martes, 10 de julio de 2018

ESTUDIO DE ÉXODO (21)


EL PUNTO DÉBIL DEL LIDERAZGO

Uno de los retos del liderazgo es cuando nos enfrentamos a situaciones nuevas o desconocidas. Muchos tratan de ocultar su ignorancia o incapacidad haciendo las cosas “a su manera”, terminando la mayoría de las veces en grandes desastres.
Yo tuve la bendición de tener buenos mentores a lo largo de toda mi carrera. Nunca alguno de ellos, cuando le pregunté algo me dijo:”deja ver qué se nos ocurre”. Por el contrario, casi siempre su respuesta fue: “ve y conversa con fulano o fulana que es un experto en eso”. Nadie tiene que saberlo todo, pero sí debe conocer a quién puede ir en busca de un consejo u orientación.
Recuerdo la primera vez que mi jefe me llamo a su despacho y me dijo: “Necesito que me hagas el plan de producción para el próximo año, incluyendo todos los 404s y los 405s”. Yo no sé pues nunca le pregunté, si me vio algo en la cara, pues añadió: pídele una entrevista a Charlie para que te enseñe cómo se hacen aquí esos modelos.
Los mayores desastres, y he visto muchos, ocurren cuando una persona que debe hacer algo, no sabe cómo o cuál es la mejor manera de realizar la tarea, pero tiene temor a lo que los demás puedan pensar de él, o su arrogancia no le permite reconocer que no sabe, y entonces comienza a hacer las cosas como se le ocurren; terminando casi siempre en fracasos lamentables y costosos. Moisés es un buen ejemplo de lo que un líder debe hacer en ese caso.
 
 PENSAMIENTO INICIAL:
          
Para trabajar de manera efectiva, los lideres en la iglesia, en la familia, y en el ámbito secular, deben buscar la sabiduría y el consejo de otros

ÉXODO 18:13-18
 
13 Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. 14 Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde? 15 Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. 16 Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes. 17 Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. 18 Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.
ANALIZANDO EL PASAJE BÍBLICO:
No pasó mucho tiempo sin que Jetro se diera cuenta de que Moisés estaba enfrentando un gran reto. Algunos eruditos estiman que, en ese momento, el pueblo de Israel estaba integrado por unos dos millones de personas. En ese momento eran un grupo nómada que no tenían una estructura social ni económica que les permitiera resolver los múltiples problemas que enfrentaban cada día. Por lo que día tras día hacían cola para traer ante Moisés sus disputas para que él sirviera de juez. Pero Jetro, que ahora había conocido al Dios verdadero y había depositado su fe en YHVH (Jehová), el Dios de Israel, inmediatamente se percató del problema y le sirvió a Moisés como “Consultante”.
Todos nosotros tenemos puntos débiles cuando tratamos de liderar a otros. Esto se cumple tanto en los pastores como en los lideres laicos en la iglesia, así como con los padres, y los supervisores en el mundo de los negocios. Por eso es por lo que cada uno de nosotros es necesario en la familia de Dios, que es el cuerpo de Cristo. Según Romanos 12:15 “todos somos miembros, los unos de los otros”.
Siempre me ha llamado la atención la manera en que el apóstol Pablo describe en 1 Corintios 12:19-21 la relación que tenemos que tener, unos con otros, en el Cuerpo de Cristo que es la iglesia. Dice Pablo: «19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? 20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. 21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros». TODOS necesitamos de los demás para ser eficientes en nuestras posiciones de liderazgo      
Presta ahora mucha atención, voy a insistir en algunos aspectos de este episodio. Observa que después de su conversión, Jetro inmediatamente entró a jugar un papel muy útil en Israel, al recomendar la estructura básica del sistema judicial. Jetro presentó un orden jerárquico que situaba a Moisés en la cima de la pirámide judicial como una especie de "tribunal supremo" de Israel y establecía tribunales/jueces con jerarquías inferiores debajo de él.

En el antiguo Cercano Oriente, como todavía hoy en muchas otras partes del mundo, el trabajo de juzgar las disputas civiles y penales concuerda con una posición de liderazgo.
 Ser un líder político o militar también incluía ser un líder judicial, y requería tomar decisiones en los casos de controversias. Al parecer, ya Moisés había estado juzgando a la gente con regularidad, pero presumiblemente, algunos casos complicados estaban pendientes de ser juzgados, debido a la dificultad de mantener a la corte funcionando cuando estaban en movimiento. 
Al parecer, llegó un momento en el que Moisés no daba abasto para atender los casos que venían ante él, a pesar de pasar todo el día escuchando los casos, al llegar la noche, todavía no había terminado. Moisés asumió la posición tradicional de los jueces, estaba sentado mientras los litigantes estaban en pie frente a él, esta sigue siendo la costumbre en la mayoría de los tribunales en todo el mundo de hoy. Evidentemente, si Moisés dedicaba la mayor parte de su tiempo a juzgar las disputas y los asuntos legales, no podía hacer mucho más, al menos en los días en que trabajaba como juez, y naturalmente esto amenazaba su función como líder de la nación.
Jetro se dio cuenta que eso no podía seguir así indefinidamente. Su propia experiencia como líder madianita puede tal vez haberlo llevado a participar de manera regular a servir de juez en las disputas entre los madianitas, y para él era obvio que Moisés estaba empleando demasiado tiempo en su función de servir como juez del pueblo de Israel, lo cual llevaría inexorablemente a tener que descuidar otras actividades importantes de su función como líder. 
No había nada malo en que Moisés sirviera como juez; de hecho, era claramente una obligación como líder del pueblo. Lo que estaba muy mal era que él fuera el único juez, sin contar con alguna ayuda, teniendo que juzgar tanto los casos simples como muy complejos.
 Quiero aclarar que esto que voy a decir ahora es una pura especulación, ya que no tengo algún elemento confiable en el que pueda basar esta afirmación, pero tal vez, es posible que Moisés simplemente haya estado esperando que Dios le revelara a Israel un sistema judicial apropiado y jerárquico y que él no quisiera intentar inventar ese sistema por su cuenta. 
Además, ten muy presente que para Moisés los únicos modelos que podía comparar eran el sistema egipcio, donde el faraón estaba a la disposición de cualquier persona que podía verlo en la corte, al menos, durante ciertas ocasiones en el año, y el modelo madianita, en el que los líderes tribales, al parecer hicieron lo mismo. 
Pero ten muy presente que Moisés no era simplemente un juez. Él era el profeta que transmitió fielmente cuál era la voluntad de Dios. Moisés les declaraba cuáles eran las ordenanzas y las leyes de Dios para solucionar sus disputas, Moisés realmente no juzgaba por su propia cuenta.
Jetro no encontró convincente el razonamiento de Moisés y lo contrarrestó con un argumento simple pero convincente: el método empleado no es el correcto si produce la frustración y el agotamiento de todos. Parece ser que la carga del trabajo judicial era mucha para un solo hombre. Esto queda probado por el hecho de que tanto Moisés como las personas que esperaban por la justicia no podían concluir sus negocios en un período de tiempo razonable. Observa que el argumento de Jetro es una versión temprana del dicho legal popular que dice: "La justicia retrasada es justicia denegada”.
Presumiblemente, Moisés no trató ningún caso a la ligera, sino que se entregó al trabajo de todo corazón y quedó atrapado por la carga de trabajo ante los muchos casos que se presentaban. Por lo tanto, a pesar de tener las mejores intenciones, el asunto de juzgar las disputas se había empantanado, y como era obvio, para alguien que era nuevo en la fe y no era un experto en la situación de Israel, como Jetro, había que tomar una decisión rápida para resolver el problema.
Como dice el refrán: Desde fuera del agua se nada mejor, tal vez Jetro desde fuera pudo ver de manera más clara el asunto.


PARA REFLEXIONAR:
Pensando en tu propia posición como líder, ¿quién pudiera ser la persona que te pudiera servir mejor como tu “Jetro”?

REFLEXIÓN INDIVIDUAL:
NOTA: De una manera u otra todos somos líderes, bien en la familia, en el trabajo o en la iglesia, de modo que estas preguntas son para todos nosotros, para ayudarnos a reflexionar en este tema.
 Piensa por un momento, como líder, ¿alguna vez has tratado de hacerlo todo por ti mismo?
¿Pudieras recordar alguna ocasión en la que las tareas te agobiaban, pero no estuviste dispuesto a compartir tus responsabilidades?
¿Cuál fue el resultado?
Si hoy se presentara la misma situación o una situación similar, ¿harías las cosas de la misma manera o de una manera diferente?
¿Qué harías igual? ¿Por qué?
¿Qué harías diferente? ¿Por qué?
¿Quién te hubiera podido ayudar y no lo hizo?
¿Quién te ayudó?

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Oscar