martes, 4 de septiembre de 2018

ESTUDIO DE ÉXODO (29)


ÉXODO 25:1- 40 EL SANTUARIO (El Tabernáculo I Parte)


Una de las cosas más curiosas es cuando la gente no hace lo que se le dice que debe hacer, pero espera ver los resultados tal como si hubiera hecho lo que debía hacer. Déjame ser más claro en lo que quiero decir. Vamos a suponer que tienes que ir a una dirección que no conoces, colocas la misma en el GPS de tu auto y comienzas a conducir siguiendo las instrucciones. Llegas a un cruce de caminos y escuchas la voz que te dice dobla a la derecha, pero tú decides doblar a la izquierda. Conduces por otra media hora y al final, ¿dónde estás? ¡Perdido!

O vas al médico y este te receta un antibiótico y otros medicamentos para una enfermedad que estás sufriendo y tú decides no comprarlos ni tomarlos. Regresas al doctor una semana más tarde, ¿y cómo estás? ¡Peor!

Y aunque es una cosa de locos, es que al parecer a los seres humanos nos gusta hacer las cosas a nuestra manera y nos llama mucho la atención no seguir las instrucciones que nos dan. Pero esto no es algo que ha surgido en la sociedad postmodernista en la que vivimos. En el Huerto del Edén, lo primero que hicieron los primeros seres creados por Dios fue justo eso: ¡Desobedecer a Dios! Eso fue lo que hicieron Adán y Eva.

Hoy, al enfrentarnos a este pasaje de la Escritura, lo primero que te va a llamar la atención es la minuciosidad en los detalles de las instrucciones que Dios le da a Moisés en cuanto a Su Santuario (el Tabernáculo). Este iba a ser el lugar en el cual la presencia de Dios iba a permanecer. Y de la misma manera que cuando tenemos la oportunidad de edificar una casa para nosotros, escogemos el modelo y los detalles que deseamos que tenga, Dios le ordenó a Moisés cómo Él quería que edificara Su tabernáculo. He dividido este estudio en los capítulos 25, 26 y 27 de Éxodo debido a su extensión e importancia, a pesar de que tratan un mismo tema. Como una última recomendación, déjame decirte que si prestas atención a todos los detalles, de estos tres capítulos, podrás tener una mejor comprensión del carácter de Dios.

PENSAMIENTO INICIAL:
          
Debido a que los creyentes en el Nuevo Testamento son el Templo de Dios, nosotros debemos reflejar más Su santidad a medida que crecemos en Jesucristo.  

PASAJE BÍBLICO: ÉXODO 25:1- 40

Éxodo 25:1 – 40
1 Jehová habló a Moisés, diciendo: 2 Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda. 3 Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre, 4 azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, 5 pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, 6 aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, 7 piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral.
8 Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. 9 Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis. 10 Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. 11 Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor. 12 Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado. 13 Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro. 14 Y meterás las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca con ellas. 15 Las varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de ella. 16 Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré. 17 Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio. 18 Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio. 19 Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos. 20 Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines. 21 Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré. 22 Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel. 23 Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio. 24 Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor. 25 Le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor de anchura, y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor. 26 Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas. 27 Los anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas para llevar la mesa. 28 Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro, y con ellas será llevada la mesa. 29 Harás también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con que se libará; de oro fino los harás. 30 Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente. 31 Harás además un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo. 32 Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro lado. 33 Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo, una manzana y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en otro brazo, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salen del candelero; 34 y en la caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de almendro, sus manzanas y sus flores. 35 Habrá una manzana debajo de dos brazos del mismo, otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo de los otros dos brazos del mismo, así para los seis brazos que salen del candelero. 36 Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo ello una pieza labrada a martillo, de oro puro. 37 Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante.
38 También sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro. 39 De un talento de oro fino lo harás, con todos estos utensilios. 40 Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

Aunque a primera vista te pudiera resultar un poco aburrido leer todo el pasaje bíblico que seleccioné para esta semana, abre bien tus ojos, pues se trata nada más y nada menos que de la revelación detallada del plan de Dios para edificar el Tabernáculo, incluyendo sus objetos y mobiliario. Dios quería tener un lugar en la tierra en el cual Él pudiera habitar y revelar Su presencia; un santuario que pudiera ser transportado mientras los hijos de Israel continuaban su peregrinaje hacia la tierra prometida. Años más tarde, cuando Salomón construyó el templo como un lugar permanente, el lugar santo y el lugar santísimo siguieron constituyendo la parte más importante del mismo.
Este sería parte de la adoración hasta que el Mesías viniera como el Cordero sin mancha para el sacrificio y el gran sumo sacerdote del pueblo, haciendo posible que todos los verdaderos creyentes pudieran entrar a la presencia de Dios en cualquier parte y en cualquier momento. Cuando Jesús murió, el grueso velo del templo en Jerusalén que separaba el lugar santo del lugar santísimo se rompió por la mitad. Ya no era más necesario tener un santuario en la tierra. Todos los verdaderos creyentes, tanto judíos como gentiles son el santuario vivo de Dios. Pablo explica esto en Efesios 2: 19-22 diciendo: 19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”.
En los capítulos 25 al 30 de Éxodo, Dios le da a Israel el modelo para el tabernáculo y el diseño de las vestiduras para el sumo sacerdote. Luego tenemos la construcción y la erección del tabernáculo y el hecho de que estaba lleno de la gloria del Señor. El tabernáculo debía ser el centro de la vida de Israel porque era allí donde el hombre se podría acercar a Dios.

En este capítulo se comienza detallando los materiales que se utilizarían en la construcción del tabernáculo que serían el producto de las ofrendas del pueblo, pero que se entregarían de forma “voluntaria” no por obligación, porque: la generosidad habla del corazón de la persona.

Israel había estado fuera de la esclavitud solo por unos pocos meses, sin embargo, el Señor les pidió que hicieran una contribución generosa para construir el tabernáculo. Piensa por un momento, ¿crees que el creador del universo necesitaba las ofrendas? Después de ver las diez plagas que desató en Egipto y de cómo abrió el mar en dos para que el pueblo pasara en seco, y cómo estaba proveyendo el maná y las codornices para su alimentación sin olvidar el agua, los materiales para el tabernáculo parecen algo insignificante. Es evidente que Dios mismo tenía poder para edificarlo y le sobraban los recursos. Sin dudas fue más difícil crear los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay, y lo logró solo con una simple orden. Entonces, ¿por qué pediría Dios esas ofrendas?

Los Israelitas acababan de salir de la esclavitud, y la mayor parte de lo que tenían lo habían sacado de Egipto. Dios le estaba pidiendo al pueblo y a la vez ensenándole a ser agradecido por todas las misericordias que Él había tenido y estaba teniendo con ellos. ¡Lo sorprendente es que los hijos de Israel dieron tanto que se les dijo que dejaran de dar! Amigos, una cosa como esta no sucede muy a menudo. He sido pastor por mucho tiempo, y nunca he visto en alguna iglesia que haya que limitar a la gente para que no den más ofrendas a la iglesia. Sin embargo, ¡Moisés lo hizo!

Los israelitas debían traer: oro, plata, bronce, azul, púrpura, escarlata, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, aceite para la luz, especias para untar y para el incienso dulce, piedras de ónice y piedras preciosas para el efod y el pectoral.
Nuestra primera reacción es pensar: ¿Y de dónde obtuvieron esos artículos? Recuerda que Israel acababa de ser liberado de la esclavitud después de cuatrocientos años, en los que no se les abonaron los salarios ​​que ellos colectaron antes de salir de Egipto. 

Cuando ellos salieron sacaron una enorme riqueza. Se ha estimado que al menos llevaban unos cinco millones de dólares en materiales que se destinaron a la construcción del tabernáculo. Este era pequeño porque tenía que ser transportado en su andar por el desierto, pero estaba muy ornamentado y era rico y hermoso.

Dios nunca dijo que iba a vivir en el tabernáculo en el sentido de que iba a estar restringido a un lugar geográfico. Pero observa con atención porque Él dijo que Él habitaría entre los querubines. En la Biblia 1 Samuel 4: 4; 2 Samuel 6: 2; 2 Reyes 19:15 e Isaías 37:16 dan testimonio de ese hecho. Israel era una teocracia y (YHVH) Jehová era el Rey. Israel debía ser gobernado por Dios. Su trono estaba entre los querubines, y aquí es donde el hombre se encontraba con Él. 

He visitado muchas iglesias que en el pulpito o detrás del mismo tienen un gran cartel que dice: “Jehová está en su Santo templo, calle delante de Él toda la tierra”. Y aunque la cita es bíblica, está completamente fuera de contexto. La intensión pienso que es para llamar a los asistentes a guardar reverencia, pero presentar la idea de que Dios habita en un edificio hecho por las manos de los hombres es una doctrina falsa. ¡Esa es una idea pagana! 

Muchas personas llaman a un edificio que se ha construido para que una iglesia se congregue:  "La casa de Dios". Pero quiero insistir, esa no es la casa de Dios, porque Él no habita en un edificio y nunca lo hizo. Salomón lo expresó con precisión al decir en 1 Reyes 8:27: “Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? 

El tabernáculo debía ser el lugar donde los hombres se pudieran encontrar con Dios.  “Jehová reina; temblarán los pueblos. Él está sentado sobre los querubines, se conmoverá la tierra” (Salmos 99:1). El arca era el trono de Dios y era el primer artículo del mobiliario que iban a construir. El Libro de Hebreos nos dice que este tabernáculo terrenal fue hecho siguiendo el modelo del tabernáculo en el cielo. Hebreos 8:5 dice: “Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte”.

Entonces surge una pregunta: ¿Es que acaso literalmente hay un tabernáculo en el cielo? Y como en tantas otras cosas, surge la polémica y las discusiones en las que cada uno cree tener la razón. Como de costumbre en este estudio, yo me reservo mi opinión. Pienso que Dios le dijo a Moisés todo lo que quería que nosotros supiéramos.

El atrio exterior del tabernáculo era un lugar cerrado alrededor del tabernáculo propiamente dicho, de 100 codos de largo por 50 codos de ancho. El codo era una unidad de medida basada en la longitud del antebrazo desde la punta del dedo medio hasta el codo. Si mide el suyo, encontrará que tiene unas dieciocho pulgadas; si es una persona pequeña, será más corto que eso; si eres alto, será más largo. La longitud de un codo variaba, pero era de unas dieciocho pulgadas más o menos. 

Si observas la ilustración del tabernáculo que he añadido, verás que en el atrio exterior estaban el altar de bronce y la fuente. El tabernáculo propiamente dicho estaba dividido en dos compartimentos, el lugar santo y el lugar santísimo. El tabernáculo en sí tenía treinta codos de largo y diez codos de ancho y diez codos de alto. El lugar santo era de veinte por diez codos. El lugar Santísimo tenía diez codos de largo, diez codos de ancho y diez codos de alto, lo que lo convertía en un cubo geométrico perfecto.
El mobiliario en el lugar santo consistía en la mesa de los panes de la proposición, el candelabro de oro (llamada la Menora) y el altar del incienso. En el lugar santísimo estaba el arca del pacto y el propiciatorio. En el patio exterior había dos objetos: el altar de bronce y la fuente. El tabernáculo estaba cercado por una cerca alta hecha de lino blanco.

Dios le ordenó a Moisés que hicieran también un arca de madera de “Sittim”, con una longitud de dos codos y medio, y una anchura de codo y medio, y una altura de codo y medio. Y que la cubriera de oro puro, por dentro y por fuera, y sobre él haría una corona de oro alrededor. Y tendría cuatro anillos de oro, colocados en sus cuatro esquinas; dos anillos estarían en un lado de él, y dos anillos en el otro lado de él. Tendría también varas de madera de Sittim, cubiertas de oro.


He añadido una reproducción del tabernáculo para que puedas tener una mejor idea. Obsérvala con detenimiento pues pasaremos algunas semanas estudiando este tema tan importante.

  

El arca y el propiciatorio sobre ella era el lugar donde Dios se reuniría con los hijos de Israel. Era el lugar para ellos acercarse a su Dios. Era el lugar santísimo del tabernáculo. Ten en cuenta que el primer artículo que se construyó fue el arca. 
Si nos acercamos desde el punto de vista de Dios, es decir, desde adentro mirando hacia afuera. El arca estaba en el lugar Santísimo que es donde moraba la presencia de Dios. Y si nos acercáramos desde el punto de vista del hombre, llegaríamos primero a la puerta del tabernáculo, luego al altar de bronce y a la fuente de bronce.
El tabernáculo estaba hecho de tal manera que podía transportarse mientras los israelitas marchaban por el desierto. Se armaba cuando se hacía el campamento y se desarmaba cuando se mudaban a otro lugar. Cada artículo del tabernáculo tenía anillos y palos para que pudiera transportarse fácilmente por el desierto.
El propiciatorio, que formaba la parte superior del arca, se consideraba como un mueble por separado. El arca era un cofre cubierto por dentro y por fuera con oro puro. Estaba hecha de madera de acacia que era prácticamente indestructible y muy parecida a la secoya que abunda mucho en California. Era un símbolo perfecto del Señor Jesucristo en Su deidad y humanidad. Jesucristo fue Dios-hombre; Su deidad estaba representada por el oro y su humanidad estaba representada por la madera acacia.
No se podía hablar del arca como un simple cofre de madera porque también era un cofre de oro. No podría llamarse un cofre de oro porque también era un cofre de madera. Se requirió oro y madera para mantener el simbolismo que apunta a Cristo como Dios-hombre. No hay una mezcla de los dos. Pasar por alto esta dualidad es tener una noción monstruosa de Su persona. No hay otra doctrina en la Escritura tan llena de infinito misterio y tan alejada del ámbito de la explicación lógica como la unión hipostática de Cristo, el único Dios-hombre. Sin embargo, no existe un símbolo tan simple como el arca para describir esta unión de Dios y la humanidad en un solo cuerpo.

 Una simple caja hecha de madera y oro hablaba de cosas que son insondables. Es que Dios elige a las cosas simples para confundir a los sabios. Esa caja sencilla contaba toda la historia, en una medida en que el hombre pudiera asimilar el misterio inescrutable de la bendita persona del Señor Jesucristo.
El arca estaba cubierta de oro tanto por dentro como por fuera en Colosenses 2:9 el apóstol Pablo dice: "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad". Jesucristo no fue un taumaturgo (mago o ilusionista), es decir, alguien que hacia trucos. Tampoco era un hombre que tenía una conciencia de Dios súper desarrollada. ¡Él era Dios! Él habló como Dios; Él se puso en el mismo plano de Dios. En Juan 14: 1 , 9 nuestro Señor dice: "No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”; y en Juan 14:9  le dice a Felipe: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? No hay dudas, Él era y es Dios.

Pero Él también era perfectamente hombre. Él se cansó y se sentó a descansar en un pozo de Samaria en el calor del día. Durmió, comió, bebió, rio, lloró y, más allá de todo eso, sufrió y murió. Todas estas son características de los seres humanos. El oro y la madera en el arca fueron requeridos, pero no se mezclaron uno con otro. Tampoco perdieron la identidad de uno en el otro. Cristo era a la vez Dios y hombre, pero las dos naturalezas nunca se confundieron ni fusionaron. Él nunca funcionó al mismo tiempo como Dios y hombre. Todo lo que hizo fue perfectamente humano o perfectamente divino.

El arca no era una caja vacía. Contenía tres elementos que se enumeran en Hebreos 9: 4 el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto”. El contenido del arca era simbólico. “La vara de Aarón” que reverdeció profetizaba la resurrección del Señor. El maná indicaba que Cristo es el pan de la vida y los Diez Mandamientos profetizaban la vida que Él viviría en la tierra cumpliendo la Ley en todos los puntos y cumpliendo las profecías que anunciaron se venida.

Las tablas del pacto hablan de la realeza de Cristo. Él nació como Rey, vivió como Rey, murió como Rey, y se levantó de la muerte como Rey y ¡Él regresará a la tierra como Rey! El programa de Dios se está desarrollando hoy y se ha estado desarrollando desde la eternidad pasada hasta el día cuando Cristo gobernará sobre esta tierra. Esta Tierra necesita una ley. El hombre necesita un Rey. Y algún día ¡Él vendrá como Rey de reyes y Señor de señores! 

¿Cómo pudiera cada creyente reflejar la santidad de Dios?                         

REFLEXIÓN PERSONAL:
 ¿Cómo refleja tu vida que eres un templo del Espíritu Santo?
¿Has pensado que Dios está en la edificación que ocupa tu iglesia?
¿Cómo podemos honrar a Dios con nuestras vidas?
¿Qué te llama la atención del tabernáculo?
¿Cómo podemos ver a Cristo en el tabernáculo?
¿Por qué piensas que Dios escogió que el arca fuera hecha de madera de acacia?
¿Por qué piensas que Dios pidió que el arca fuera recubierta de oro?
¿Quién podía entrar a donde estaba el arca?
¿Qué le pidió Dios a Moisés que colocara dentro del arca?
¿Qué necesitas hoy para poderte acercar a Dios?
¿Necesitas de un sacerdote para acercarte a Dios?
¿Qué quiere decir que tú eres un sacerdote de Dios?




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Oscar