lunes, 7 de mayo de 2012

¿Tuyos o de Cristo? Otro error que cometen algunos líderes


Es conocido que cuando estamos por marcharnos de un lugar, cuando nos vamos a mudar de sitio o cuando nos vamos a despedir de alguien, generalmente le damos lo que pudiéramos llamar las “instrucciones finales”. Las últimas recomendaciones las personas que dejamos detrás.

Todavía recuerdo, a pesar de los años que han transcurrido, cuando mi padre me acompañó hasta el ómnibus que me llevaría hasta la capital para iniciar mis estudios universitarios. En ese último momento, antes de que el ómnibus arrancara, me estaba queriendo dar todos los mejores consejos que le venían a su mente. Y eso es un proceso natural.

Aunque Dios, también humano, Jesús, luego de resucitar se presentó ante los discípulos varias veces. Para mí la conversación más interesante fue la que tuvo con Pedro. Juan 21:17 registra el clímax de esta conversación, que me recuerda a esas recomendaciones finales de las que antes hablaba. Jesús le pregunta tres veces a Pedro si lo amaba. Pedro lo había negado precisamente tres veces, y la tercera vez le da este consejo-mandato que es el mejor resumen de ética que se haya escrito jamás: “…apacienta a mis ovejas”.

No hay dudas que Jesús se refiere a sus seguidores, a los discípulos y a los futuros discípulos, y por medio de Pedro, a todos los que de una forma u otra tenemos que lidiar con los seguidores del Señor, que son las ovejas a las que Él se refiere. Y específicamente me llaman la atención tres palabras en este último consejo dado por el Rey de reyes.

En primer lugar le pide que APACIENTE. Y el diccionario de la lengua castellana define esta acción como: “Dar pasto espiritual, instruir, enseñar”.

En segundo lugar, el Señor le dice a Pedro “MIS” y no tenemos dudas de que este es un adjetivo posesivo que indica pertenencia. No hay lugar a dudas. El Señor le está diciendo claramente a Pedro que eso a lo cual Él se refiere, le pertenece a Él.

Y el objeto específico de atención son las OVEJAS. Juan utiliza 15 veces esta palabra para referirse a los seguidores de Jesús. En 1 Pedro 2:25 el apóstol usa esta misma palabra para referirse a los seguidores de Cristo.

De manera que resulta claro que las “ovejas” los seguidores de Cristo, los discípulos, los creyentes… ¡Le PERTENECEN a Él!

¿Por qué razón algunas personas manipulan a la gente y pretenden convertirlas en “sus discípulos” y no en los discípulos de Cristo?

Esta es una llamada de alerta a cada uno de los que de una manera u otra tenemos que lidiar con las ovejas del Señor. Si te vas de un lugar, NO TE LLEVES las ovejas, el pastor por lo general, cuida las ovejas de otro y en este caso, ese otro es Jesús. Rara vez los pastores son los dueños del rebano. Estamos en una congregación para apacentar, y cuando nos vamos a otra congregación, debemos recordar que vendrá otro pastor a apacentar las ovejas que dejamos. Será mejor o peor. Cada cual lo hará según el don que recibió del Señor, siendo fieles mayordomos de la Gracia que nos fue dada. Y de seguro iremos a apacentar otras ovejas en otro redil.

Cualquier cosa diferente que hagamos, refleja poco crecimiento cristiano, inmadurez, y puede llevarnos hasta caer en el precipicio de los falsos maestros, de los hipócritas y de aquellos que lo que hacen, lo hacen por orgullo y vanagloria. Esos, dice el señor, ya tienen su paga en la tierra.

Este es un llamado de alerta, desde lo más profundo de mi corazón, pues con frecuencia veo cada día a más personas que habiendo vivido una vida dedicada al ministerio, casi al final de su existencia, se niegan a ceder el paso, se aferran y quieren seguir manteniendo el control y no escatiman esfuerzos ni métodos para cumplir sus deseos, aunque con eso dañen a los débiles en la fe.

Es como si con los años, hubieran adquirido “cataras espirituales” que les impidieran ver. Siempre he tratado de tener presente y en los últimos tiempos, más que nunca antes, que: “Todo el que se ensalza será humillado”… Mi hermano y consiervo, si estas palabras te hacen sentir incómodo, Gloria a Dios. Habla a solas con tu Dios. Y si esto no crees que tiene que ver contigo: Por favor, ponte de rodillas y habla con tu Dios.

TENEMOS que apacentar las ovejas del Señor, no robárnoslas, ni azotarlas ni lanzarlas a los lobos que están esperando para devorarlas.

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Oscar