DÉCIMO QUINTA
SEMANA
Como todos sabemos, Moisés bajo la inspiración del Espíritu Santo
escribió el Pentateuco. Educado en Egipto, en la corte del faraón, dominaba el
arte de la escritura. Moisés fue un gran escritor y poeta. En este poema que
escribió, de manera magistral expresa su temor de que los hijos de Israel
depositaran su fe y su confianza en él y no en Dios.
Observa que el nombre de Moisés no aparece en este canto de
victoria, y que limita el uso de los pronombres personales como: Yo, mi y mío.
Pero el nombre del Señor aparece 14 veces, y usa 33 pronombres personales como:
Él, Le, Su, Tú y Tuyo para referirse al Señor.
Esta obra maestra de la literatura
religiosa refleja la perspectiva de Moisés en relación a sí mismo, su relación
con sus hermanos israelitas y su relación con Dios. Unos 40 años antes, en
cierta forma el trató de liberar a Israel de la esclavitud por su propia mano,
golpeando y matando a un capataz egipcio. Pero ahora Moisés deja las cosas bien
establecidas cuando dice: «Tu diestra, oh Jehová,
ha sido magnificada en poder; Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo»
(Éxodo 15:6).
Por supuesto que Moisés sabía que Dios había usado a su
boca, sus habilidades y su personalidad, pero él también sabía que Dios era el
que había hecho todo lo que fue hecho en esta epopeya. ¡Este es un buen ejemplo
de humildad!
En el Nuevo Testamento el apóstol Pablo usó sus
habilidades, conocimientos y carácter, pero cuando le escribió a los Filipenses
les dijo: «4…Si alguno piensa que tiene de qué confiar en
la carne, yo más: 5circuncidado al
octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos;
en cuanto a la ley, fariseo; 6en
cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la
ley, irreprensible.7Pero cuantas
cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.8Y ciertamente, aun estimo todas las cosas
como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por
amor del cual lo he perdido todo…» (Filipenses
3:4b-8a),
PENSAMIENTO INICIAL:
Hay momentos en los cuales debemos evitar el uso de los pronombres personales en primera persona a fin de concentrar la atención en Dios
Hay momentos en los cuales debemos evitar el uso de los pronombres personales en primera persona a fin de concentrar la atención en Dios
Éxodo 15:1-21 GLORIFICANDO A DIOS
Éxodo 15:1-21
1Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron:
Cantaré yo a Jehová,
porque se ha magnificado grandemente;
Ha echado en el mar
al caballo y al jinete.
2Jehová es mi fortaleza y mi cántico,
Y ha sido mi salvación.
Este es mi Dios, y lo alabaré;
Dios de mi padre, y lo enalteceré.
3Jehová es varón de guerra;
Jehová es su nombre.
4Echó en el mar los carros de Faraón
y su ejército;
Y sus capitanes escogidos
fueron hundidos en el Mar Rojo.
5Los abismos los cubrieron;
Descendieron a las profundidades
como piedra.
6Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder;
Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo.
7Y con la grandeza de tu poder has derribado
a los que se levantaron contra ti.
Enviaste tu ira;
los consumió como a hojarasca.
8Al soplo de tu aliento
se amontonaron las aguas;
Se juntaron las corrientes
como en un montón;
Los abismos se cuajaron en medio del mar.
9El enemigo dijo:
Perseguiré, apresaré, repartiré despojos;
Mi alma se saciará de ellos;
Sacaré mi espada,
los destruirá mi mano.
10Soplaste con tu viento;
los cubrió el mar;
Se hundieron como plomo
en las impetuosas aguas.
11 ¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?
12Extendiste tu diestra;
La tierra los tragó.
13Condujiste en tu misericordia a este pueblo
que redimiste;
Lo llevaste con tu poder
a tu santa morada.
14Lo oirán los pueblos, y temblarán;
Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos.
15Entonces los caudillos de Edom se turbarán;
A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor;
Se acobardarán todos los moradores de Canaán.
16Caiga sobre ellos temblor y espanto;
A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra;
Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová,
Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.
17Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad,
En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová,
En el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado.
18Jehová reinará eternamente y para siempre.
19Porque Faraón entró cabalgando con sus carros
y su gente de a caballo en el mar,
y Jehová hizo volver las aguas del mar sobre ellos;
mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar.
20Y María la profetisa, hermana de Aarón,
tomó un pandero en su mano,
y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.
21Y María les respondía:
Cantad a Jehová,
porque en extremo se ha engrandecido;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
22E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo,
y salieron al desierto de Shur;
y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.
1Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron:
Cantaré yo a Jehová,
porque se ha magnificado grandemente;
Ha echado en el mar
al caballo y al jinete.
2Jehová es mi fortaleza y mi cántico,
Y ha sido mi salvación.
Este es mi Dios, y lo alabaré;
Dios de mi padre, y lo enalteceré.
3Jehová es varón de guerra;
Jehová es su nombre.
4Echó en el mar los carros de Faraón
y su ejército;
Y sus capitanes escogidos
fueron hundidos en el Mar Rojo.
5Los abismos los cubrieron;
Descendieron a las profundidades
como piedra.
6Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder;
Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo.
7Y con la grandeza de tu poder has derribado
a los que se levantaron contra ti.
Enviaste tu ira;
los consumió como a hojarasca.
8Al soplo de tu aliento
se amontonaron las aguas;
Se juntaron las corrientes
como en un montón;
Los abismos se cuajaron en medio del mar.
9El enemigo dijo:
Perseguiré, apresaré, repartiré despojos;
Mi alma se saciará de ellos;
Sacaré mi espada,
los destruirá mi mano.
10Soplaste con tu viento;
los cubrió el mar;
Se hundieron como plomo
en las impetuosas aguas.
11 ¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?
12Extendiste tu diestra;
La tierra los tragó.
13Condujiste en tu misericordia a este pueblo
que redimiste;
Lo llevaste con tu poder
a tu santa morada.
14Lo oirán los pueblos, y temblarán;
Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos.
15Entonces los caudillos de Edom se turbarán;
A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor;
Se acobardarán todos los moradores de Canaán.
16Caiga sobre ellos temblor y espanto;
A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra;
Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová,
Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.
17Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad,
En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová,
En el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado.
18Jehová reinará eternamente y para siempre.
19Porque Faraón entró cabalgando con sus carros
y su gente de a caballo en el mar,
y Jehová hizo volver las aguas del mar sobre ellos;
mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar.
20Y María la profetisa, hermana de Aarón,
tomó un pandero en su mano,
y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.
21Y María les respondía:
Cantad a Jehová,
porque en extremo se ha engrandecido;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.
22E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo,
y salieron al desierto de Shur;
y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.
ANALIZANDO EL PASAJE BÍBLICO:
Inmediatamente
después de realizar un viaje seguro caminando a través del Mar Rojo, los hijos
de Israel se unieron para cantar una canción. ¡Ahora estaban cantando alegremente! Esta es la misma multitud que
unas pocas horas antes, encontrándose del otro lado del Mar Rojo, comenzó a
gemir y gritar diciendo que querían regresar a Egipto. En aquel momento,
preferían seguir siendo esclavos a confiar en Dios. El apóstol Pablo bajo la
dirección del Espíritu Santo escribió en 1 Corintios 10:11 la enseñanza que
tiene para nosotros aquel hecho: «Y estas cosas
les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a
quienes han alcanzado los fines de los siglos».
Dios
usa esta experiencia única para darnos una enseñanza importante. El
apóstol Pablo escribió en 1 Corintios 10:1-2: «1Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros
padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2y todos en Moisés fueron bautizados en la
nube y en el mar».
¿Qué fue lo que quiso decir Pablo? ¿Cómo fue que en Moisés fueron bautizados los hijos de Israel? No pudo haber sido con agua porque el mar se abrió frente a ellos para que pasaran por una calzada seca. Ni una gota de agua cayó sobre ellos. Podían ver las aguas ambos lados del camino, pero estas estaban contenidas como por un muro invisible. Si quieres hablar sobre el agua, echa un vistazo a los egipcios; ellos fueron los que se mojaron. Entonces, ¿qué significa que los israelitas en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar?
¿Qué fue lo que quiso decir Pablo? ¿Cómo fue que en Moisés fueron bautizados los hijos de Israel? No pudo haber sido con agua porque el mar se abrió frente a ellos para que pasaran por una calzada seca. Ni una gota de agua cayó sobre ellos. Podían ver las aguas ambos lados del camino, pero estas estaban contenidas como por un muro invisible. Si quieres hablar sobre el agua, echa un vistazo a los egipcios; ellos fueron los que se mojaron. Entonces, ¿qué significa que los israelitas en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar?
Yo considero que significa que fueron identificados. El principal significado del
bautismo es la identificación. La ordenanza del bautismo se cumple mediante el bautismo en
agua, y yo creo que es muy importante ya que establece el verdadero bautismo
que es por el Espíritu Santo y nos identifica con Cristo y nos pone en Cristo. Entonces, ¿cómo fueron bautizados los
israelitas a Moisés? Recuerda que se estaban quejando antes de cruzar el mar, y
cuando cruzaron al otro lado, entonces cantaron la canción de Moisés. ¿Te
das cuenta de que ellos
fueron identificados con Moisés? Ellos fueron liberados por medio de
él.
El escritor de Hebreos escribe en Hebreos 11:29 «Por la fe pasaron el Mar Rojo como por
tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados». De
manera que los Israelitas cruzaron el Mar «por fe». Pero ahora nos surge otra
interrogante: ¿De
quién era la fe? De seguro que no era la fe de los hijos de Israel, porque no tenían
ninguna fe hasta que cruzaron el mar. Observa que ellos fueron identificados con
Moisés. ¡Entonces
fue la fe de Moisés! Fue Moisés quien golpeó el Mar Rojo. Fue Moisés quien los condujo
por el camino seco que se había abierto en el mar. Cuando los israelitas llegaron
al otro lado del mar, fue Moisés quien compuso y entonó la canción de la liberación. Ahora ellos habían visto la
salvación de Dios. ¡Ellos estaban identificados con Moisés!
Y
esto es lo que sucede cuando confías en el Señor Jesucristo como tu Salvador. Él es quien nos saca de la
esclavitud y la oscuridad de este mundo. Él nos lleva a través del peligroso
«Mar Rojo» de este mundo. Es Su liberación, Su salvación y Su redención. Él nos lleva hasta el lugar en
donde podemos entonar una canción de redención. Entonces, nos unimos a Él, entonces
somos bautizados en Cristo. En 1Corintios
12:13 dice: «Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean
judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un
mismo Espíritu». Es
el Espíritu Santo quien nos une a Cristo y nos hace llegar a ser uno con Él. ¡Es maravilloso unirse a Él!
Una
persona que estaba dando un estudio bíblico sobre la seguridad de la salvación
dijo: «Nadie puede arrancarte de Su mano». Entonces
uno de los asistentes dijo: «Bueno, te podrías deslizar de
Sus dedos». Pero
él conferencista le respondió: «Eso es simplemente imposible, no puedo
deslizarme entre sus dedos ya que yo soy uno de sus dedos». ¡Esto es una gran verdad! Nosotros
somos miembros del cuerpo de
Cristo. El
Espíritu Santo de Dios se une a nosotros. ¡Qué maravillosa redención
tenemos en Cristo! Lo que le sucedió a Israel es un tipo para nosotros. Es una imagen de nuestra
redención y de lo que hace el Espíritu de Dios cuando confiamos en el Señor
Jesucristo como nuestro Salvador.
Esta
canción se puede comparar con la canción de Deborah y Barak en el Libro de los
Jueces. Hay
muchas canciones en la Biblia. David compuso y cantó muchas canciones que se recogen en
el libro de los Salmos. Si las lees descubrirás que esas canciones
son geniales. Incluso Jeremiah tenía una canción, aunque a menudo es con
un gemido. También otros profetas en el Antiguo Testamento escribieron canciones.
Esta
canción de Moisés y los israelitas narra la maravillosa experiencia que
tuvieron al cruzar el Mar Rojo. Su canción contaba la historia de lo que habían visto
hacer a Dios y de lo que Dios había hecho por ellos. Era algo que no podían olvidar.
Esta canción ciertamente volvía a proyectar la experiencia vivida ante ellos. Los
carros de Faraón y su ejército arrojados al mar; sus capitanes escogidos
también se ahogaron en el Mar Rojo. Dios les estaba enseñando a Sus hijos grandes
lecciones acerca de Sí mismo.
Israel
fue un pueblo redimido. La redención de la gente tenía que ser lo primero. También
hoy eso es
lo más importante. Dios no te está pidiendo, ni nunca lo ha hecho, que hagas algo
por Él antes de que hayas sido redimido y hayas recibido Su salvación que fue realizada
por Jesucristo en la Cruz. ¡Él no te está pidiendo nada! Él no pide que el mundo haga absolutamente
nada.
Es
falso pensar que Dios te está diciendo: Si te pruebas a ti mismo, si llegas a
un nivel social más alto, si te lavas la cara todos los días, si haces obras de
caridad, «estoy dispuesto a ser tu amigo». ¡Dios no quiere ni necesita nada
del mundo! Él le está diciendo a un mundo perdido: ¿Qué vas a hacer con Mi Hijo
que murió por ti?
¿En qué momento y bajo qué
circunstancias es necesario usar los pronombres en primera persona? ¿Cuándo se
convierten en un instrumento para nuestro propio beneficio?
REFLEXIÓN INDIVIDUAL:
¿Recuerdas el día en el que decidiste recibir
a Jesús como tu Señor y Salvador?
¿Cómo te sentiste después?
¿Entonó tu corazón algún cántico de
alabanza?
¿Cómo ha sido tu vida después de haber
sido redimido?
¿Qué sientes por tus familiares y
amigos que necesitan tener una experiencia similar?
¿Qué pudieras hacer para mostrarles el
camino hasta Jesucristo?
¿Cómo pudieras orar por ellos?
¿Con qué frecuencia le agradeces a
Dios que te haya redimido?
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Oscar