jueves, 3 de septiembre de 2015

Dando un vistazo al trono


Apocalipsis 4:1-11
¿Qué imagen viene a su mente cuando ve un trono?
¿Quiénes se sientan en los tronos?
En los tiempos del Imperio Romano, la gente creía en muchos dioses falsos. Los romanos creían que esos dioses eran los que controlaban el mundo visible y el invisible. Por supuesto que ninguno de estos dioses, ni tenían poder, ni controlaban algo. Los romanos creían que esos dioses peleaban unos contra otros y que seguían el mismo patrón moral que los seres humanos. La gente les oraba a sus dioses preferidos, pero nadie esperaba que los dioses oyeran ni respondieran esas oraciones.
En el capítulo 4 de Apocalipsis Juan tuvo un atisbo del salón del trono de Dios. El Dios verdadero abrió la puerta de los cielos para que Juan pudiera echar un vistazo. Este hecho cambió su vida.  Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo (tres en uno) es soberano y tiene el futuro de Su creación en Sus manos.
Apocalipsis 4:1-11
1  Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.
2  Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
3  Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.
4  Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.
5  Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.
6  Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.
7  El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.
8  Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.
9  Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,
10  los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
11  Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Antecedentes:
En la época que Juan escribió el apocalipsis, la superpotencia mundial era el Imperio Romano que había surgido tras varios siglos de existencia de la República Romana.  En el año 27 a.C. Augusto fue nombrado por el Senado como el primer Emperador romano. Cuatro miembros de su familia le siguieron en el trono: Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Este último gobernó del 54-68 d.C. y se recuerda por la cruel persecución que hizo de los cristianos.
Después de Nerón otra dinastía familiar ocupó el trono del Imperio: Vespasiano, Tito, y Domiciano este último gobernó del 81-96 d.C. y también persiguió ferozmente a los cristianos. Los eruditos bíblicos debaten si Apocalipsis se escribió en época de Nerón o de Domiciano.
Quienquiera que fuera el gobernante, Nerón o Domiciano, los cristianos sabían que en el trono del Imperio Romano había un hombre diabólico.
Nerón comenzó la guerra contra los judíos y el emperador Vespasiano, en el año 70 d.C. destruyó a la ciudad de Jerusalén.
Tanto los judíos como los gentiles estaban experimentando los efectos de un hombre diabólico sentado en el trono del Imperio. Muchos se preguntaban: ¿Dónde está Dios en todo esto? ¿Está realmente en el trono del universo? ¿Cómo debían de actuar los cristianos cuando una figura diabólica era el gobernante?
Era importante que los cristianos que estaban siendo perseguidos tuvieran una imagen que les recordara que Dios es realmente el Rey Soberano que rige el universo.

La Gloria de Dios Apocalipsis 4:1-6a
Apocalipsis 4:1
1  Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.

Estas cosas sucedieron después de la visión inicial que Juan describe en Apocalipsis del 1 al 3. En el capítulo 4 el Apóstol va de la tierra al cielo. La puerta abierta al cielo, es similar a la descrita por Ezequiel 1:1 Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios.



La voz como de trompeta era la del Cristo resucitado (Apocalipsis 1:10). Esta imagen inicial nos recuerda que Cristo es el centro del libro de Apocalipsis. Esta introducción nos prepara para la profecía que va a recibir Juan.
Apocalipsis 4:2
 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
Observe que el lenguaje que usa Juan es similar al usado por el profeta Ezequiel en Ezequiel 3:12: “Y me levantó el Espíritu, y oí detrás de mí una voz de gran estruendo, que decía: Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar”.
Solo un rey se puede sentar en el trono. Juan nunca describe al trono, pero su importancia es evidente. Este trono es más importante que todos los demás mencionados en este libro.
Apocalipsis 4: 3
 Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.
Juan no describe el aspecto de Dios, solo dice que “era semejante”. Pero ni siquiera hoy podemos estar seguros del color que Juan estaba describiendo. Esta es una manera de describir la hermosura infinita de Dios. Tenga presente que el Arco Iris se menciona en la Biblia solo en dos contextos: 1.) Como señal del pacto hecho con Noé (Génesis 9: 13-16) y
2.) Como señal de la majestad de Dios y Su presencia en los cielos (Ezequiel 1:28 y Apocalipsis 4:3 y 10:1).
Apocalipsis 4:4
Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.
En las cortes reales, el soberano está rodeado por personas que le sirven. Algo similar es lo que Juan describe.
Los 24 tronos corresponden, según los eruditos, a los doce hijos de Israel (Jacob) y a los doce Apóstoles. Esta es una forma de representar la continuidad del Antiguo y el Nuevo Pacto.
Estos “ancianos” parecen ser una clase especial de seres celestiales cuyo propósito es adorar a Dios. Su aspecto era el de ancianos.
Las ropas blancas significan su pureza.
Las coronas que llevan son “estefanos” es decir, las coronas de los vencedores y no “diademos” que son las coronas de los reyes.



Apocalipsis 4:5
Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.
Relámpagos y truenos recordemos Éxodo 19:16 En el Monte Sinaí: “Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento”.
Los siete espíritus son la forma habitual de Juan de referirse al Espíritu Santo.
Las siete lámparas de fuego es la manera como Juan describe la apariencia del Espíritu Santo. Recordemos cuando descendió el Espíritu Santo en el Día de Pentecostés: Hechos 2:1-4
1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2  Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3  y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4  Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Apocalipsis 4:6ª
Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.
Aunque muchos intérpretes  de la Biblia han tratado de encontrar el simbolismo a este mar de cristal, en verdad esta es la manera de Juan de expresar la magnificencia del salón del trono celestial. Las palabras del idioma no son suficientes para expresar adecuadamente la hermosura de este lugar.
La santidad de Dios Apocalipsis 4:6b-8
Juan ahora fija la atención en los cuatro seres vivientes que están alrededor del trono de Dios.
Apocalipsis 4:6b
6by junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.
Los seres vivientes representan a los guardianes del salón del trono, que proclaman la grandeza y la santidad de Aquel a quien ellos adoran y sirven. En otras partes en el Antiguo Testamento, en algunos profetas vimos seres similares, por ejemplo en Isaías 6:2 y en Ezequiel 10:14.
Que los seres vivientes estén cubiertos de ojos significa que están vigilantes.
Su presencia junto y alrededor del trono, significa que son los defensores de la Presencia de Dios.
 
Apocalipsis 4:7
El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.
 Tomados en conjunto los seres vivientes representan las categorías principales de los seres vivientes creados por Dios: El león es el “rey de las bestias” y tal vez representa a todos los animales salvajes.
El becerro representa a todos los animales domésticos.
El tercer ser tiene aspecto humano y representa a la raza humana.
Por último el águila representa a todas las aves que vuelan.
En Ezequiel 10:14 la visión es similar: “Y cada uno tenía cuatro caras. La primera era rostro de querubín; la segunda, de hombre; la tercera, cara de león; la cuarta, cara de águila”.
En Salmos 150:6 dice: Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya”.
Apocalipsis 4:8
Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.
Seis alas, como los serafines que vio en su visión el profeta Isaías. Tal vez también usaban dos alas para cubrir sus rostros, dos alas para volar y dos para cubrir sus pies, que indican su reverencia ante Dios (Vea Isaías 6:2). Nuevamente Juan hace mención a los ojos (Vea también Ezequiel 10:12).
Juan ahora resalta el propósito de estos seres vivientes: ¡Adorar a Dios!
La adoración se presenta en tres secciones y cada sección tiene tres partes. Solamente aquí y en Isaías 6:3, aparece en la Biblia el “triple Santo” y debemos tener en mente a la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, iguales en Santidad.
La frase el Señor Dios Todopoderoso hace referencia al nombre de Dios del Antiguo Pacto: “Jehová de los ejércitos” y hace uso del nombre de Dios JHVH [Yo Soy].
“El que era, el que es, y el que ha de venir” Juan introduce esta designación de Dios en Apocalipsis 1:4.
El poder de Dios Apocalipsis 4:9-11
Por su poder Dios es digno de ser adorado. La creación es obra de Su voluntad y esa creación es una muestra de Su poder.
Apocalipsis 4:9
Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,
Las tres primeras palabras pertenecen al vocabulario bíblico de adoración, son una Doxología y como tal va dirigida a la Trinidad.
Está sentado en el trono por lo que ha hecho. El Creador ha dado vida a toda Su creación y por lo tanto merece nuestra adoración.
Apocalipsis 4:10
 …los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
Los ancianos muestran su respeto y sumisión ante el que está sentado en el trono.
Apocalipsis 4:11
Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
 Señor: El Emperador Domiciano exigía que se le adorara usando las palabras Dios y Señor. Los cristianos perseguidos en los tiempos de Juan eran confortados por estas palabras de Apocalipsis, ante la blasfemia de Domiciano.
Digno de recibir: Solo Dios es digno de recibir nuestra adoración.
La gloria, la honra y el poder: Observe que los seres vivientes usan las dos primeras palabras.
Y termina el versículo resaltando el poder creador de Dios.

¿De qué manera el poder creador de Dios le anima a usted a adorarlo a Él?

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Oscar