¿Cena del Señor o transustanciación? I Parte
Debemos comenzar por el origen que se encuentra en Mateo 26:26–29“26Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. 29Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”.
Le invito a leer también Marcos 14:22–25 y Lucas 22:14–20 que presentan el
mismo pasaje.
Hoy día, cuando las iglesias celebran la Santa Cena
del Señor, escuchan las palabras que Pablo recibió del Señor y que él pasó a
los creyentes. Las palabras de este pasaje particular son la fórmula usada para
observar la Cena del Señor. Lo que queremos decir es que usamos las palabras
que Pablo escribió a los corintios y no las que están en los Evangelios. Tanto
las palabras como la secuencia que presentan los Evangelios son distintas a las
que Pablo coloca en este capítulo.
“23Porque
yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche
que fue entregado, tomó pan; 24y habiendo dado gracias, lo partió,
y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto
en memoria de mí. 25Asimismo tomó también la copa, después de
haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced
esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26Así,
pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte
del Señor anunciáis hasta que él venga”. 1 Corintios 11:23-26
Dice el apóstol:
«Porque yo recibí del Señor lo mismo que
os transmití». Cuando Pablo dijo a los corintios que no sabía qué decirles (v.
22) les estaba diciendo que estaba perplejo, pero no afirmaba que no tenía nada
que decir. Por el contrario, como padre de la iglesia de Corinto, les enseña el
significado y la manera correcta de celebrar la Cena del Señor. Los creyentes
deben entender que cuando comen el pan y beben de la copa del Señor, en esos
momentos son invitados a Su mesa. Si los cristianos participan sin amar a los
demás miembros de la iglesia, deshonran al Señor mismo. Por esa razón, deben
aprender las palabras que el Señor pronunció cuando instituyó la Santa Cena.
Pablo podría
estar diciendo que alguno de los apóstoles le enseñó las palabras de la
institución de la Santa Cena. De hecho, Pablo estuvo quince días en compañía de
Pedro (Gálatas 1:18). Conjeturamos que Pablo recibió la información a través de
los apóstoles. No obstante, la revelación primero vino de Jesús, quien es el
Señor de esta ordenanza.
Para describir
el acto de la traición, Pablo usa un verbo griego en tiempo imperfecto, y así
indica a una acción que estaba en progreso. Sólo Pablo da esta información como
introducción a las palabras que Jesús pronunció. Los evangelistas colocan la
institución en el contexto inmediato de la fiesta de la Pascua y en el contexto
más amplio de la agonía de Jesús en Getsemaní y de su sufrimiento y muerte en
el Calvario. De esta manera la Cena del Señor se coloca dentro de su contexto
histórico. Pero Pablo revela que la Santa Cena también es un acto que se debe
repetir hasta que el Señor vuelva.
«[Jesús] Tomó
pan y, habiendo dado gracias, lo partió». El griego tiene las mismas palabras
que Lucas 22:19. La narración de Mateo 26:26 y de Marcos 14:22 son casi
idénticas en la traducción, excepto por una forma verbal distinta para «dio
gracias». Los relatos de los Evangelios especifican que Jesús entregó el pan a
sus discípulos. Pero Pablo omite este detalle, pues quizá quería suministrar un
contexto más general aplicable a todo el que participe del pan.
Los relatos de Mateo y Marcos son casi idénticos, como lo son los de Lucas y Pablo. Una diferencia entre Mateo y Marcos es que el primero registra el imperativo comed. De la misma forma, Lucas tiene el verbo dado que Pablo omite. Lucas y Pablo no registran el mandato tomad y comed al principio del dicho de Jesús. Por otra parte, sólo Pablo y Lucas registran el mandato de Jesús: «haced esto en memoria de mí».
Desde el tiempo
de la Reforma, los teólogos han discutido el significado de las palabras esto es mi cuerpo. Déjeme señalar algunas
cosas que pueden ayudarnos a entender mejor:
Jesús dijo a sus discípulos: «Este es mi cuerpo, que es por vosotros». En la víspera de su muerte, el Señor habló en forma profética acerca de su cuerpo físico que sería clavado a una cruz como expiación por el pecado. Su cuerpo sería entregado por todos los que creen en Cristo y participan del pan en la celebración de la Santa Cena. Jesús afirmó que moriría en el lugar de ellos (Romanos 5:7, 8).
Qué podemos decir acerca del exaltado e invisible cuerpo del Cristo que ascendió al cielo? El pan que el creyente come es un símbolo de ese cuerpo glorificado que ahora está en el cielo. A través del Espíritu Santo y por la fe, los que participan en el partimiento del pan se unen en comunión con Cristo y experimentan su presencia y poder sagrados por medio del Espíritu Santo. PERO, EL PAN SIGUE SIENDO PAN. Este es un acto de recordación y consagración. No un acto de magia.
La iglesia de
Corinto no celebraba correctamente la Cena del Señor (vv. 20, 21). Necesitaban
recordar la muerte de Jesús y reflexionar en las implicaciones que tenía para
ellos. Por consiguiente, Pablo repite las palabras de Jesús para recordarles a
los corintios que la Cena del Señor es un acto de RECORDACIÓN. Continuará...
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Oscar