domingo, 9 de enero de 2022

Dios nos usa para Su gloria

Entre mis costumbres, tengo la de leer y escribir cada vez que termino una de mis asignaciones trimestrales de LifeWay, para editar el contenido del material de los estudios bíblicos para adultos. Casi siempre aparece algo imprevisto que requiere mi tiempo y atención, pero pienso que eso es parte de la vida de los jubilados, a lo menos en mi caso. Justo ayer había retomado un estudio bíblico que comencé hace algún tiempo sobre la santidad de Dios que publicaré en mi blog, pero algo inesperado ocurrió. Como ha sucedido en múltiples ocasiones, descubrí en Facebook un nombre y un rostro que me eran familiares, aunque no conozco a la persona. Algo me movió a enviarle una nota y una solicitud de amistad. Le dije, tú no me conoces pero yo soy primo de tu padre, soy primo hermano de él y más que primo, somos hermanos. Algunas veces nunca he recibido respuesta a mensajes parecidos. Otras las respuestas no han sido agradables, en ocasiones me he llevado una sorpresa y en algunas oportunidades, como en esta, he recibido una bendición no esperada. Esta fue la respuesta que recibí: Iván Fernandez Hola. Le cuento k cuando yo era niño su papá me llevaba a la 1era iglesia Bautista de Santa Clara. Yo era pequeño pero no lo olvido. Muchos años después. Sobre el año 95 comencé a visitar esa iglesia y me bauticé Yo le he contado a mi papá que en ocasiones de aniversarios de nuestra iglesia han puesto fotos antiguas de miembros y actividades de la Iglesias y ponen fotos de su Papá Gracias a Dios mi esposa y mis hijos son cristianos. Mi hermano jimagua y toda su familia son cristianos. Y tu primo Aloysi Busquets es un discípulo de Cristo. Somos muy bendecidos en mi hogar. Así que su papá fue el instrumento que Dios usó. No creo que hagan falta explicaciones, ya que sobran las palabras. Se podrán imaginar cuántas emociones me hicieron sentir esas palabras. Lo primero que vino a mi mente fue el llamamiento que le hizo Jesús a Sus discípulos. Ellos eran gentes humildes, no eran académicos ni profesores. Eran simples pescadores que soltaron sus redes y dejándolo todo siguieron al Maestro. Y Jesús siguió y sigue llamando a personas imperfectas y muchas veces sin preparación académica ni secular, para que se conviertan en pescadores de hombres. Mi padre fue un hombre sencillo. El hijo menor de una familia de cinco hermanos. El padre murió de tuberculosis cuando mi papá tenía apenas ocho años. En aquellos tiempos no había alternativas, él tuvo que abandonar la escuela y salir a la calle a vender periódicos y limpiar zapatos de sol a sol, para poder llevar algunos centavos a su casa para ayudar a la madre a comprar alimentos para darles algo de comer. Todos los hermanos hacían lo mismo, trabajando cuando debían de haber estado estudiando. Nadie de esa generación familiar logró estudiar algo. El hambre puede ser más importante que el intelecto. Y de la segunda generación, solo tres estudiamos. Una se graduó de enfermera, otro de técnico en refrigeración y soldadura y yo fui el único que pudo llegar a la Universidad, por el sacrificio de mis padres y la bondad de Dios. Mi madre era hija de una familia numerosa de campesinos pobres en la que todos los niños tenían que salir a la calle a trabajar para ayudar a la precaria economía familiar. Mi abuelito vendía pollos y huevos, como vendedor ambulante por las calles de Santa Clara. Eran cinco niñas y cuatro niños y todos tuvieron que dejar la escuela para salir a la calle a trabajar en lo que encontraran. Mi mamá encontró trabajo como sirvienta, para ayudar a criar a un niño pequeño y realizar otras tareas domésticas en la casa del pastor de la Primera Iglesia Bautista de Santa Clara. Allí recibió a Jesucristo y se bautizó. Cuando mi papá comenzó a enamorarla, ella lo llevó a la iglesia y también él recibió a Jesucristo y se bautizó. Para ese entonces, ya mi padre trabajaba en una tienda de ropas ubicada en la Plaza del Mercado de Santa Clara, en la cual trabajó hasta que el gobierno de Castro intervino y cerró la tienda en el año 1960. Desde los inicios, mi padre sintió pasión por el evangelio y en la Unión de Preparación adquirió algunas habilidades. Pronto comenzó a predicar y a evangelizar. El pastor de la iglesia personalmente dirigía un grupo de discipulado con algunos hombres y mi padre estaba entre ellos. Fue seleccionado y ordenado como diácono, leía su Biblia con pasión y el pastor le traía libros para ayudarle a profundizar en su lectura. Fue seleccionado para iniciar una misión con dos o tres hermanos más y fueron varias las misiones de las cuales estuvo a cargo. Todas las semanas predicaba en alguna de las misiones de la iglesia y algunas veces en el templo de nuestra iglesia. Fue un líder local, provincial (Estatal) y convencional. El único libro que logré sacar de Cuba y conservo, es un Diccionario Bíblico que le regaló la Primera Iglesia Bautista de Santa Clara a mi padre, en el año 1954, por su constancia en el trabajo en la misión de Virginia. Sirvan estas pocas palabras para honrar la memoria de mi padre, cosa que nunca había hecho antes. Y lo hago solamente para llamar la atención, para que no descuidemos la importancia que tiene llevar los niños a la iglesia, eso es verdaderamente importante. De aquellos niños de la familia que mi papá llevaba a la iglesia, hoy a lo menos tengo ubicadas a cuatro familias de cristianos activos y fervientes. Y para que aquellos que sienten la voz de Dios llamándoles a servir sean obedientes y no miren a lo que no tienen o no han logrado alcanzar, sino para que miren a Aquel que lo tiene todo y da hasta que sobreabunda, sea el nombre de Dios Glorificado, Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Le agradezco mucho su comentario.
Oscar