sábado, 13 de agosto de 2011

Enfrentando los cambios confiando en los planes de Dios, II Parte


Vamos a continuar el estudio iniciado la semana pasada que igual que dije la semana anterior fue hecho por un amigo a quien aprecio mucho que acaba de perder su empleo y dio este estudio para explicar su renuncia al cargo que desempeñaba.
SEGUNDO PRINCIPIO: Enfrenta las situaciones como son y no como tú quisieras que fueran.

“Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos. 6Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os disminuyáis. 7Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz”. Jeremías 29:5-7

Algunas observaciones y aplicaciones:

1. “Edificad casas, y habitadlas”. Esto quiere decir que es necesario dejar atrás la mentalidad del “por un ratico”. Desde hace tres años cada día escucho la misma historia: “Ya pasó lo peor”. La economía se está recuperando y todo va estar mejor que antes. Espera un poquito más… Pero esto no es lo que aquí se estaba planteando. Es diferente. No sabemos cuándo esto va a terminar o cuánto va a durar; así que hay que adaptarse a una nueva manera de vivir y seguir adelante. Es posible que tengamos que enfrentar dificultades, pero eso responde a un plan que Dios tiene para nosotros con un buen final.

2. “…plantad huertos, y comed del fruto de ellos”. En otras palabras, manténganse ocupados y sean productivos. Lo mejor que podemos hacer cuando nos sentimos decaídos y frustrados es hacer algo. Nunca debemos dejar que nos venza el deseo de sentarnos y comenzar a comentar acerca de “lo mala que están las cosas” y criticar todo lo que otros hacen. Hay que vencer la tentación de la falta de acción y hacer “algo”. Obrar, no criticar. Actuar, no hablar mal de los demás. No hacer para lucir mejores que los otros, actuar conforme a la voluntad de Dios.

3. “dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas” hay que expandir la vista y mirar más allá de uno mismo y de esta generación. Hay que trabajar a favor de las generaciones futuras. Mirar a nuestro tiempo, a nuestros días, es una actitud egoísta que está muy lejos de la voluntad de Dios. Hay que elevar la vista al futuro, aunque tal vez no lo podamos ver con nuestros ojos, lo verán nuestros hijos.

4. ”Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar y rogad por ella”. Esto es en realidad algo completamente fuera de la costumbre humana. Se está pidiendo orar y trabajar por el bienestar de aquellos que nos han hecho daño y que nos están haciendo mal, que son los causantes de la situación que tenemos en este momento. La pura verdad es que en la medida en la que Dios los bendiga a ellos, nosotros también seremos bendecidos.

Conclusión:

Cuando estemos atravesando dificultades es natural quedar atrapado deseando que las cosas vuelvan a ser como eran. No hay nada malo en recordar los buenos tiempos, y las cosas buenas en las que participamos o de las que fuimos parte. El problema surge cuando nos concentramos en el pasado y no enfrentamos la situación que se nos ha presentado. Tenemos que llegar hasta el punto de comprender que Dios nos ha puesto en esta nueva situación, nos ha llevado a este nuevo lugar en nuestras vidas y Él desea que vivamos esas circunstancias y Él nos dará las fuerzas necesarias y la capacidad para hacerlo. Tenemos que cambiar nuestra manera de pensar dejar de concentrarnos en el paso, Si logramos ver la situación presente eso es un tremendo paso de avance.

TERCER PRINCIPIO:

No te distraigas por las soluciones rápidas y fáciles.

“Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos; ni atendáis a los sueños que soñáis. 9Porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no los envié, ha dicho Jehová. 10Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar”. Jeremías 29:8-10.

Observaciones y aplicaciones.

1. “No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros”. Siempre hay “profetas” entre nosotros que por lo general tienen una “perspectiva espiritual” acerca de lo que nos está pasando. Incluso llegan a tener un “mensaje que Dios les dio”. Estamos rodeados de ellos y todo el tiempo nos relacionamos con ellos. Generalmente este tipo de “profetas” están interesados en su beneficio y no en el beneficio de usted. Están siempre a la caza de personas que estén atravesando dificultades y problemas. ¡Cuídese de ellos!

2. “…ni vuestros adivinos” Jeremías alerta en contra, incluso, de las personas que supuestamente consultaban la Palabra de Dios. Se trataba de gente “espiritual”, y lo trágico es que de esa gente se esperaba que se recibiera la Palabra y voluntad de Dios.

3. “…ni atendáis a los sueños que soñáis”… La gente trataba de interpretar sus sueños con esos “adivinos” y estos le decían al pueblo aquello que ellos sabían que el pueblo quería oír. Nosotros no necesitamos escuchar lo que nosotros queremos oír, tenemos que escuchar la verdad de Dios y su mensaje para nosotros.

4. “…Porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no los envié”… Los genuinos profetas de Dios, por lo general no presentan un mensaje fácil de cumplir, agradable, o que ofrece maravillas aquí en la tierra. Estudie los mensajes de Jesús y se dará perfecta cuenta que Él nunca prometió maravillas en la tierra. Él siempre dijo que “Su reino no es de este mundo”. Debemos estar alerta y desconfiar cuando alguien que viene hablando “en el Nombre del Señor” nos dice que todo está bien y que el futuro es mucho mejor y las cosas se van a arreglar rápidamente para nosotros sin que tengamos que hacer algún esfuerzo para lograrlo. Por ejemplo, si perdemos el empleo, y viene alguien a decirnos: “No te preocupes. Dios me dijo que te va a dar un trabajo mucho mejor, vas a trabajar menos y vas a ganar más en pocos días”. Lo más seguro que ese mensaje provenga de un “falso profeta” aunque él mismo no sepa que es un falso profeta. Lo más probable es que esa persona esté oyendo a su propio corazón y no haya buscado el mensaje que realmente tiene Dios para usted. Nunca olvide que el propio Jesús dijo: “…en el mundo tendréis aflicción... Y la promesa que nos dio no puede ser más clara: “Pero confiad, YO HE VENCIDO AL MUNDO”.

5. “Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar”… Dios tiene siempre un plan para nuestras vidas, pero por lo general, el tiempo de Dios y el nuestro marchan a distinto ritmo. Por lo general los planes de Dios no se desarrollan en 24 horas. Aquellos que han estado siguiendo el plan de lecturas para leer la Biblia completa en un año en nuestra iglesia, hoy estarán terminando de leer el libro de Jeremías y podrán comprender fácilmente que Dios en el resto de este libro, por medio de su profeta, muestra que Él tiene un plan para la nación de Israel. Le llamo la atención al hecho de que Dios no solo estaba actuando sobre el pueblo de Israel, Dios estaba desarrollando un plan para Babilonia además de estar trabajando en las vidas de los israelitas exiliados. No vaya a pasar por alto esta contundente oración:” Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años”... No me cabe alguna duda que el futuro de los exiliados israelitas estaba estrechamente vinculado a lo que Dios haría en Babilonia. Me fascina el hecho de que Dios le hubiera pedido a su pueblo que orara por Babilonia y trabajara a favor de esa nación.

CONClUSIÓN:

El plan de Dios para los exiliados israelitas era sorprendente. Dios había hecho algo en Babilonia que con el tiempo obraría para el bien del pueblo de Israel. A fin de cuentas Dios usaría los recursos de Babilonia (mediante el imperio Persa que conquistaría a Babilonia) para enviar a los exiliados israelitas de regreso a su tierra y para reedificar el Templo y las murallas. ¿Fascinante verdad? ¡Dios tenía un plan futuro cuando Israel estaba marchando al exilio! ¡Dios tenía un plan para reedificar el Templo cuando las tropas de Nabucodonosor lo estaban destruyendo y quemando! Sí, cuando Belsasar estaba profanado los vasos sagrados del Templo, Dios tenía un plan para retornar esos vasos a un segundo Templo reconstruido.
Pero mis hermanos, es difícil no ceder ante la tentación de aceptar una oferta rápida cuando estamos atravesando una situación difícil. Por regla general, esas ofertas son solo una distracción del plan de Dios que es el que traerá resultados verdaderos y duraderos. Esto es especialmente una gran verdad cuando se refiere al aspecto espiritual.

Debemos OLVIDARNOS de los planes que nos ofrezcan resolver la situación rápidamente. Y debemos rápidamente concentrarnos en buscar el PLAN DE DIOS. Debemos de mirar al plan de Dios y no a los planes de los hombres…

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Oscar