miércoles, 11 de abril de 2012

El llamado al ministerio: Qué, quién y dónde

Con mucha frecuencia, algunas personas me hacen comentarios acerca de su “llamado” al ministerio. Muchas veces me he preguntado si algunas de estas personas están en verdad confundidas y creen realmente lo que dicen. No encuentro con facilidad personas que me digan que están llamadas a ministrar en lugares con pocas condiciones y recursos. Más bien, la mayor parte de la veces se trata de “llamados” a lugares en los cuales, por lo general, se va a recibir una remuneración mayor, y no es que esté en contra de que el obrero reciba lo que merece.

Ayer leyendo el blog del Dr. Eric Geiger su post me llamó la atención y le pedí permiso para traducirlo y publicarlo en mi blog. El gentilmente accedió, así que gracias a su generosidad, aquí está y estero que lo disfruten como yo lo he disfrutado.

El llamado al ministerio: Qué, quién y dónde
Por Eric Geiger, Vicepresidente de LifeWay Church Resources Division, Usado con permiso. (Publicado originalmente el día 10 de abril de 2011 en Eric.Geiger.com.)
A través de mis años de Ministerio, he notado alguna personas que describen su compromiso o llamando a un lugar específico del Ministerio de una manera diferente.
Algunos hablan de un llamado a una tarea específica o un papel determinado, tales como "Estoy llamado para predicar" o "Estoy llamado a trabajar con adolescentes". Estos son los "qué" líderes que se centran en "lo" que hacen en el Ministerio.

Piensan mucho más en lo que hacen, que las personas a las que sirven o puede ser también que sirven junto a líderes que piensan sólo en estos términos. Ahora, lo que resulta muy interesante por supuesto, es que no hay precedentes bíblicos para ser “llamado” a una tarea. Dios llamó a Noé para construir un arca, llamó a Nehemías para reconstruir el muro de una ciudad y a Pablo para predicarles a los Gentiles.

Hay otros que hablan de un llamado a servir al lado de un líder determinado o un grupo de personas, tales como: "Aquí estoy para servir con Juan". Estos son el "quién" que se centran en "qué" sirven junto a los líderes. Piensan principalmente en términos del equipo, se sienten honrados por servir junto a o el líder quien creen que les desarrollará para el futuro. La ubicación parece secundaria. Una vez más, no hay precedentes bíblicos para detectar un llamado de Dios para servir junto con otros (Pablo y Bernabé, son un buen ejemplo de esto que digo).

Otros hablan de un llamado a una “iglesia específica” o a una ciudad o a una comunidad. Estos son los líderes "dónde" que se centran en "dónde" están cumpliendo. Hablan primero de la pasión por su iglesia o su comunidad. Es casi como si la función y la tarea fueran un simple detalle, uno que puede cambiar sin ninguna pérdida de valor o identidad. No hay precedentes bíblicos para un compromiso a una ubicación específica (por ejemplo el llamado de Pablo a Macedonia).

Hay un gran peligro de convertirse o ser sólo un líder "qué," "quién", o "donde". Los líderes "Qué" a menudo aman más a lo que hacen que las personas que ellos sirven o los lideres junto a los que sirven. El Ministerio puede fácilmente convertirse en algo acerca de ellos y en la oportunidad de utilizar sus dones. Los líderes "Qué" deben estar más apasionados por la iglesia que por lo que hacen para la iglesia. A pesar de que yo valoro profundamente la lealtad, los líderes “quién” suelen irse a valorar más las relaciones que la salud y fortaleza del ministerio. Y los líderes “dónde” pueden perder la perspectiva acerca de importantes funciones ministeriales simplemente por amar el “lugar en el que están sirviendo”.

Lamentablemente, en algunos momentos yo he sido exclusivamente uno de estos tres tipos de líderes. He amado demasiado lo que hacía, al punto de amarlo más que a la gente que me había tocado servir. He podido desarrollar para poner en primer lugar la salud de la iglesia. El Señor gentilmente me ha llevado a reconocer mi error y al arrepentimiento.

Y, por la gracia de Dios, he podido ser los tres tipos al mismo tiempo. El señor cambió mi perspectiva en la medida en que fui madurando. En otras palabras, mi punto de vista de mi llamado cambió más de lo que cambió el llamado de Dios para mi vida. El Ministerio se está cumpliendo plenamente cuando te apasiona el qué, el quién y el dónde. Amar lo que haces, con quién lo haces, y dónde lo haces es una increíble oportunidad de ministrar que produce una dulce sensación al sentir que estamos cumpliendo la voluntad de Dios para nuestras vidas y es allí donde espero que estemos todos.

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Oscar