miércoles, 23 de mayo de 2018

ESTUDIO DE ÉXODO (14)


DÉCIMO CUARTA SEMANA

En el estudio anterior terminamos con los israelitas enfrentando el Mar Rojo y los egipcios pisándoles los talones, dispuestos a llevarlos por la fuerza de regreso a Egipto, para que siguieran sirviendo como esclavos. Esta semana vamos a estudiar la última parte del capítulo 14 de Éxodo.
Hay una secuencia interesante y muy importante que se presenta después de la gran victoria del pueblo de Israel sobre los egipcios al lograr salir del lugar en el que vivían. Presta mucha atención, yo considero que:
1.- Ellos temieron a Jehová y
2.- Ellos creyeron a Jehová

Bajo ninguna circunstancia, los líderes cristianos pueden permitir que sus seguidores los exalten a ellos en lugar de exaltar a Dios. No importa quienes sean, cómo se llamen a sí mismos, cual sea la posición que ocupen ni el rango eclesiástico que ostenten o se adjudiquen. El diablo es muy astuto y él sabe que a los seres humanos les encanta destacarse y ser reconocidos, por lo que usa esa arma en contra de los líderes religiosos. Tristemente, algunos caen presas del engaño del maligno y se apartan de los principios bíblicos exaltándose y convirtiéndose en las «estrellas del show». 

Hemos visto como Dios rehízo la imagen pública de Moisés y su autoestima. Sin embargo, Moisés también tenía que aprender que Dios SIEMPRE debe ser honrado y glorificado por encima de cualquier otra cosa. Pienso que él en el vv. 13 muestra este reconocimiento cuando dice «…estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros».

Cuando Pedro y Juan sanaron al hombre que era cojo de nacimiento, los líderes religiosos les preguntaron: «¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?» Y entonces Pedro respondió: «Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano» (Hechos 4:10). ¿Observaste que Pedro y Juan no anunciaron un «culto de milagros» para sanar al cojo? Tampoco le dijeron al cojo que realizarían un milagro con él. De haberlo hecho, probablemente ellos se hubieran estado exaltando a ellos mismos, aunque no se lo hubieran propuesto conscientemente.

Pablo y Bernabé son un ejemplo muy ilustrativo de este principio bíblico. Cuando ellos huyeron a Listra, Derbe y las ciudades cercanas en aquella región, NO LO HICIERON prometiendo que realizarían milagros de sanidad, ellos predicaban con denuedo el evangelio de Cristo, a pesar de que habían tenido que salir huyendo justamente por hacer eso. Pablo, sin hacer aspavientos, sin campañas publicitarias y sin música de fondo, al ver a un hombre cojo de nacimiento que tenía fe le dijo, levántate sobre tus pies, y el hombre se paró y anduvo.
Pero ahora es que viene lo bueno, presta mucha atención a lo que va a suceder aquí: «11Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros. 12Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra» (Hechos 14:11-12). Pero Pablo y Bernabé no perdieron tiempo ni se regocijaron con la popularidad que acababan de adquirir, sino que establecieron bien claro lo que había ocurrido dando el mérito a quien lo tenía; «…y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay» (Hechos 14:15).

No podemos dejarnos engañar por la palabrería, la música, las luces, la propaganda o la fama del «milagrero», estudia cada milagro que aparece en la Biblia y verás que todos tienen algo en común: ¡Toda la gloria es para Dios y para exaltar Su nombre!  

PENSAMIENTO INICIAL:
          
Todos los líderes espirituales tienen que asegurarse de que Dios siempre sea exaltado por encima de todas las cosas

Éxodo 14:23-31 PONIENDO A DIOS EN EL PRIMER LUGAR

Éxodo 14:23-31
23Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. 24Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, 25y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios. 26Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. 27Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. 28Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. 29Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda. 30Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. 31Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.

ANALIZANDO EL PASAJE BÍBLICO:
Dios continuó desarrollando Su plan para liberar a Su pueblo. Una vez más vemos que obró mediante la columna de fuego y la de nube. Pienso que estas figuras representan al Espíritu Santo. Los israelitas fueron guiados, de la misma manera en la que los hijos de Dios deben ser guiados hoy día, por el Espíritu de Dios.
No me cabe alguna duda de que, para los egipcios, fue evidente que lo que estaba sucediendo era algo sobrenatural. Lo más seguro es que trataran de retirarse y escapar de las gentes que ellos habían estado persiguiendo. Este hecho sin precedentes necesita ser observado cuidadosamente, porque ¡se trata de un milagro!

No hay una forma natural de explicar lo que sucedió. Algunos cristianos teológicamente conservadores, que creen en la Palabra de Dios y admiten que somos salvados solamente por medio de la fe en Cristo, intentan, sin embargo, explicar el cruce del Mar Rojo y lo que sucedió después de una «manera natural». El problema para ellos es que cuando uno lee cuidadosamente este episodio, resulta imposible explicarlo de una manera natural. Dios dice que fue un milagro y uno solo tiene una opción: lo toma o lo deja.
¡Eso fue un milagro! Este es el hecho concreto. Caminaron por tierra firme y seca por el medio del mar. Las aguas formaban una pared en el lado izquierdo del camino, y una pared en el lado derecho del camino, es decir había una especie de montaña de aguas a ambos lados del camino por el cual pasaron en seco. Estamos hablando de unos 600,000 adultos mayores de 20 años, es decir que contando a los niños y a los jóvenes eran muchos más, y hay que añadir también a los animales. Esto no hay forma de explicarlo de una manera natural. Así que, ¿o es mentira o fue un milagro? Y yo estoy convencido hasta la muerte, de que la Biblia NO DICE mentiras.

Estos dos hechos nos muestran el propósito de Dios al liberar a Israel de esta manera. Para dar inicio a su marcha por el desierto, ellos vieron el poder de Dios cuando Él los liberó «con sangre» de Egipto. Y ahora en el Mar Rojo, les muestra nuevamente Su poder al llevarlos a salvo a través del mar y al destruir a los egipcios que los perseguían con ese mismo mar. ¡Dios liberó a Sus hijos con Su poder!
Ahora, el segundo acto de esta presentación divina es muy impresionante. Los egipcios estaban decididos a no perder su fuerza de trabajo gratuita y contaban con el respaldo del propio faraón en persona. De manera que penetraron entre las dos montañas de agua que se alzaban a la derecha y a la izquierda del camino que se había abierto en el mar.

Por segunda vez, Moisés siguiendo las órdenes precisas de Dios, extendió su mano con el bastón dando lugar a que se produjera otro movimiento milagroso del mar, en esta ocasión no para liberar a Israel de sus perseguidores, sino para atrapar y ahogar al ejército de Egipto que los venía persiguiendo. 
Por supuesto que Dios fue el verdadero Actor en todas estas actividades. Él fue quien le ordenó a Moisés lo que debía de hacer, y una vez más representó Su presencia divina con las columnas de nubes y de fuego. Yo me imagino que tanto Moisés como Aarón y por su puesto los propios israelitas, deben de haber especulado mucho tratando de adivinar de qué manera el Señor pretendía liberarlos de los egipcios. Así que ahora, se había disipado la incógnita, el Señor ahogaría a los enemigos de Israel. El pueblo sabía perfectamente la altura que tenían las aguas que estaban contenidas a ambos lados del camino. Ellos las habían visto con sus ojos, y posiblemente hayan sentido temor de «aquel monstruoso torrente». Sabían sin lugar a dudas cuan profundas serían las aguas cuando ellas volvieran a su lugar. Lo más probable es que no haya sido algo agradable caminar entre esas dos paredes de agua, sabiendo lo que sucedería si se derrumbaban. 

El final de la historia hay que leerlo de nuevo: «27Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar.28Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.
29Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda. 30Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. 31Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo».
(Éxodo 14:27-31).

El regreso del agua a su lugar habitual puede haber tomado unos minutos o puede haber sido prácticamente instantáneo; el texto no lo dice. Pero fue lo suficientemente rápido como para que ningún egipcio pudiera regresar a la orilla, de tal manera que TODOS perecieron. No quedó alguien para contar el cuento. Los israelitas pasaron por el corredor por tierra seca; pero los egipcios estaban en el corredor, y cuando el mar fluyó sobre ellos, se ahogaron.

Observa que este hecho ocurrió cuando amanecía. De esta manera los israelitas pudieron ver «a los egipcios muertos a la orilla del mar». Debemos suponer que también vieron a muchos caballos muertos y también a los carros vacíos. Una vez más, Dios había diferenciado a Su pueblo de los egipcios, tal como había sido en el caso de la diez las plagas, y una vez más la muerte había sido el resultado de la intransigencia egipcia, como en el caso de la décima plaga. 

La enseñanza más importante de estos eventos es en relación a la fe del pueblo de Israel en el Señor y la disposición de depositar la confianza en Él y en Su representante, Moisés. No pierdas de vista que este episodio marca el surgimiento del pueblo de Israel como nación por lo que todos debían aprender y recordar siempre que se puede confiar en que el Señor liberará a Su pueblo, sin importar cuál sea la situación.

Pero pienso que más importante aún, es el hecho de que apunta a la enseñanza fundamental del Nuevo Testamento: ¡La salvación es por medio de la fe!
Lo más importante para el pueblo de Israel no era solo que se habían librado de la esclavitud y estaban a salvo, sino que habían visto y experimentado que la fe salva: Dios les había mostrado cómo la fe en Él tenía un efecto duradero. Estoy convencido de que muchos en este momento entendían muy poco sobre quién era Yahweh y qué esperaba de ellos. Sin embargo, todo lo que había ocurrido ante sus ojos, les produjo temor y confianza.

PARA REFLEXIONAR:
¿De qué manera práctica podemos aceptar el honor y la recompensa por realizar un buen trabajo y a la misma vez dirigir la atención de las personas hacia Dios?

REFLEXIÓN INDIVIDUAL:
¿Cuándo haces algo para la Obra de Dios, esperas que reconozcan tu trabajo?
¿Te llama la atención el reconocimiento por lo que haces?
¿A quién te gusta imitar?
¿A quién quisieras parecerte?
¿Cómo dirías que es tu fe?
¿Cómo es tu confianza en Dios?
¿Sientes dudas con frecuencia?
¿Dudas de tu salvación?
¿Alguna vez has experimentado a Dios obrando en tu vida?
¿Cómo fue esa experiencia?
¿Qué resultados produjo en ti?




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Oscar