miércoles, 30 de mayo de 2012

El Discipulado implica algo más que información

Publicado originalmente por el Dr. Eric Geiger, Vicepresidente de LifeWay Church Resources en http://Ericgeiger.com, Usado con permiso

Muchas iglesias confunden el discipulado con la función de impartir conocimientos. Las iglesias que ven el discipulado como una transferencia de información, buscan dar mucha información acerca de la Biblia, a la mayor cantidad de personas que sea posible, en el menor tiempo que sea posible.

Sé que esto suena muy bien, pero la esencia del discipulado es la transformación y no la información. Jesús no sólo nos pide que enseñemos todo lo que Él nos mandó. Él nos pidió que enseñáramos a la gente a obedecer todo lo que Él mandó, y la diferencia en esto es enorme (Mateo 28:19). El resultado final de discipulado no es simplemente conocer todo lo que Jesús mandó, sino obedecer y hacer todo lo que Él mandó.

Si el conocimiento fuera igual al discipulado, entonces Judas sería “el niño modelo” para el discipulado. Judas se llenó de información acerca de Jesús, pero mostró que nunca había sido transformado realmente por Jesús. En Mateo 26, Judas admite con sus propias palabras que nunca fue transformado.

“Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor? Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar. A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho”.

Jesús le dice a Judas, "Tú lo has dicho”. Tú has admitido que eres quien me va traicionar, que no eres realmente mi discípulo." ¿Qué dijo Judas? Observe el lenguaje en el pasaje. Los otros once discípulos responden a la declaración de Jesús de que hay un traidor entre ellos con la expresión: "soy yo, Señor?" Pero Judas respondió de una manera muy diferente, "¿soy yo, Maestro?" Los once discípulos restantes habían rendido sus vidas a Jesús. Él era su Señor. Para Judas, Jesús era un Maestro que él respetaba, con el que pasó tiempo y aprendió cosas, pero Jesús no era el Señor de su vida. Judas nunca rindió su voluntad a Jesús. Judas recibió información, pero nunca la transformación.


Del caso de Judas aprendemos que la herencia religiosa no da como resultado un discípulo verdadero. Judas tenía un fuerte antecedente religioso, él formó parte de un partido político judío conocido como el Isicarii (Iscariote no era el apellido de Judas, sino una referencia a su afiliación con ese partido). El partido Isicarii odiaba a los romanos que estaban ocupando sus tierras, y se habían comprometido, para obtener la independencia de Israel. Judas llevaba el título de Iscariote con mucho orgullo debido a su alineación religiosa y política, pero eso nunca transformó su corazón. Hacer verdaderos discípulos es mucho más profundo que convencer a la gente para que se unan y participen con un grupo religioso o político.

También aprendemos por Judas que los conocimientos sobre Cristo no producen como resultado discípulos verdaderos. Judas lo sabía todo acerca de Jesús. Escuchó cada uno de los sermones que Jesús predicó. Él personalmente vio a Jesús enfrentar a los religiosos y lo vio darles la bienvenida a los pecadores. Judas vio a Jesús darle luz a los ojos de hombres ciegos, lo vio mandar a un hombre paralítico a recoger su camastro y salir caminando, curar a hijos que estaban muertos, sanar leprosos y expulsar demonios. Vio de primera mano el poder y el amor de Dios mostrados perfectamente en Jesús.

Él lo sabía todo sobre Cristo, pero Judas nunca logró conocer personalmente a Cristo. Santiago 2:19 dice, “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan”. Judas respetaba a Jesús como rabino, pero nunca lo reconoció a Él como su Señor.
Judas aprendió las enseñanzas de Jesús, pero nunca permitió que ellas lo transformaran. Y Jesús no sería el Salvador de Judas porque este no lo había reconocido como su Señor.
AW Tozer escribió:

El Señor no salvará a quienes Él no comande. Él no dividirá sus oficios. No se puede creer en un Cristo a la mitad. Lo recibimos por lo que es: el Señor y Salvador ungido o no lo recibimos. Él no sería quien es, si nos salvara sin recibirlo y permitirle que guie y controle nuestras vidas.

Las iglesias que aplican el discipulado transformador ayudan a la gente a encontrar a Jesús y a recibirlo como Señor y Salvador, no meramente como rabino. El discipulado va mucho más allá de la información va a lograr la transformación.

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Oscar