domingo, 8 de noviembre de 2015

¿Cómo es tu relación con Dios



El abuso que hacen algunos predicadores de la televisión de ciertos conceptos bíblicos, tal vez esté llevando a muchos a perderse grandes bendiciones de Dios. 

Seguramente usted ha escuchado decir más de una vez: “Dios me dijo”. 

Lo preocupante del uso de esa expresión es que, en la inmensa mayoría de los casos, el supuesto mensaje que se ha recibido, de alguna manera beneficia, al que lo recibió o le sirve para manipular y tratar de imponer su criterio.

  Nunca he escuchado a alguien decir: “Dios me dijo que: soy un mentiroso, un hipócrita,  un orgulloso, un tramposo, un engreído, un oportunista, un ambicioso, un ladrón, un ,manipulador, un desvergonzado...  ”. 

Esto por no profundizar más en algunas cosas que probablemente Dios sí le pudiera estar diciendo a algunos de nosotros mediante su Espíritu Santo. 

Claro está que no hay peor sordo que aquel que no quiere oír, y de eso precisamente se trata. Los seres humanos, casi desde su creación, han tratado de poner a Dios en sus términos, en lugar de tratar de amoldarse a los términos de Dios.

Imagine por un momento la escena en el desierto. Cada vez que Moisés entraba en el Tabernáculo, la presencia de Dios descendía para encontrarse con él. 

En hebreo la expresión “cara a cara” es de una riqueza enorme. Es lo que Dios hacía con los profetas para que le comunicaran Su mensaje al pueblo. 

Esa expresión se usa de muchas formas. Una de las más importantes es la de recibir un mensaje de Dios. Pero de forma real. 

El mensaje de Dios en la mayor parte de las ocasiones no era agradable a la gente, en especial al que lo recibía. 

¿Se acuerda del dilema de Jonás? (Jonás 1:1-3). 

Yo estoy convencido que el mismo Dios que le hablaba a Moisés en el desierto, hoy por medio de Su Espíritu Santo, les sigue hablando a los creyentes.


Ahora bien, para comunicarnos con Dios tenemos que estar en actitud de adoración, y la primera cosa que nos recuerda la adoración es que nosotros no somos Dios. 

No se trata de usar a Dios como un respaldo para hacer lo que queremos. Se trata de en realidad escuchar a Dios y disponernos a hacer lo que por lo general, no queremos y Él está demandando de nosotros.


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Oscar