ÉXODO 39:32-43 El tribunal de Cristo
PENSAMIENTO INICIAL:
Como miembros del Tabernáculo viviente de Dios, nosotros todos debemos hacer nuestra parte para prepararnos para la inspección final por parte de Dios
Como miembros del Tabernáculo viviente de Dios, nosotros todos debemos hacer nuestra parte para prepararnos para la inspección final por parte de Dios
Cuando llené la solicitud para obtener mi primer trabajo pago en
una factoría en los Estados Unidos hace muchos años, entre otras cosas me
preguntaron el número de la matrícula de mi auto. Yo entonces no tenía auto.
Este era mi primer empleo pago, por lo que le dije a la entrevistadora que con
mi primer sueldo trataría de comprar un auto. A lo que me respondió: Usted
parece que no ha entendido, cuando tenga un auto, regrese que aquí tenemos
trabajo para usted.
Regresé muy atribulado y la familia que me había “adoptado” y en
cuyo taller de mecánica yo pasaba el día ayudando, me dijeron: Mira ese auto
lleva allí mucho tiempo, vamos a llamar al dueño y le vamos a hacer una oferta.
Si lo vende, consigues el dinero y lo compras. Nosotros lo arreglaremos y
compraremos las piezas que necesita para comenzar a funcionar. Y así lo
hicimos, conseguí el dinero prestado, y se inició la labor de recuperación en
la que trabajamos sin descanso por muchos días, gracias a la generosidad de mi
“familia adoptiva” que puso el tiempo y los recursos para adquirir las piezas y
“resucitar” aquel cadáver: era un Pontiac modelo Sunbird del año 1979, con
tantas millas caminadas que el odómetro no las podía contar. En su tiempo fue
un impresionante auto deportivo con todos los extras, pero los años y las
millas habían dejado su huella indeleble en él.
Ahora el asunto estaba en lograr que el auto pudiera pasar la
inspección estatal para reinscribirlo a mi nombre. Y en eso concentré mis
esfuerzos y lo concentraron mis hermanos de aquella amada familia que emplearon
muchas horas de trabajo para lograr lo que parecía un imposible: Tener el auto
listo para que pasara la inspección final, ¡y la pasó!
PASAJE BÍBLICO: ÉXODO 39:32-43
Éxodo
39:32-43:
32 Así fue
acabada toda la obra del tabernáculo, del tabernáculo de reunión; e hicieron
los hijos de Israel como Jehová lo había mandado a Moisés; así lo hicieron. 33 Y trajeron el tabernáculo a Moisés, el
tabernáculo y todos sus utensilios; sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus
columnas, sus basas; 34 la cubierta
de pieles de carnero teñidas de rojo, la cubierta de pieles de tejones, el velo
del frente; 35 el arca del
testimonio y sus varas, el propiciatorio; 36 la
mesa, todos sus vasos, el pan de la proposición; 37
el candelero puro, sus lamparillas, las lamparillas que debían
mantenerse en orden, y todos sus utensilios, el aceite para el alumbrado; 38 el altar de oro, el aceite de la unción, el
incienso aromático, la cortina para la entrada del tabernáculo; 39 el altar de bronce con su enrejado de
bronce, sus varas y todos sus utensilios, la fuente y su base; 40 las cortinas del atrio, sus columnas y sus
basas, la cortina para la entrada del atrio, sus cuerdas y sus estacas, y todos
los utensilios del servicio del tabernáculo, del tabernáculo de reunión; 41 las vestiduras del servicio para ministrar
en el santuario, las sagradas vestiduras para Aarón el sacerdote, y las
vestiduras de sus hijos, para ministrar en el sacerdocio. 42 En conformidad a todas las cosas que Jehová
había mandado a Moisés, así hicieron los hijos de Israel toda la obra. 43 Y vio Moisés toda la obra, y he aquí que la
habían hecho como Jehová había mandado; y los bendijo.
ANALIZANDO EL PASAJE
BÍBLICO: Los escritores del Nuevo Testamento usaron distintas
metáforas para describir a la iglesia del Señor Jesucristo. La analogía que
surge directamente del Antiguo Testamento es el Santuario de Dios, que se
refiere directamente al Tabernáculo que fue construido por los hijos de Israel
en el desierto. Cuando Moisés realizó la inspección final, descubrió que los
israelitas habían seguido meticulosamente las instrucciones de Dios y los
bendijo por su obediencia.
El
Nuevo Testamento esta lleno de instrucciones específicas para edificar a la
iglesia, que es el santuario vivo de Dios. No hay un concepto que haya sido
usado más que el que se refiere a lo que debemos de hacer unos por los otros.
Pablo de manera muy bella resume estos conceptos usando la metáfora del cuerpo
humano para destacar cómo tenemos que construir el templo vivo de Dios.
Dice
el apóstol Pablo en Efesios 4:16: “…de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro,
recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.
En cierto momento, en un tiempo que ha sido
determinado por Dios, el proceso de edificar el cuerpo de Cristo se completará.
Entonces, todos estaremos de pie frente a Dios para someternos a la inspección
final a la que el apóstol Pablo llamó la “beyma”
que se traduce al español como el tribunal de Cristo; dice en Romanos 14:
10-12 10 Pero
tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu
hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. 11 Porque escrito está: Vivo yo, dice el
Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. 12 De manera que cada uno de nosotros dará a
Dios cuenta de sí. Y en 2 Corintios 5:10: Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal
de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en
el cuerpo, sea bueno o sea malo.
Entonces cada uno de nosotros será evaluado según lo
que haya hecho. Según sus obras como creyente, porque lo que hacemos, revela lo
que somos. No se trata de obras para obtener la salvación, pues esta se recibe
por fe, por la gracia de Dios y no por algo que nosotros podamos hacer. Lee
Efesios 2:8-10:
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Tristemente, algunos serán salvos, pero no recibirán
alguna recompensa por su fidelidad, porque sus obras no pasarán la prueba de su
fidelidad a Dios, lee lo que dice 1 Corintios 3:15 “Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo
será salvo, aunque, así como por fuego”.
PARA REFLEXIONAR:
¿Cuáles son algunas de las obras que
debemos hacer para recibir nuestra recompensa en la inspección final?
REFLEXIÓN PERSONAL:
¿Si tuvieras que comparecer mañana ante el
tribunal de Cristo, estás listo/ lista?
¿Hay algo en tu vida que debes arreglar antes de que llegue ese momento?
¿Hay algo en tu vida que debes arreglar antes de que llegue ese momento?
¿Cómo son tus relaciones con tus hermanos en la iglesia?
¿Estás enemistado con algún hermano?
¿Cómo es tu actitud en relación con el ministerio que realiza tu
iglesia?
¿Decides tu participación en Las actividades especiales de tu iglesia
de acuerdo con tu preferencia o de acuerdo con la necesidad que hay de tu
ayuda?
¿En qué lugar de tu lista de prioridades está tu iglesia para ti?
¿Crees que Cristo está feliz con lo que haces?
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Oscar