Éxodo 18:19-20 ESTABLECIENDO LAS PRIORIDADES
Cuando comencé mi pastorado en la ciudad de Albuquerque en New
Mexico, la “Iglesia madre” nos proporcionó todo lo que necesitábamos. Sin
embargo, al poco tiempo, el Departamento de Inmigración comenzó a relocalizar a
los inmigrantes Hispanos que llegaban al país en la ciudad. La Organización
oficial que debía atender a esa gente no daba abasto y nos pidieron ayuda.
Aunque éramos una congregación muy joven, la Comunidad de Iglesias Bautistas de
Albuquerque nos echó una mano.
La tarea era tan grande, que era del todo imposible que yo pudiera
ocuparme de todas las tareas que se presentaban. Dios me proveyó junto con el
reto, a un verdadero “Aarón” y a algunos “Jetros” para llevar adelante la labor.
Logramos establecer un almacén de ropas y calzado para dar a los
recién llegados, una despensa para proveer alimentos para los primeros días en
el país, una comisión que semanalmente iba al aeropuerto a esperar a los
inmigrantes que llegaban los miércoles por la noche y seguirlos hasta el
apartamento donde vivirían, para entregarles alimentos, leche, pan, café
etcétera para las primeras horas en este país. Se organizó una Cena Comunitaria
semanal los jueves en la tarde y un culto de adoración a continuación, similar
al del domingo en la mañana. Se establecieron relaciones con diferentes centros
de trabajo y algunas agencias de empleo, para ofrecerles (gratuitamente)
trabajo a los recién llegados tan pronto recibían la autorización para trabajar.
Se establecieron nexos con el Departamento de Inmigración para ayudar a llenar
los modelos que fueran necesarios ya que los recién llegados no hablaban
inglés. En aquel entonces, al parecer el Estado y la ciudad no tenían los
recursos o la organización necesarios, para hacerle frente al problema que se
estaba presentando.
Se realizaron varios banquetes con la participación de muchas
personalidades de la Comunidad Hispana para recaudar fondos para suplir los
gastos extras de este programa que habíamos iniciado sin algún presupuesto, lo
cual nos permitió adquirir dos furgonetas para las actividades relacionadas con
el ministerio. Una familia de la iglesia que poseía un taller de reparaciones,
se hizo cargo de los mantenimientos y reparaciones de los vehículos gratuitamente.
La comida era comprada y distribuida por una familia de miembros de nuestra
iglesia, que además cocinaban la cena de los jueves en su propia casa. La ropa y
los zapatos, la suministraba la administración de un Walmart que colindaba con
una Iglesia Bautista de la ciudad, eran ropas nuevas de las que devolvían sin
haber sido usadas. Además, recibíamos infinidad de donaciones de ropas, efectos
electrodomésticos, etc.
El almacén de ropas y zapatos se estableció en un apartamento
desocupado que tenía un miembro de nuestra iglesia en un edificio de su
propiedad, nos, o facilitó gratis por un año. Los anaqueles y racks para la
ropa los facilitó un miembro de la iglesia madre que vio una tienda que se
había ido en bancarrota y fue y compró lo necesario para nosotros. Los
almacenes eran atendidos por voluntarios que servían a los recién llegados.
Cuando yo inicie el Ministerio, contaba con que tendría que predicar,
enseñar, visitar y hacer las labores pastorales típicas que todos conocemos,
pero no había contado con lo que Dios tenía preparado para mí. La tarea era tan
abrumadora que era del todo imposible hacerla por mi mismo. Pero uno de mis
Jetros, que fue mi mentor, me ayudó a establecer las prioridades en el
Ministerio para poder salir adelante. En verdad todos nos sentíamos como si
estuviéramos viviendo en los días de la iglesia primitiva. Si no hubiera
establecido bien las prioridades, aquello hubiera terminado en un rotundo
fracaso, pero recuerdo con humildad como Dios nos mostró su fidelidad y en
aquel año bautizamos a 56 personas que nunca antes habían escuchado el
evangelio. Muchos fueron salvos por aquel ministerio. ¡A Dios sea toda la
gloria!
He servido en muchos lugares y he desempeñado cargos en una
Agencia de nuestra Convención por más de 20 años, y muchas de las cosas que
logré fueron gracias a la “escuela” de aquel primer ministerio que aún llena la
mayor parte de mi corazón de gratitud reverente a Dios por haberme permitido ser
parte de lo que Él quería hacer con aquella gente que llegaba a aquella ciudad que
amo profundamente.
PENSAMIENTO INICIAL:
Para ser eficientes, los líderes espirituales tienen que establecer prioridades bíblicas
Para ser eficientes, los líderes espirituales tienen que establecer prioridades bíblicas
PASAJE BÍBLICO: Éxodo
18 19-20:
19
Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú
por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. 20 Y enseña a ellos las ordenanzas y las
leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer.
ANALIZANDO EL
PASAJE BÍBLICO:
Moisés necesitaba
concentrarse buscando la voluntad de Dios para los hijos de Israel mediante la
oración, y enseñándoles a ellos las leyes de Dios y cómo aplicar los
mandamientos de Dios diariamente a sus vidas.
Las lecciones de Moisés en
cuanto a la administración tienen una aplicación muy importante para todos
aquellos que servimos como líderes espirituales en la iglesia o en algún otro
ministerio.
Los apóstoles tuvieron que
aprender la misma lección cuando tuvieron que enfrentar una crisis durante los
primeros días en la iglesia de Jerusalén. Se habían desatendido las necesidades
de las viudas griegas, en la distribución diaria de alimentos.
Indudablemente que esta
era una labor extremadamente importante, sin embargo, los apóstoles no podían
invertir su tiempo distribuyendo comida. Ellos tenían que dedicar su tiempo a
la oración y la predicación de la Palabra (Hechos 6:4). En síntesis, esta eran
las mismas prioridades que Jetro le bosquejó a Moisés.
Probablemente
tú no seas el líder principal en tu iglesia o ministerio y es muy seguro que
sea una posición vocacional, sin recibir alguna remuneración, pero, aun así,
tenemos que establecer prioridades bíblicas. Jesús captó la esencia de este
principio cuando dijo: «Mas buscad primeramente
el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» Mateo 6:33.
¿Cuáles son las prioridades que Dios
quiere que tú establezcas de acuerdo a tu posición como líder?
REFLEXIÓN PERSONAL:
¿Piensa un momento en las cosas que quisieras
hacer?
¿Por dónde pudieras comenzar?
¿Qué cosas crees que puedes hacer?
¿En qué tareas necesitas ayuda?
¿A quién pudieras pedirle ayuda?
¿Piensas que tú eres el único que
puede hacer las cosas?
¿Tienes temor de que si una persona te
ayuda puede equivocarse?
¿Cómo crees que obtendrías mejores
resultados?
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Oscar