¿Cómo es Dios el Padre?

La maestra le pidió a los alumnos que hicieran un “dibujo libre”. Al poco rato comenzó a ir a los asientos para observar lo que los niños estaban dibujando. Pacientemente le pregunta a cada uno, qué era lo que estaba pintando, escuchando atentamente las explicaciones que le daban los alumnos.
Al llegar al asiento de Pepito, vio al niño muy atareado en su dibujo, y le hizo la pregunta de rigor: ¿Pepito que estás pintando? A lo que el niño, sin vacilaciones, le respondió: Estoy pintando a Dios, maestra. La profesora sorprendida por esta respuesta tan inusual le dijo: Pepito, ¿cómo vas a pintar a Dios, si a Él nadie lo ha visto? A lo que el niño respondió, ¿nadie lo ha visto? Entonces deje que yo termine…
Es posible que usted se sonría con esta historia. Tristemente, muchas personas tratan de formar su representación de Dios, basadas en sus experiencias y vivencias. Somos seres humanos y tratamos de conformar e imaginar las cosas a nuestro modo. El movimiento que recibió en nombre de “Renacimiento” es en parte responsable de haber hecho representaciones pictográficas (pinturas) y esculturas de Dios. Artistas como Miguel Ángel decoraron lugares como la Capilla Sixtina en el Vaticano pintando la historia de la creación, la caída, la expulsión del hombre del jardín del Edén, entre otros temas. Miguel Ángel fue seleccionado por el Papa Julio II, para pintar el techo de la Capilla Sixtina que hasta ese entonces estaba pintada de azul. También la Capilla contaba con obras de otros importantes pintores como Boticelli, Giraldao y Dalmata. Claro está que Miguel Ángel usó su imaginación y la figura de un modelo, al parecer basándose en ideas ya propagadas en el siglo 15 y principios del 16 sobre la figura de Dios.
Lamentablemente, estas ideas han permeado incluso a la literatura religiosa. Entonces, ¿Cómo es en realidad el Padre celestial? Leamos Éxodo 34: 5-8
“5 Y el SEÑOR descendió en la nube y estuvo allí con él, mientras éste invocaba el nombre del SEÑOR.
6 Entonces pasó el SEÑOR por delante de él y proclamó: El SEÑOR, el SEÑOR, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad;
7 el que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable ; el que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación.
8 Y Moisés se apresuró a inclinarse a tierra y adoró”, (LBLA)

Aquí vemos que Dios cumple lo que le había prometido a Moisés de pasar junto a él y permitirle ver su gloria. Moisés había retornado al monte Sinaí después de haber levantado el Tabernáculo siguiendo las instrucciones de Dios (en los archivos de este blog esta la serie de estudios que escribí sobre el Tabernáculo) y haber hecho otro juego de Tablas de piedra, porque había roto las primeras con el incidente del becerro de oro (Éxodo 32:19). Cuando Moisés llegó al monte sagrado, Dios descendió como en una nube, y se le reveló de una manera comparable a la revelación recibida por medio de la zarza que ardía y no se consumía (Éxodo 3).
Observe cómo este hecho se relaciona con el de la zarza: dice la Escritura que Moisés invocaba el nombre de JHVH (Señor) y en Éxodo 3:14-15 dice:
14 Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: "YO SOY me ha enviado a vosotros."
15 Dijo además Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: "El SEÑOR (JHVH), el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros." Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación.
También en este blog hay una serie de estudios que escribí sobre los nombre con los que aparece Dios en la Biblia, si lo desea los puede consultar en los archivos del blog. Lea también Números 14:18; Nehemías 9:17; Salmos 86:15; Salmos 103:8; Salmos 145:8; Joel2:13; Jonás 4:2 y Nahúm 1:3.
El Padre celestial es: MISERICORDIOSO, Él se conduele del sufrimiento de las personas que están atrapadas en la angustia del pecado, lo cual nos incluye a todos nosotros, Salmos 53:2-3 y Romanos 3:23. Él es PIADOSO, derramando sobre nosotros su favor inmerecido; la salvación que nos ofrece está basada en su bondad y no en algo bueno que pudiera ver en nosotros. DIOS ES TARDO PARA LA IRA, y esto es en verdad algo por lo cual debiéramos darle constantemente gracias, porque si no, tendríamos que experimentar el odio que siente por el pecado cada vez que quebrantáramos un mandamiento divino.
Considero que algo que debemos entender es que tenemos que ADORAR a Dios según sus términos y no de acuerdo a los nuestros. Dios es CONFIABLE, todo su carácter es digno de que tengamos absoluta confianza en Él.

Deseo llamar la atención al hecho de que la palabra MISERICORDIA es una traducción de la palabra hebrea chesed que es un término lleno de significados que incluyen acciones como, lealtad, amor y pacto. Esta chesed [MISERICORDIA] de Dios se manifiesta constantemente al Él perdonar la iniquidad, la rebelión y el pecado. Casi me atrevo a decir que el PERDÓN es un tema clave en la Biblia, ya que sin el perdón divino no hay esperanzas de salvación.

Ahora bien, no quiero que nadie se llame a engaños. Este Dios de amor, misericordia, piedad y perdón también es un Dios de IRA y JUICIO. Su JUSTICIA exige que sea así. Su naturaleza Santa así lo demanda. Dice en Éxodo 34:7, “…y que no tendrá por inocente al culpable…; Y luego añade algo que debemos entender muy bien, el Señor no juzgará a alguien por los pecados cometidos por otra persona. Sin embargo, las consecuencias de las malas acciones de una generación pueden sentirse durante varias generaciones consecutivas. A la luz de toda la Biblia está bien claro que Dios trata individualmente con cada persona. No importa quienes hayan sido los padres o los abuelos, los que se arrepientes de sus pecados, reciben el perdón de Dios y la vida eterna.
Ante un Dios tan majestuoso y grandioso la única respuesta posible del hombre, es la misma que tuvo Moisés: ¡INCLINAR LA CABEZA HACIA EL SUELO Y ADORAR!
¿Cómo responderá usted a Dios?
Lea el salmo 103, Isaías capítulo 40 y Efesios capítulo 1, tome una hoja de papel y escriba algunas cualidades o características que ellos atribuyen a Dios. Responda ahora a esta pregunta: ¿Cómo es Dios?