sábado, 25 de junio de 2011

¿Qué anda mal?

En 1787 se firmó la Constitución de los Estados Unidos de América. En aquellos días por el mundo estaban soplando aires de libertad y las ideas del humanismo se expandían y llegaban a todas partes. Las corrientes filosóficas abundaban y el ser humano parecía que estaba cobrando valor. Un hecho en particular separaba a la naciente nación americana de lo que estaba sucediendo en el resto del mundo. En primer lugar, la Constitución de los Estados Unidos de América comienza con una declaración fundamental: “Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos”… La revista Time Magazine esta semana presenta un artículo sumamente interesante acerca de la Constitución bajo el título: ¿Y tiene importancia todavía?

Déjenme aclarar un poco, para que puedan ver a dónde quiero ir. El sistema de gobierno de los Estados Unidos permite hacerle enmiendas a la Constitución. La Corte Suprema de Justicia puede regular y ajustar los principios que la Constitución establece en casos específicos al igual que la Cortes Supremas en los Estados y el Congreso. De manera, que las cosas pueden “no ser como son” o “pueden ser como no son”. Este es una especie de trabalenguas del tipo de los que usaba Cantinflas, pero es lo que más se me parece a las cosas que veo.

Si usted agarra un billete de un dólar, por una parte tiene a la figura de George Washington, y por la otra una oración que dice: “NOSOTROS CONFIAMOS EN DIOS”. Pero no se llame a engaños, eso es pura propaganda política. Cuando yo llegue a esta nación, como un inmigrante que había sido perseguido y castigado por su fe en un país comunista, creía haber llegado al lugar de la Tierra que estaba más cerca del cielo. ¡Pero a los pocos días de estar aquí, me llevé una gran decepción! Estados Unidos NO ES una nación cristiana. Y aunque hay libertad de culto y de expresión, parafraseando a Enrique Javier Poncela: “Hay algunas personas, cuya libertad es más libre”.

Hace unas semanas estaba hablando con un amigo que es pastor, y le comentaba la manera en la cual yo veía que el pecado se había introducido en algunas congregaciones, sin que nadie le prestara atención ni le diera importancia. Pecados como la mentira, el chisme, la maledicencia, la fornicación, la envidia, el orgullo, las borracheras, la pornografía, la glotonería, la idolatría y la arrogancia, por solo mencionar unos pocos ya no parecen ser cosas de la vieja manera de vivir, sino que algunos que se llaman “cristianos” los siguen practicando y en ocasiones hasta se jactan de lo que hacen. Para mi sorpresa, mi amigo comenzó a elaborar una especie de teoría acerca de la gracia, que en definitiva acaba por justificarlo todo y dejar las cosas como están, sin enfrentarlas con la verdad de Dios.

Yo tal vez me estoy volviendo loco. Pero en las Biblias que yo tengo y leo, y no creo que me falte alguna versión en inglés o en español de las que se han publicado, al pecado, se le llama pecado. Y el castigo por el pecado es la muerte. Es cierto que Dios ama a los pecadores. Y los ama tanto que fue capaz de enviar a su Hijo a la tierra a sufrir para pagar el precio que nuestros pecados merecían. Gracias a eso podemos ser salvos, pero eso no quiere decir que podamos seguir viviendo en el pecado. Dios ama al pecador, PERO ABORRECE EL PECADO. No se llame a engaños. Si usted está VIVIENDO EN PECADO, fíjese que no digo que si usted peca, ¡todos pecamos! Esa es parte de nuestra naturaleza pecadora. Pero eso es diferente a vivir pecando, estando consciente de que lo estamos haciendo. Es como si expusiéramos la sangre de Cristo a vituperio. Es como pecar a sabiendas retando a Dios y como diciéndole que hacemos lo que hacemos porque nos da la gana.

No voy a dar ejemplos, hay suficientes. Si usted no sabe a qué me refiero, pídale a Dios que le revele los pecados que usted está cometiendo y de manera especial, sus pecados ocultos. El Espíritu Santo le habla a nuestros corazones de una manera muy clara. Si tiene dudas, ante algo; si no sabe si algo está bien o mal: ¡NO LO HAGA! Probablemente es malo y si es malo, es un pecado.

¿Y por qué estoy hablando de esto? Seguramente usted también se despertó esta mañana con la noticia de que el Gobernador del estado de New York había firmado la ley autorizando el matrimonio entre HOMOSEXUALES. Las imágenes de miles de personas celebrando este “increíble” acontecimiento perturbaron mi espíritu. Con dolor veo como América ha dejado de ser la nación que el mundo veía como cristiana, para venir a ser un país liberal que cada día se aparta más de los principios que promulgaba creer y no solo se ha apartado de Dios si no que es como si se jactara de ello.

¿De qué vale que los políticos terminen sus discursos pidiendo que Dios bendiga a América? No nos llamemos a engaños, la prosperidad económica y el poderío de esta nación, data de los días en los que la nación respetaba a Dios. Lamentablemente, la Biblia está llena con las historias de lo que les ocurrió a aquellos que desecharon y le dieron la espalda a Dios. ¿Recuerda el cautiverio de Israel bajo Nabucodonosor? ¿Cuál fue el motivo? ¿Por qué terminó Israel de esa manera?

Llámenle como quieran. No hay tal “modo de vida ALTERNATIVO”. Es un cuento la historia que han inventado acerca de que la gente nace “predispuesta” para ser homosexual. Señores lo lamento, pero la homosexualidad ES UN PECADO y como otros muchos otros pecados, es un vicio. Dios ama a los HOSEXUALES, ese es un principio bíblico y una gran verdad teológica. Pero para que un homosexual pueda entrar en una relación con Dios, tiene que abandonar, y déjeme decirlo claro: ¡EL PECADO! Amigos de justificarlo todo, y de llevar la Gracia a lo que esta no cubre: LA PERMANENCIA EN EL PECADO, permítanme decirles que es verdad que Dios es amor, pero también es verdad que Dios es FUEGO CONSUMIDOR. La Santidad de Dios no puede estar donde hay pecado. Es como el aceite y el vinagre: NO SE PUEDEN UNIR.

Si Dios hubiere tenido intención de que existieran parejas del mismo sexo, probablemente no hubiera creado a Eva, sino a otro hombre. Pero Dios es Santo y perfecto, el problema es que el diablo lo pervierte todo y confunde a la gente. ¿Qué pasó en Sodoma y Gomorra? ¿Cuál fue el pecado que cometieron los hombres de aquella ciudad que colmó la copa y agotó la paciencia de Dios? ¿Cuál fue el pago por sus acciones? Espero que usted no me vaya a decir que eso es un “cuento de la Biblia” y que en realidad eso no ocurrió. ¿Le extraña que le diga esto? Eso me dijo alguien que se llama cristiano y que andaba con su Biblia en la mano, en una ocasión. Le pedí que me buscara un solo pasaje en las Escrituras que permitiera pensar que la homosexualidad no era un pecado. Después de un buen rato de buscar para adelante y para atrás, terminó diciéndome que en definitiva eso era como decir mentiras y que todos las decíamos. Tuve que llevar a este infeliz en enfrentarse con 1 Corintios 5:11 en la que escribió el apóstol Pablo: “Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”. Observe que dice NO OS JUNTEIS con ninguno que LLAMÁNDOSE, es decir: “El tal se dice que es, pero en realidad no es”. Lo siento por mi amigo que trataba de justificar el pecado dándole una connotación a la Gracia de Dios que no es lo que enseña la Biblia. Y por si fuera poco, Pablo añade en 1 Corintios 6:9-11 “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”.

No importa lo que hayas sido, la Gracia de Dios es suficiente para LIMPIARTE DE TODO PECADO. Dios por medio de Cristo te ofrece y te da un nuevo corazón, una nueva vida. Pero como en el caso de la mujer sorprendida en el lecho del adulterio, Jesús sigue diciendo: “Ni yo te condeno, VETE Y NO PEQUES MÁS”. Sí, la salvación tiene un precio: ¡Hay que dejar el pecado! La salvación es gratis, es por gracia, NO SE OBTIENE POR OBRAS. Claro está, no hay algo que podamos hacer suficientemente bueno para GANARNOS la salvación. Pero para obtener el perdón de Dios tenemos que ARREPENTIRNOS de nuestros pecados, lo que equivale a decir, DEJAR EL PECADO, no pecar más.

Este es un tema impopular, y sé que algunos se enfadaran conmigo. Yo estoy obligado a obedecer a Dios antes que a los hombres, de manera que no puedo callar lo que tengo que decir. NO QUIERO SONAR EXTREMISTA, pero lo que dice aquí Pablo está claro para mí. Es verdad que “Juanita o Sofía” que son hijas de no sé quién, se bautizaron y son muy “buenas muchachitas”. Hey, si están “viviendo” con sus novios, eso se llama FORNICACIÓN y Pablo dice que los fornicarios NO HEREDARÁN el Reino de los Cielos. Trate de justificar. Busque lo que le parezca mejor, pero no creo que puede haber dudas, y lo mismo dice de los homosexuales de los unos y de los otros, hombres o mujeres.

¿Qué yo estoy juzgando? Dios me libre de hacer tal cosa. Yo soy de los pecadores el mayor, pero considero mi deber alzar mi voz y llamar la atención. Dios le habló al apóstol Juan para cerrar el período de revelación de su Palabra. Cuando el Espíritu le dio el mensaje para las iglesias del Asia Menor, le dijo: “EL QUE TIENE OIDOS PARA OÍR, OIGA”.

El Señor sabía que en los postreros tiempos se levantarían falsos profetas, que los falsos maestros vendrían a enseñar doctrinas de engaño y QUE HASTA LOS FIELES SERÍAN CONFUNDIDOS. Por eso hoy la apelación de Apocalipsis sigue vigente: El que tiene oídos para oír, oiga...

Alguien una vez me dijo algo que por supuesto es un disparate, pero por si acaso, lo señalo. Ese buen hombre me dijo que ese llamado de Pablo, solo era aplicable a la iglesia de Corinto. Le dije lo mismo que voy a usar para concluir en esta tarde. En Apocalipsis se nos presenta el paisaje final de la historia de la humanidad. Justo en Apocalipsis capítulo 21:5-8 dice: “5Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.

No considero que esta sea una lista exhaustiva. De manera que si no ve que aquí se mencione la “pornografía”, eso no quiere decir que está bien y que eso no es un pecado. Y así el resto de las cosas que señala Pablo. Fíjese que dice: ¡EL QUE VENCIERE! Entienda que esto es una lucha, y como dije en el estudio anterior, es contra principado y potestades con fuerzas de las tinieblas. Y contra ellas lo único que podemos y TENEMOS que hacer es orar y estudiar y VIVIR la Palabra de Dios. ¡Que Él nos bendiga!

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Oscar