martes, 17 de abril de 2012

Ateísmo y confusión I Parte

Para los que tuvimos el amargo privilegio de vivir en un país auto titulado socialista y que abrazó e impuso por la fuerza la filosofía marxista leninista como doctrina y discurso político, no nos asusta y nos resulta muy fácil percibir los rasgos e influencias del ateísmo en cualquiera de sus manifestaciones. El ateísmo no es algo nuevo. Lo curioso del caso es que se originó en Europa y sus ideólogos más notables, están dentro de lo que podemos considerar como la filosofía clásica alemana. Nietzsche, que a propósito murió loco, fue uno de los filósofos que hizo grandes aportes al ateísmo.

Siempre me han llamado la atención algunas cosas, por ejemplo, que la gente de “izquierda” por lo general se considera atea. Que los ateos, consideran que su filosofía, es científica, aunque se basan en algo que no está probado: la evolución. Que el “socialismo” está vinculado al ateísmo, incluyendo al nazi socialismo alemán llevado al extremo por Adolfo Hitler y al leninismo de la Revolución Bolchevique de Rusia. Me llama la atención como algunos intelectuales, se dejan seducir y arrastrar por las tendencias e ideas ateístas, cuando por definición debían pensar y ejercer el razonamiento puro.

Tal vez por mi experiencia y sufrimientos pasados me resulta más fácil percibir ciertas tendencias. Déjenme decirles algo: El ateísmo está presente en muchas áreas de la sociedad norteamericana moderna. No es que los incrédulos hayan recibido una recepción pública y reconocimientos por lanzar su mensaje en contra de Dios. Observe lo que acabo de decir: No es que haya personas que se nieguen a creer en Dios, es que, ademar de hacer alardes de su incredulidad que hay veces que raya con la ignorancia, se toman la libertad de atacar a los que creemos y de atacar nuestras ideas y principios éticos y morales con calificativos que expresan su frustración y falta de realización.

Por ejemplo Snaps Christopher Hitchens, escribió un libro titulado God Is Not Great: How Religion Poisons Everything ( la traducción del subtítulo sería: Como la religión lo envenena todo) aunque en el libro no se manifiesta el autor como un ateo militante, o a lo menos, no me da esa impresión, este señor dice, entre otras muchas tonterías: “muchas de las enseñanzas del cristianismo son increíbles, míticas e inmorales”. Algunos ateos no confesos, como Richard Dawkins, han llegado hasta el extremo de decir que: “Los cristianos lo que tienen que hacer es callarse la boca”. No mis amigos, este señor no es un castrista cubano, es norteamericano y escribe en inglés al público norteamericano. Parece que este “buen señor” ha olvidado que en esta nación la constitución garantiza el derecho a la libre expresión. Y de la misma manera que él se toma el derecho de mandar a callar a los cristianos, nosotros tenemos el derecho de llamarle cretino.

Muchos otros autores ateos, como por ejemplo Douglas Wilson y Francis Collins han pedido que les quiten el “cartelito” de ateos, aunque ellos lo sean. ¿Curioso verdad? No conozco ningún caso de algún cristiano profeso, que escriba sobre asuntos de la fe que haya pedido que no le llamen cristiano. Si usted, con un poco de paciencia, lee a alguno de estos “escritores ateos” verá cuan cierto es lo que dije antes de la identificación del ateísmo con los “principios socialistas. Por supuesto que hay ateos que no son socialistas, pero casi todos los socialistas, son ateos. No puedo dejar de mencionar al tristemente famoso Bertrand Russell y su ensayo titulado: “Por qué no soy cristiano”. Me he preguntado muchas veces, cuántos de estos ateístas están o terminarán tan locos como el famoso Friedrich Nietzsche, si no es que ya lo están.

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Oscar