martes, 23 de octubre de 2018

ESTUDIO DE ÉXODO (36)


ÉXODO 32:7-14 Compasión sobrenatural

Me llama poderosamente la atención el hecho de que muchas personas están siempre más dispuestas a acusar que a defender. Esto es fácil de entender pues la posición que uno toma lo identifica con la posición que se juzga. Y claro está que no tiene que ver con los abogados ni los fiscales cuyo oficio se ejerce sin tomar en cuenta su posición personal ante un caso.
Piensa que difícil te sería defender a alguien que sabes que ha cometido un delito bochornoso. En el mejor de los casos, tal vez optes por callarte o por tener una frase llena de compasión si te unen lazos familiares o de amistad.
Ahora imagina que alguien con quien tienes vínculos, comete el más horrendo de los crímenes, y que el juez determina el castigo máximo para él o los infractores, que al parecer tienen una cierta inclinación hacia el mal. Y que tú eres el único que tiene acceso directo a ese juez. ¿Qué harías? El juez tiene razón para aplicar la pena máxima, ¿qué le dirías? ¿Qué le pedirías al juez?
Aunque este es un hecho hipotético, justamente de un hecho real similar trata nuestro estudio de esta semana. Moisés intercedió ante Dios por el pueblo de Israel. Así que ajusta tu cinturón de seguridad que vamos a despegar el vuelo en un viaje increíblemente hermoso e interesante.

PENSAMIENTO INICIAL:
          
Para mostrar el amor eterno de Dios y su compasión nosotros debemos estar fortalecidos por el Espíritu Santo para reflejar el fruto del Espíritu.

PASAJE BÍBLICO: ÉXODO 32:7- 14
Éxodo 32:7 – 14
7 Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. 8 Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. 9 Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. 10 Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande. 11 Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? 12 ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. 13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre. 14 Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.

ANALIZANDO EL PASAJE BÍBLICO:
Cuando muchos en el pueblo de Israel se inclinaron ante un becerro de oro, la paciencia de Dios llegó a un punto crítico. Dios estaba listo para castigar a ese grupo de rebeldes y comenzar de nuevo para cumplir por medio de Moisés la promesa que Él le había hecho a Abraham.
Indudablemente que esta era una gran oportunidad para Moisés y una tremenda tentación. Esta era la oportunidad que él necesitaba para convertirse en el centro de la historia de la humanidad, y a la misma vez liberarse de la penosa responsabilidad de liderar a esa masa rebelde y malagradecida. ¿Qué hubieras hecho tú en esa situación si hubieras sido Moisés?
 Aunque esta es una pregunta que pudiera parecer retórica y poco importante, si buscas bien dentro de tu corazón, te va a servir para que tengas una mejor idea de los cambios que, tal vez, debes hacer para ver las cosas desde la perspectiva de Dios.
Moisés inmediatamente intercedió a favor de los rebeldes hijos de Israel “recordándole” a Dios Su propósito original al sacarlos de la esclavitud en Egipto. ¿Cómo un simple ser humano pudo hacer cambiar la mente de Dios? ¡Eso en realidad es un misterio! Pero justo eso fue lo que Moisés hizo por medio de esta comunicación abierta y directa con el Señor.
 Moisés estuvo dispuesto a correr todos los riesgos que entraña tomar partido del lado del que ha cometido la falta. Observa que Moisés en ningún momento trató de minimizar la falta de Israel. Moisés apeló al carácter de Dios y a Su amor y compasión. En lugar de aprovechar la oportunidad para su propio beneficio, él estuvo dispuesto a enfrentar lo que fuera necesario a fin de interceder en favor del pueblo de Israel.
Este concepto del amor no es muy familiar en la raza humana. Pero ese es el amor que Dios nos pide que mostremos hacia nuestros hermanos en la fe. Pero es imposible mostrar esa clase de amor separados de la presencia eterna de Dios y de Su poder en nuestras vidas. El apóstol Juan nos revela la magnitud y el alcance de ese amor cuando dice en 1 Juan 3:16: “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”.

PARA REFLEXIONAR:
¿Cuáles son algunas ocasiones en tu vida en las que te ha sido más difícil amar a otros como Jesús te ha amado a ti?   

REFLEXIÓN PERSONAL:
 ¿Hay alguna persona a la cual reconoces que debes de amar, pero te cuesta mucho trabajo siquiera pensar en hacerlo?
¿Crees que alguna vez en tu vida, a lo mejor hiciste algo que pudo hacer enfadar a Dios?
¿Crees que mereces el perdón de Dios?
Y si estamos dispuestos a recibir, sin merecer el, perdón de Dios, ¿por qué nos cuesta tanto trabajo perdonar a otros?
¿Cuántas veces has orado a favor de alguien que consideras como un enemigo?
¿Crees tener enemigos? ¿Por qué piensas eso?
¿Cómo sería tu vida si no tuvieras ningún enemigo?
¿Cómo sería tu vida si perdonara a todos tus enemigos y comenzaras a interceder por ellos en oración?




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Oscar