miércoles, 22 de febrero de 2012

Mi último invento

Anoche no pude dormir pues me pasé toda la noche elaborando los planos de mi último invento que es algo que de seguro va a revolucionar el mercado. Ya estoy en negociaciones con varias corporaciones chinas y cubanas para explorar las posibilidades de fabricar el producto en alguno de esos países para abaratar el costo de producción y además por la facilidad que brindan para hacer pruebas constantemente con el equipo.


Se trata de lo que he llamado un INTEGRÓMETRO, claro está que este es el nombre en clave del proyecto, comercialmente tendrá un nombre más atractivo. Déjeme explicarme. Se trata de un nuevo equipo electrónico portátil de fácil manejo y transportación. Se puede llevar en un bolsillo ya que es del tamaño de un teléfono celular y solo pesa tres onzas. A un toque de un botón es capaz de medir la integridad de la persona con la cual hablamos. ¿Se imagina?

Estoy trabajando ahora en los diferentes modelos que se podrán fabricar ya que habrá versiones para políticos, de cualquier nivel, para profesionales de todos los tipos, desde abogados hasta enfermeras, sin olvidar a los dentistas y mecánicos. Como la gama es muy amplia, tendré que hacer diferentes modelos incluso dentro de cada especialidad y para cada tipo de actividad. Claro que en términos de negocios, más variedad tal vez impliquen más ventas.

A fin de hacer que este equipo pueda medir a todo el mundo, estoy desarrollando un modelito mayor, que tendrá una pantalla LED de unas seis pulgadas, y dispondrá de un teclado virtual en el cual se podrá especificar la profesión o el oficio de la persona a quien queremos medir la integridad. Como en el caso de los “Tres Mosqueteros”: Uno para todos. Este será más caro que el modelito anterior.

También, a sugerencia de algunos buenos amigos que conocen del proyecto, estoy trabajando en un modelito que he llamado “eclesiástico” que servirá para medir las integridad a: sacerdotes, obispos, pastores, apóstoles, profetas, evangelistas, diáconos, hacedores de milagros y miembros de iglesias y parroquias.

A esta altura alguno de mis lectores estará diciendo o en el mejor de los casos pensando: ¿Qué modelo va a inventar para él mismo? Bueno, para mí, no necesito inventar un nuevo equipo. Voy a usar uno muy viejo, el problema es que la mayoría de la gente se ha olvidado de usarlo: ¡La Biblia!

Tal vez usted coincida conmigo en afirmar que uno de los peores males que enfrenta la sociedad moderna es la falta de integridad. ¿Y qué es la integridad? Dice el diccionario que: Es una persona recta, probada, intachable. Hoy día usted no puede creer que lo que le están diciendo en un anuncio es verdad. Acostumbro a ver un rato la TV por las noches con mi esposa y siempre comentamos acerca de algunos medicamentos que se anuncian como fórmulas mágicas para sanar enfermedades, y que emplean más tiempo en decir los efectos negativos que puede causar el medicamento que en todo el anuncio. ¿Entonces por qué lo venden? ¡Hace más daño que beneficio, pero produce dinero!

Estamos viviendo momentos en los que la mayoría de la gente no hace distinción entre la verdad y la mentira. Encontramos policías corruptos, agentes federales que aceptan sobornos, funcionarios públicos haciendo mal uso de sus funciones, gente hipócrita, chismosos, gente que defrauda a otra e ignora los compromisos. Explotación, abusos, maltrato. Falta de INTEGRIDAD. Así que si logro fabricar mi invento voy a tener muchos clientes y mucha gente tratando de matarme para acabar con el invento, para que no se le descubra su FALTA de integridad.

El problema no es nuevo. La primera referencia la encuentro en Génesis 20:6. El apóstol Pablo aconsejando a Tito, le dice: “presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad”. Y esto es como una luz de tráfico, ya en tiempos del apóstol había MAESTROS con falta de integridad, que no eran rectos, que no eran INTACHABLES. Tal vez en lugar de producir mi invento seriia mejor dedicar todas las fuerzas a divulgar la Palabra pues dice la Biblia que:
“Sin profecía el pueblo se desenfrena”… Proverbios 29.18 y aquí profecía no se refiere a adivinar el futuro, si no a enseñar la Palabra y añado, ensenándola con INTEGRIDAD.

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Oscar