martes, 7 de agosto de 2018

ESTUDIO DE ÉXODO (25)


Éxodo 19:1-6 TENEMOS QUE REFLEJAR LA SANTIDAD DE DIOS


En mi larga vida de cristiano, en diferentes etapas y desde distintas posiciones en las iglesias locales de las que he sido miembro, en los Estados Unidos y otro país, he visto un denominador común que siempre se repite, y es que cuando las personas se comienzan a alejar de Dios, se lanzan en una carrera frenética hacia los lugares y las cosas que hacían antes de que Dios las rescatara. Es como si salieran huyendo de la santidad de Dios y decidieran revolcarse de nuevo en el fango del pecado del que fueron rescatados. En ocasiones, incluso haciendo cosas peores que las que hacían antes de ser cristianos.
Voy a tratar de explicar brevemente lo que creo, sin entrar en profundidades teológicas: Si esas personas alguna vez tuvieron un encuentro transformador con Jesucristo, regresarán apenadas y abochornadas. Recordemos la parábola del Hijo Pródigo (Lucas 15:11-32). ¡Dios NO rechaza a nadie cuando viene a Él! Son los hombres los que se separan o huyen de Él y se alejan, tal vez por no poder resistir Su Santidad. Pero no importa cuánto caigan, Dios siempre está esperando que regresen, como el padre de la parábola mencionada.
O también pudiera ser que nunca en realidad conocieron a Jesucristo, y en cierto momento en el que sintieron que no necesitaban más a la iglesia, porque allí ya no había algo que les interesara para alcanzar lo que se proponían, o ya no podían conseguir nada más, se fueron para no volver. No fue Dios ni alguna persona quien los echó de la iglesia, simplemente se fueron porque nunca pertenecieron ni estuvieron comprometidos con Dios. A esas personas en realidad, siempre les resultó molesta la Santidad de Dios. Pero, sin embargo, por esas personas también murió Jesús y Él sigue llamando a sus corazones, y Su Espíritu sigue obrando en sus corazones. He visto a muchas personas de ese tipo, regresar al Señor arrepentidas, para convertirse en verdaderos paladines de la fe.
La clave para nosotros es sin dudas, concentrarnos en la santidad de Dios y esforzarnos para vivir según Su voluntad. Observa que, a pesar de las caídas que sufrió Israel en los años siguientes, la promesa incondicional de Dios para Abraham de que en su simiente serían benditas todas las naciones de la tierra, seguía en pie según lo previsto por Dios. Eventualmente, el Mesías vendría a la tierra, y el “misterio” de la Iglesia sería revelado por el Espíritu a los profetas y a los apóstoles, haciendo posible que los gentiles pudieran ser coherederos, y que fueran miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa en Jesucristo por medio del evangelio (Efesios 3:4-6). En este sentido, tanto los judíos como los gentiles pueden ser lo que los israelitas no pudieron ser: ¡Testigos en este mundo! (1 Pedro 2:9-12)

 PENSAMIENTO INICIAL:
          
Como miembros de la familia espiritual de Dios, tenemos que reflejar el carácter Santo de Dios a todos aquellos que aún no son hijos de Él. 


PASAJE BÍBLICO: Éxodo 19:1-6  

1
En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de Sinaí. 2 Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte. 3 Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: 4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

ANALIZANDO EL PASAJE BÍBLICO:
Este pasaje también pudiera traducirse de la siguiente manera: Tres meses después del día en que los israelitas dejaron la tierra de Egipto, entraron en el “desierto de Sinaí". El “desierto del Sinaí” era simplemente un área silvestre que se encontraba alrededor del Monte Sinaí, que a su vez estaba dentro de un desierto mucho más grande. Como ni Refidim ni el Sinaí tenían un suministro de agua natural, no eran un oasis ni uno de los lugares conocidos para acampar; por lo tanto, el área a su alrededor ha sido llamada por algunos, apropiadamente como "un desierto". La distancia real desde Refidim hasta el monte Sinaí puede haber sido de solo unas pocas millas, por lo que los israelitas podrían haber hecho el viaje descrito aquí, de un campamento a otro, probablemente en un día. De hecho, la provisión sobrenatural de agua para las personas parece sugerir que, mientras acampaban en Refidim, los israelitas tenían que conseguir el agua en la base del monte Sinaí/Horeb. 
Mucha gente debe haber acogido con beneplácito el traslado hasta la montaña, ya que el viaje diario de ida y vuelta por el agua habría sido agotador; y con toda seguridad, la conducción de los rebaños no era una actividad muy agradable. 
Con esa mudada, los israelitas comenzaron a habitar en la base del llamado Monte de Dios, donde permanecerían durante diez meses y diecinueve días. La promesa divina se había cumplido, con la llegada de Moisés y el pueblo al Monte Sinaí/Horeb.
Quiero insistir un poco más en esto: Realmente les llevó tres meses llegar a este lugar sagrado de reunión con Jehová (YHVH). Después del triunfo militar que habían obtenido en Refidim, pudieron libremente ocupar los valles y las llanuras que rodeaban al monte sagrado. Sin demora, Moisés ascendió al monte Sinaí/Horeb, sin la compañía de ningún otro hombre (porque solo él tenía acceso inmediato a la presencia de Dios, las otras personas solo podían acercarse al Todopoderoso con Su permiso, en alguna ocasión especial, so pena de muerte). Moisés en seguida recibió la proclamación divina y la invitación que el pueblo de Israel necesitaba escuchar.
 Fíjate bien que en el formato de este pacto hay un aspecto que aparece resumido en las palabras “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto…", y seguidamente se incluye una gran promesa: “…vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra”. Y aquí aparece a continuación, claramente expresado, el deseo de Dios: “Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa”.
Veo aquí varias implicaciones teológicas importantes: Primero, Dios es el Creador y el Padre de todas las personas y grupos de personas, pero aquí anunció Su intención de crear para Sí mismo, un pueblo en particular, que sería para Él, Su "especial tesoro sobre todos los pueblos". Esto para mí, sin dudas representa la separación de Su pueblo elegido, del resto de la población mundial general. Teológicamente hablando, esta separación se establece en término del plan bíblico global de redención, y es en sí el comienzo de la ejecución de Su intención de acercarse a un pueblo que se unirá a Él por toda la eternidad, como miembros adoptivos de Su familia. Segundo, es sumamente importante la expresión del monoteísmo completo que se plantea con las palabras: “porque mía es toda la tierra”.
Quiero llamarte la atención porque esta es una de las declaraciones más claras de monoteísmo que aparecen en la Biblia, y ciertamente debe haber sido un concepto nuevo para muchos de los presentes al escuchar cuando Moisés transmitió esas palabras a la gente en primer lugar, señalando así su importancia, ya que muchos de ellos habían crecido siendo creyentes politeístas, es decir, creyendo en muchos dioses. El politeísmo no radica en la cantidad de dioses, sino en creer en alguien más que Dios, y Su manifestación trina: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
La elección de Israel por parte de Dios les confirió un papel especial como “representantes” de Él. Ellos no debían ser un pueblo que estuviera encerrado en sí mismo, disfrutando de su relación especial con Dios sin prestar atención al resto del mundo. Ellos debían representarlo a Él ante el resto del mundo, y tenían que, por todos los medios, intentar traer hasta Él al resto del mundo.
Presta ahora mucha atención a lo que voy a decirte, ya que, en otras palabras, el desafío de ser "un reino de sacerdotes y gente santa" representa la responsabilidad que está inherente en la promesa original hecha a Abraham en Génesis 12: 2-3:” …y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, […] y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.
Los sacerdotes servían como intermediarios entre Dios y los seres humanos para ayudarlos a acercar a Dios y para ayudar a propagar la verdad, la justicia, la gracia, la disciplina y la santidad de Dios a los seres humanos. Israel fue llamado a cumplir esa función en aquel mundo. ¿Cómo? La respuesta no está explicada en el este contexto, pero pienso que bien pudo tener lugar de cuatro formas: 1) Israel sería un ejemplo para las personas de otras naciones, que verían sus creencias y acciones santas y se impresionarían tanto que llegarían a querer conocer personalmente al mismo Dios que los israelitas conocían. 2) Israel proclamaría la verdad de Dios e invitaría a las personas de otras naciones a aceptarlo por medio de la fe, como lo muestra la confesión de fe en Él y la aceptación de Su Pacto, como ya lo había hecho Jetro. 3) Israel sería un intercesor en favor del resto del mundo, presentando ofrendas que fueran agradables a Dios (tanto por medio de sacrificios como por medio de una conducta correcta) y así eliminaría la distancia que separaba a la humanidad de Dios. Y 4) Israel mantendría las promesas de Dios, preservando Su Palabra que había sido hablada y registrando Su Palabra tal como se la revelaba, de modo que una vez que hubiera llegado el cumplimiento del tiempo, cualquiera en cualquier parte del mundo pudiera beneficiarse de toda la verdad revelada, es decir de las Escrituras.
Este pasaje bíblico terminaba ordenando a Moisés que se asegurara que los israelitas escucharan el llamado de YHWH (Jehová) para establecer con Él, una relación mediante un Pacto.

PARA REFLEXIONAR:
¿De qué manera creativa puede la iglesia, como el cuerpo de creyentes, dar a conocer a los no creyentes al Dios Santo que está buscando a este mundo perdido?

REFLEXIÓN INDIVIDUAL:
 ¿Qué significa para ti la santidad de Dios?
¿Cómo imaginas que se pueda reflejar la santidad de Dios?
¿Qué implicaciones tiene esto para tu vida actual y futura?
Teniendo en cuenta la Santidad de Dios, ¿consideras que tienes que hacer algunos ajustes en tu vida?
¿Cómo pudieras tú reflejar la Santidad de Dios?
¿Recuerdas algún caso de alguien que se apartó de la iglesia?
¿Cuándo fue la ultima vez que oraste por esa persona?
¿Crees firmemente que Dios la pudiera traer de vuelta a la iglesia?
¿Has juzgado mentalmente a esa persona? ¿Crees que tu juicio fue justo?
¿Qué pudieras hacer por esa persona para mostrarle el amor de Dios?  


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Oscar