martes, 12 de junio de 2012

Fundamentos bíblicos para mantenerse en buen estado físico

Hace unos seis años me encontraba una mañana trabajando en mi moficina, cuando me sorprendió una llamada telefónica. Era de uno de mis médicos que tiene una voz tranquila de barítono. Me alarmó esta llamada pues era la primera vez que un médico me llamaba a mi casa. Me quedé helado cuando escuché que me decía que tenía cáncer. En realidad nunca antes había considerado esa posibilidad, al punto de que no tenía algún seguro especial que cubriera esta situación.

Muchas preguntas y dudas vineron a mi mente y como por lo general hago, commencé a poner en marcha un plan de acción. Una especie de lista de prioridades de cosas que tenía que hacer. Me encontraba justo trabajando en la edición del estudio bíblico del libro del profeta Daniel que había escrito Beth Moore cuando recibí la llamada del Dr. Barnet.

El libro de Daniel es uno de mis libros favoritos de la Biblia, y en esta occasión tan especial, este maravilloso texto fue usado por el Espíritu Santo para ministrarme. Decidimos tomar la opción de la cirugía para atacar a la enfermedad, y usar el sistema de robot, pero el cirujano nos dio un turno para tres meses más tarde.

Para usted que está leyendo esto, tal vez eso no signifique algo. Pero para un enfermo de cáncer es como una eternidad. Ya le dije que yo era de los que acostumbraba a siempre tratar de ayudar a Dios un poquito. Eso de estar tres meses sin hacer algo me pareció una locura. ¿Tres meses y el cáncer creciendo? Mi ignorancia en asuntos de salud y médicos es total. Cuando los asuntos se van de las manos y usted no puede hacer absolutamente nada para cambiar la situación, Dios se revela para ayudarnos a comprender major Su esencia.

Tratando de encontrar en cada palabra del libro de Daniel una revelación para mi problema tropecé con Daniel 1:16 y decidí que haría como Daniel, cambiaría mis hábitos alimentarios y solo comería legunbres hasta el día en el que me operaran. Fue una experiencia interesante que desafortunadamente no seguí como debía de haber hecho.

Aunque soy una persona que se puede llamar saludable, sufro de algunos problemas menores, que como justificación, se los achacamos a la edad. Me mantengo activo caminando un promedio de dos o tres millas diarias cinco días a la semana, pero eso no es suficiente.

Hace unos días me sorprendió una vez más el pastor Rick Warren ocupando el artículo central de la revista TIME. Resulta que Rick llegó a la misma conclusión que yo llegué hace seis años, pero con su carisma característico, le lanzó el reto a toda la iglesia de Saddleback y comenzó lo que ahora se llama La Dieta de Daniel. El propio Rick ha declarado que no se trata solo de una dieta, sino de cambiar y adoptar un nuevo estilo de vida que incluye el uso de alimentos más sanos y la práctica de ejercicios.

Pues bien, he decidido una vez más iniciar ese camino. Yo no considero que voy a hacer la dieta de Daniel, sino que voy a comenzar a adoptar un estilo de vida más sano, como el que siguieron Daniel y sus amigos.

La primera pregunta que vino a mi mente fue esta: ¿Y hay algún funademento bíblico para hacer eso? Pues fíjese que si lo hay, y con gusto se lo presento a continuación:

“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad” (Proverbios 16.32).

“Se enseñorea de su espíritu” significa tener dominio sobre el ser inmaterial, que incluye la voluntad o los deseos propios. Obviamente, esto tiene influencia directa en las decisiones que toma una persona en cuanto a la alimentación, el ejercicio y otros factores que afectan su cuerpo.

“Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda” (Proverbios 25.28).

Aquí, la palabra “rienda” significa “control”. La palabra “espíritu” es la misma que se utiliza en el pasaje mencionado anteriormente.

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6.19-20).

Los cristianos no son dueños de su cuerpo, sino Dios.

“Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera” (1 Timoteo 4.7-8).

En este pasaje Pablo hace énfasis en el valor eterno del ejercicio y la disciplina espiritual, pero es interesante observar que el apóstol no dice que el ejercicio físico sea inútil.

“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado” (1 Pedro 1.13).

“Sed sobrios” significa tener dominio propio, ser sensatos, pensar claramente, no dejarse dominar por las pasiones.

“Añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad” (2 Pedro 1.5b-6).

“Dominio propio” es la cualidad que caracteriza a quien domina sus deseos, pasiones y apetitos.

Yo he decidido hacer todo lo que esté a mi alcance para comenzar a desarrollar un estilo de vida más sano comiendo verduras y vegetales y ejercitando mi cuerpo, de manera que pueda glorificar con ello a nuestro Señor. Tal vez usted debiera considerar si esto es algo que usted también debiera hacer. En www.danielplan.com la iglesia de Saddleback ofrece ayudas para iniciar este cambio que incluye hasta recetas de cocina.

Sin dudas, una vez más Dios está usando al pastor Rick Warren para despertar a los cristianos y para retar a la sociedad norteamericana.

1 comentario:

  1. Que bendición para mi haber leído este artículo, yo también quiero dar testimonio que fui sanada de cáncer invasivo para la gloria de Dios, puede ver mi testimonio en mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
    He decidido también desarrollar un estilo de vida sano tratando de comer saludablemente y también acompañarlo de ejercicios, Dios siempre habla tiempo, TODO ES PARA LA GLORIA Y HONRA DE DIOS.
    Reciba muchisimas bendiciones.

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Le agradezco mucho su comentario.
Oscar