo y ánimo
que cien pensamientos sin expresar.
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Oscar