Apocalipsis 21:1-7
¿Cuál es la
parte más emocionante en una boda?
¿Recuerda alguna
boda en especial? ¿Qué la hizo diferente para usted?
Introducción: Después de ver en
Apocalipsis 20:11-15 la descripción del juicio, la escena cambia para
Apocalipsis 21 donde vemos a Dios renovando todas las cosas.
Juan vio algo muy esperado y nunca antes visto: La Ciudad Santa, La Nueva
Jerusalén llegando. Venía arreglada como una novia se prepara y adorna para
presentarse ante su esposo. La imagen debió de cautivar la atención del
apóstol, al punto de hacer olvidar todas las penalidades que estaba sufriendo
en el destierro que se le había impuesto en la Isla de Patmos.
Juan era parte de esta Nueva Jerusalén que junto con el pueblo de Dios
venía descendiendo del cielo, y justo esto es lo que los creyentes debían y
deben esperar de la vida que vendrá, en la cual todo será hecho nuevo por Dios.
Contexto: Recordemos algo de lo que hemos visto para llegar hasta
aquí:
En Apocalipsis 5:1-14 vimos la aparición de un Cordero inmolado en medio del salón del trono. Es decir, Él había entregado Su vida en sacrificio y había resucitado de la muerte. Vimos que Jesús está al comienzo y al final de la historia y que Él es el Rey de reyes y el Señor de señores quien es merecedor de ser alabado y adorado por toda la humanidad.
En Apocalipsis 5:1-14 vimos la aparición de un Cordero inmolado en medio del salón del trono. Es decir, Él había entregado Su vida en sacrificio y había resucitado de la muerte. Vimos que Jesús está al comienzo y al final de la historia y que Él es el Rey de reyes y el Señor de señores quien es merecedor de ser alabado y adorado por toda la humanidad.
En Apocalipsis 9:1-12
vimos aparecer una plaga de langostas de características especiales que subían
desde las profundidades del abismo, y aprendimos que habrá un juicio temporal y
un juicio final y que Jesús librará a todos los que le pertenecen a Él de ese
juicio.
En Apocalipsis 12:1-17
vimos a Jesús venciendo a Satanás. Aquí aparece el “dragón” tratando de matar
al hijo de la mujer. La larga lucha de Dios y el bien contra Satanás y el mal
tienen un vencedor: ¡El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!
En Apocalipsis 21-22 nos
asomamos a cómo será el capítulo final de la historia –La eternidad--. Vemos y escuchamos algunas cosas maravillosas. La
historia termina bien. El pueblo de Dios puede mirar hacia el futuro cuando
todo será restaurado en el nuevo cielo y la nueva tierra.
La
nueva provisión de Dios
Apocalipsis 21:1-2
Apocalipsis 21:1-2
Génesis 1:31 Dios vio que todo lo que había hecho era bueno. Esa no es la
realidad actual. De manera que en el acto final, se muestra un nuevo cielo y
una nueva tierra que son perfectos en
todos los sentidos y que serán habitados por todos los seguidores de Cristo.
Apocalipsis 21:1
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
De esta afirmación de Apocalipsis surge una
pregunta que se ha debatido por muchos siglos en la iglesia cristiana y por los
eruditos bíblicos: ¿Se trata de la
renovación o restauración de los elementos que integran la tierra y los cielos
o se trata de una nueva creación a partir de la nada como la primera creación?
Probablemente ni el miso Juan conocía la respuesta,
y si la conocía, no la expresó claramente. Observen que se dice que el mar
no existirá en la nueva creación. El mar se ha visto en la Biblia como un
lugar de caos y pecado. (Vea Isaías 57:20).
Igualmente la noche suele verse bíblicamente como una fuente de mal (Vea 1
Tesalonicenses 5:5-7).
Apocalipsis 21:2
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
¿Cómo será la
Nueva Jerusalén?
¿A que se estaba
refiriendo Juan?
Debemos recordar la Jerusalén del año 950 a.C. con Salomón en el trono de
Israel y el Templo recién construido con todo su esplendor.
La imagen de la novia se asocia con la iglesia de Cristo, es decir, con los seguidores del Cordero.
La imagen de la novia se asocia con la iglesia de Cristo, es decir, con los seguidores del Cordero.
Celebrando
la presencia de Dios
Apocalipsis 21:3-4
Apocalipsis 21:3-4
Ya antes habíamos visto que después de una visión maravillosa una voz del
cielo explica a Juan lo que ha visto. Ahora nuevamente, después de presenciar
el descenso de la Jerusalén celestial, una voz que al parecer proviene del
salón del trono, pasa a explicarle a Juan lo que ha visto anteriormente.
Apocalipsis 21:3
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
La
palabra “morará” se remonta al
santuario que Dios le dio al pueblo de Israel en el Monte Sinaí (Éxodo 25:8-9 y
Levítico 26:11-12). En el siglo 6 a.C., el profeta Ezequiel tuvo esta visión
vea Ezequiel 37:27 y Jeremías 31:33 y 32:38).
Cuando
Jesús vino a la tierra el concepto de la presencia de Dios habitando entre
nosotros adquirió un nuevo sentido: Juan 1:14. El apóstol Pablo avanza el
concepto en 2 Corintios 6:16, ahora Juan tiene una visión del cumplimiento
total señalándolo con el ELLOS.
Apocalipsis 21:4
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
El compañerismo perfecto con Dios se manifestará con bendiciones impensables. El sufrimiento es una de las consecuencias del pecado. Entró en el mundo con el pecado y ahora es abolido con el pecado.
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
El compañerismo perfecto con Dios se manifestará con bendiciones impensables. El sufrimiento es una de las consecuencias del pecado. Entró en el mundo con el pecado y ahora es abolido con el pecado.
Pablo declara que el último enemigo que será
derrotado es la muerte vea 1 Corintios 15:26. No habrá más lágrimas, vea Isaías
25:8.
El cumplimiento de la promesa
Apocalipsis 21:5-7
Apocalipsis 21:5-7
Ahora Juan escucha otra voz que viene del que está sentado en el trono. Y
tal vez este sea el mensaje más importante de todos los que ha escuchado Juan
hasta ahora: El mismo Señor le asegura a Juan que todo lo que ha visto y oído
sobre la Nueva creación se cumplirá de esa manera. Sin embargo el Señor tiene
unas palabras finales para todos aquellos que escuchen las palabras finales de
este libro con el que se cierran las Escrituras: Jesús le ofrece la vida eterna
a todos los sedientos (Es decir a aquellos que reconozcan su necesidad.) que
pongan su fe en Él y perseveren hasta el fin.
Apocalipsis 21:5
Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
Observe
que ahora el que está sentado en el trono no habla como juez, sino como
Redentor y Creador. La primera creación vino como parte del plan de Dios y la
segunda creación también es parte de Su plan.
El
que habla promete que Él hará nuevas todas las cosas. Lea Isaías 65:17-19 y
compárelo con lo que dice Juan 14:2.
No
hay dudas, todo está claro, no hay engaños. ¡Así van a suceder las cosas!
Apocalipsis 21:6
Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
Lea Colosenses 1:16.
Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
Lea Colosenses 1:16.
Dios promete la vida eterna, lea Isaías 55:1 y Juan
7:37-38. Jesús hace esta gran invitación usando la metáfora de la sed y el agua
que sale para vida eterna del Trono. Para nosotros tal vez resulte poco
interesante la imagen del agua. Pero para las personas que vivían en el siglo
1, en especial en Israel, el agua era vital y esencial para la vida, y era algo
muy apreciado.
Apocalipsis 21:7
El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
El versículo 8 describe el destino de todas aquellas personas que no han entrado en una relación con Jesucristo. Al final hay solo dos opciones. Dos destinos. El versículo 8 describe lo que les pasará a los que rechazan al Cordero.
El versículo 7 en contrate presenta la otra opción, el final de los que han recibido a Cristo como Señor y Salvador.
Hay una hermosa relación con Romanos 8:14-17.
El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
El versículo 8 describe el destino de todas aquellas personas que no han entrado en una relación con Jesucristo. Al final hay solo dos opciones. Dos destinos. El versículo 8 describe lo que les pasará a los que rechazan al Cordero.
El versículo 7 en contrate presenta la otra opción, el final de los que han recibido a Cristo como Señor y Salvador.
Hay una hermosa relación con Romanos 8:14-17.
¡No existe
alguna historia con un mejor final que la historia redentora de Dios!
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Oscar