martes, 27 de noviembre de 2018

ESTUDIO DE ÉXODO (40)


ÉXODO 35:4-29 GRACIA Y GENEROSIDAD


PENSAMIENTO INICIAL:
           A medida que entendemos y sentimos la Gracia de Dios, debemos de motivarnos a ser generosos con nuestras posesiones materiales, para edificar Su reino eterno.

Después de haber sido juzgados severamente por el incidente del becerro de oro, los hijos de Israel experimentaron un tiempo de arrepentimiento y pesar. Ellos respondieron al mensaje que Dios les daba mediante Moisés. Este nuevo tipo de relación con Dios, también los hizo tan generosos, que trajeron más de lo que se necesitaba para construir el Tabernáculo.

Yo nunca he sido parte, o he conocido de alguna iglesia moderna en la que el pastor haya tenido que decirles a los miembros que, por favor, dejen de contribuir por un tiempo pues no hay qué hacer con tanto dinero. Yo tengo el privilegio de ser parte de una iglesia muy fuerte económicamente que es generosa con los que tienen necesidades. Y en verdad, hay tantas necesidades que nunca es suficiente lo que se puede colectar. Con mucha tristeza vemos que hay personas que dan abundantemente, que otras dan regularmente y muchas que dan muy poco o no dan nada.

Estos últimos son el tipo de personas a las que todo les parece poco. Siempre quieren más y quieren lo que no tienen o lo que otros poseen. Son insaciables. Son una especie de barril sin fondo. Viven anhelando tener lo que no tienen, y a lo mejor ni siquiera necesitan, en lugar de regocijarse y disfrutar de lo que ya tienen que de seguro es más de lo que tenían antes. Este tipo de personas tienen que tener un encuentro transformador con Dios para entender que, en esta Tierra, solo somos mayordomos, simple administradores ya que nada en verdad nos pertenece. Ese era el sentir que habían adquirido los hijos del pueblo de Israel.

El apóstol Pablo en 2 Corintios 9:6-8 escribió: 6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 7Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”.

PASAJE BÍBLICO: ÉXODO 35:4- 29

Éxodo 35:4 – 29: 4 Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado: 5 Tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová; todo generoso de corazón la traerá a Jehová; oro, plata, bronce, 6 azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, 7 pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, 8 aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, 9 y piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral. 10 Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Jehová ha mandado: 11 el tabernáculo, su tienda, su cubierta, sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus columnas y sus basas; 12 el arca y sus varas, el propiciatorio, el velo de la tienda; 13 la mesa y sus varas, y todos sus utensilios, y el pan de la proposición; 14 el candelero del alumbrado y sus utensilios, sus lámparas, y el aceite para el alumbrado; 15 el altar del incienso y sus varas, el aceite de la unción, el incienso aromático, la cortina de la puerta para la entrada del tabernáculo; 16 el altar del holocausto, su enrejado de bronce y sus varas, y todos sus utensilios, y la fuente con su base; 17 las cortinas del atrio, sus columnas y sus basas, la cortina de la puerta del atrio; 18 las estacas del tabernáculo, y las estacas del atrio y sus cuerdas; 19 las vestiduras del servicio para ministrar en el santuario, las sagradas vestiduras de Aarón el sacerdote, y las vestiduras de sus hijos para servir en el sacerdocio. 20Y salió toda la congregación de los hijos de Israel de delante de Moisés. 21Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras. 22Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrenda de oro a Jehová. 23Todo hombre que tenía azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, o pieles de tejones, lo traía. 24Todo el que ofrecía ofrenda de plata o de bronce traía a Jehová la ofrenda; y todo el que tenía madera de acacia la traía para toda la obra del servicio. 25Además todas las mujeres sabias de corazón hilaban con sus manos, y traían lo que habían hilado: azul, púrpura, carmesí o lino fino. 26Y todas las mujeres cuyo corazón las impulsó en sabiduría hilaron pelo de cabra. 27Los príncipes trajeron piedras de ónice, y las piedras de los engastes para el efod y el pectoral, 28 y las especias aromáticas, y el aceite para el alumbrado, y para el aceite de la unción, y para el incienso aromático. 29De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra, que Jehová había mandado por medio de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria a Jehová.

 ANALIZANDO EL PASAJE BÍBLICO:

Moisés desafió a la congregación del pueblo de Israel a contribuir con todos los materiales que se necesitaban para la construcción del Tabernáculo de Reunión que Dios había diseñado y prometido que sería Su morada terrenal.

El rasgo distintivo de la apelación que Moisés hizo a la congregación es que debía ser completamente voluntaria. Todos los materiales necesarios para el Tabernáculo debían ser donados por los corazones generosos de los hijos de Israel. En el momento de su partida de Egipto, los súbditos del Faraón se encontraban casi en un estado de pánico debido a la muerte repentina de todos los primogénitos que había alcanzado a todas las familias de Egipto, incluyendo a los primogénitos de sus rebaños y manadas, sus cultivos y sus campos. 

Por lo tanto, los egipcios estaban ansiosos por cargar a los israelitas con todas las telas, metales y piedras preciosas que pudieran necesitar. No podemos estar seguros de sí hubo quienes acumularon algunos de estos artículos durante los años que permanecieron en Egipto. Pero, en cualquier caso, los israelitas estaban siendo retados a contribuir generosamente de lo que tenían para edificar el Tabernáculo de acuerdo con el plan perfecto de Dios. Ellos tuvieron el privilegio de dar al Señor con un corazón dispuesto, en lugar de hacerlo bajo la presión. Por esta razón, el santuario se convertiría en un producto de su generosidad y devoción espontáneas.

Este hermoso santuario iba a ser el producto de una labor comunitaria, incluyendo a los hábiles artesanos que habían aprendido su oficio mientras servían a los grandes artistas de Egipto, que superaban con creces a los especialistas en las artes en el antiguo Cercano Oriente. 

¿Qué mayor honor podría haber que jugar un papel en la edificación de este hermoso Tabernáculo y de todos sus accesorios y darse cuenta de que cada uno de ellos había jugado un papel importante para ejecutarlo a la perfección? 

Se requeriría “un comité de construcción” muy grande para realizar esta monumental tarea, y cada especialista que se había capacitado en Egipto, se sentiría muy privilegiado de haber podido participar en esta empresa. Algunos preparaban los revestimientos para colocarlos sobre el techo de la gran carpa, mientras que otros preparaban los cierres, los marcos y los soportes de metales pesados. 

Las hermosas y costosas vestimentas del Sumo Sacerdote y de sus hijos debían corresponder con la habilidad de aquellos que habían aprendido estas técnicas de tejido y bordado durante su estancia en Egipto.
Todos los que tuvieron el privilegio de participar en amueblar y edificar este hermoso santuario, de acuerdo con todas las instrucciones que Dios le había dado a Moisés durante esos cuarenta días, cuando hablaron sobre las cosas necesarias para este centro de adoración, sintieron mucha alegría. Este Tabernáculo fue muy importante para la vida espiritual de la multitud del pueblo de Israel. 

Aquí debemos tomar nota del énfasis en el alegre entusiasmo de todos los voluntarios, quienes consideraron que era un gran privilegio participar en este proyecto emocionante. Incluso en nuestros días, una congregación de una iglesia local entusiasta y motivada hará un gran impacto en toda la comunidad. 
No sabemos cuánto tiempo le llevó organizar a sus “comités” y realizar sus tareas, pero el texto bíblico sugiere que aquellos que contribuyeron con sus joyas y metales preciosos más costosos lo hicieron sintiendo que tenían un gran privilegio y no una obligación que tenían que cumplir por necesidad y sin entusiasmo. Cualquier cosa que pudieran aportar para la edificación del Tabernáculo, sin importar lo costoso que pudiera ser, les hizo sentirse muy privilegiados de poder contribuir y ser parte de aquella obra monumental e histórica.

 
PARA REFLEXIONAR
:
¿Por qué hay tantos cristianos que fallan al no dar generosamente para la obra de Dios?  

REFLEXIÓN PERSONAL:
 ¿Contribuyes regularmente al mantenimiento y la expansión de la Obra de Dios mediante tu iglesia local?

Si no lo haces, ¿cuál es el motivo para no hacerlo?

Si contribuyes regularmente, ¿cuánto das? ¿Das el diezmo? ¿Das más del diezmo? ¿Das menos del diezmo?

¿Piensas que si contribuyes no te va a alcanzar para cubrir tus necesidades?

Cuándo ves a alguien necesitado, ¿piensas que tu iglesia debería ayudarlo? En ese caso, ¿de dónde piensas que tu iglesia saca el dinero para hacer esas cosas?

¿De dónde crees que tu iglesia obtiene el dinero para poder hacer todo lo que hace?

¿De dónde crees que sale el dinero para que tu iglesia pueda hacer aquellas cosas que disfrutas en ella?

¿Crees que lo que tienen mucho deben dar más que tú que no tienes tanto?

¿Observas que al pueblo de Dios no se le pedía que contribuyera con una cantidad sino con un porciento?

De esa manera se es justo. El 10 por ciento (Diezmo) significa lo mismo para el que tiene mucho que para el que tiene poco. ¿Contribuyes regularmente con tu diezmo para el sostenimiento y la expansión de tu iglesia?

Y no es solo de tu dinero, es de todo, ¿qué parte de tu tiempo le dedicas a Dios?


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Oscar