martes, 3 de julio de 2018

ESTUDIO DE ÉXODO (20)



ÉXODO 18:1-12.  TESTICÁNDOLE A LOS MIEMBROS DE LA FAMILIA QUE NO SON SALVOS


Hace un tiempo encontré en Facebook a una persona cuyo nombre era el mismo de una querida prima con la cual prácticamente me crie. Habían pasado muchos años sin tener algún contacto con mi prima y no tenía idea de dónde vivía. Esa persona que encontré en FB vive en España y yo dejé de ver a mi prima en la Habana, en Cuba, por lo que la situación era un poco más complicada. Decidí tratar de contactar a la persona y recibí una gran sorpresa al descubrir que sí, era mi prima. Y a pesar de la alegría recibida al saber de ella, mi mayor alegría fue cuando me dijo que ahora ella era cristiana. En verdad, la alegría más grande que se puede recibir es cuando un ser querido recibe a Cristo como Señor y Salvador. Yo he tenido la bendición de ver a muchos de mis seres más queridos venir a los pies de Cristo y también tengo el dolor de tener otros a quienes quiero mucho que se resisten al evangelio.
Jetro era el suegro de Moisés y era sacerdote de Madián. No se sabe con precisión que dios o dioses adoraban los madianitas, pero de seguro no era al Dios verdadero YHVH (Jehová). De manera que Jetro como sacerdote, no solo adoraba a los falsos dioses, sino que ayudaba a otras personas a adorarlos. Jetro había estado escuchando atentamente lo que le había sucedido a Moisés. Ante las evidencias, no era posible ignorar el poder mostrado por Dios para liberar a los hijos de Israel de la esclavitud en Egipto, estaba tan impresionado que confesó, «Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses» (Éxodo 18:11).
Aunque Dios había usado acontecimientos sobrenaturales que convencieron a Jetro de que Él era el único Dios verdadero, no debemos ignorar que Moisés mismo había impresionado a Jetro siendo un buen esposo para su hija y un buen padre para sus nietos. Y cuando Moisés recibió el llamado de Dios para regresar a Egipto, él se aseguró de obtener el permiso y la bendición de Jetro. Moisés sentía un gran respeto por su suegro, lo cual fue un puente importante para llegar al corazón de este hombre comunicándole quién es realmente Dios. 
Este pasaje cuenta la historia de la conversión de un pariente, Jetro el suegro de Moisés. Esta es una historia que tiene un gran significado personal para muchas personas, ya que casi todos los creyentes podemos nombrar a uno o más familiares, cercanos o lejanos, que deseamos que vengan a Cristo. 
Dios usa a una vida piadosa como un instrumento poderoso para compartir a Cristo con los familiares que no son creyentes. El apóstol Pedro escribió el 1 Pedro 3:1-2 «1Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2considerando vuestra conducta casta y respetuosa».
Nosotros no somos perfectos, pero nuestros familiares no creyentes tampoco lo son. Es necesario que simplemente le contemos la historia de lo que Cristo ha hecho en nuestras vidas. Seamos honestos y no pretendamos ser lo que no somos. El Espíritu Santo es el que convence de pecados, seamos testigos y compartamos con los demás lo que Él ha hecho en nosotros.

 PENSAMIENTO INICIAL:
          
Para poder testificar de manera efectiva a nuestros parientes no cristianos, tenemos consistentemente que vivir vidas cristianas

ÉXODO 18:1-12  
1Oyó Jetro sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo, y cómo Jehová había sacado a Israel de Egipto. 2Y tomó Jetro suegro de Moisés a Séfora la mujer de Moisés, después que él la envió, 3y a sus dos hijos; el uno se llamaba Gersón, porque dijo: Forastero he sido en tierra ajena; 4y el otro se llamaba Eliezer, porque dijo: El Dios de mi padre me ayudó, y me libró de la espada de Faraón. 5Y Jetro el suegro de Moisés, con los hijos y la mujer de éste, vino a Moisés en el desierto, donde estaba acampado junto al monte de Dios; 6y dijo a Moisés: Yo tu suegro Jetro vengo a ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella. 7Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron a la tienda. 8Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que Jehová había hecho a Faraón y a los egipcios por amor de Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había librado Jehová. 9Y se alegró Jetro de todo el bien que Jehová había hecho a Israel, al haberlo librado de mano de los egipcios. 10Y Jetro dijo: Bendito sea Jehová, que os libró de mano de los egipcios, y de la mano de Faraón, y que libró al pueblo de la mano de los egipcios. 11Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos. 12Y tomó Jetro, suegro de Moisés, holocaustos y sacrificios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos de Israel para comer con el suegro de Moisés delante de Dios.

ANALIZANDO EL PASAJE BÍBLICO:
La ubicación de esta historia en este punto del libro de Éxodo tiene mucho sentido, a la luz del hecho de que los madianitas y los amalecitas estaban estrechamente relacionados; la derrota de los amalecitas, hecho que se narra en Éxodo 17: 8-16 seguida de la conversión de un Sumo Sacerdote madianita, muestran la verdad y el poder de Yahvé y Su superioridad sobre los falsos dioses y sus seguidores y adoradores.
La ubicación geográfica de los israelitas también hace que la ubicación narrativa de esta historia sea lógica. Moisés seguramente sabía dónde estaba el Monte Sinaí, ya que cuando él trabajaba para Jetro, él había llevado a las ovejas allí. El Monte Sinaí, llamado también Horeb puede haber sido el territorio más lejano con el cual los madianitas estaban familiarizados. Por eso, era lógico y normal para Jetro viajar hasta ese lugar, una vez que el pueblo de Israel llegó allí. Incluso pudiéramos especular y pensar que este había sido un acuerdo establecido de antemano entre Moisés y su suegro. Moisés había enviado a Séfora y a sus hijos de regreso a Jetro cuando llegó a la frontera del territorio controlado por Egipto, tal vez acordando con Jetro que los trajera de regreso cuando él y el pueblo de Israel llegaran al Monte Sinaí/Horeb. Recuerda que Dios le había dicho a Moisés que él regresaría al Sinaí, sacando a los israelitas de Egipto con él: «Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte» Éxodo 3:12.
Moisés nos contó cómo su suegro, que era un líder religioso importante de los madianitas, había depositado su fe en Yahvé, reconociendo además que este era el Dios que había mostrado Su gloria al humillar a Egipto y liberar al pueblo de Israel de la esclavitud por medio de milagros sobrenaturales. 
 Probablemente Jetro se mostró escéptico cuando Moisés estando en Madián le anunció que iba a liberar a los hijos de Israel del yugo de su esclavitud en Egipto. Probablemente le haya dicho a sus vecinos: «No sé lo que se le ha subido a la cabeza a mi yerno. Él tiene grandes ideas. Cree que Dios lo ha llamado a liberar a los israelitas de la esclavitud en Egipto. Pero simplemente no puedo creer, que el Dios a quien sirve Moisés pueda hacer eso y menos por medio de él». ¡Pero Dios sí lo hizo! Y aparentemente eso llevó a Jetro a tener un conocimiento salvador de Dios. Esto se evidencia por el hecho de que él ofreció holocaustos a Dios.
Ahora quiero que tengas en cuenta un detalle muy importante de esta historia. Podemos suponer que Jetro se habría inclinado a ser escéptico sobre cualquier afirmación cuestionable acerca de Jehová. Esto es perfectamente entendible, simplemente porque creer en Jehová requeriría abandonar la fe que Jetro no solo había tenido, sino cuyo culto había dirigido durante muchos años. Jetro era un defensor de la fe que sustentaban los madianitas, pero cambió completamente de rumbo y se convirtió en un adorador de Jehová al ver a toda la nación de Israel libre de la esclavitud de Egipto y llevada a salvo por Moisés hasta el Monte Sinaí/Horeb tal como Moisés le había anunciado que Jehová le había dicho que haría. 
La reciente liberación de los amalecitas también debió haber tenido una poderosa influencia en el pensamiento de Jetro, ya que él estaba familiarizado con las habilidades que estos tenían en la lucha cuerpo a cuerpo, así como en la falta de preparación combativa de los israelitas. Las historias de las plagas y la liberación del Mar Rojo seguramente también le habían impresionado.
Aquí es muy importante observar la maravillosa relación entre Moisés y su suegro. Ellos parecen ser muy amigos. Moisés le dijo todo lo que Dios había hecho al sacar a los hijos de Israel de Egipto y Jetro mostró un gran interés en todo lo que Moisés le relató. De hecho, cuando Moisés salió a saludar a su familia, se nos dice que besó a su suegro. Pero me llama mucho la atención que no se dice nada sobre él besando a su esposa. Este pasaje tampoco dice nada de que Moisés estuviera contento de ver a sus hijos. Esto ha dado lugar a diferentes teorías sobre la relación familiar de Moisés. Se ha escrito mucho sobre este aspecto y se ha polemizado bastante, por lo que yo no voy a caer en esa trampa y voy a dejar las cosas, así como están.

PARA REFLEXIONAR:
¿Cuáles son los mayores obstáculos que enfrentamos cuando tratamos de compartir el evangelio de Cristo con nuestros familiares no cristianos, y cómo podemos vencer esos obstáculos?

REFLEXIÓN INDIVIDUAL:
¿Cuántos familiares tienes que no conocen a Cristo?
¿Cuántos amigos tienes que no conocen a Cristo?
¿Qué estás haciendo para ayudarles a tener un encuentro salvador con Jesús?
¿Les has hablado de Jesús?
¿Has tomado su rechazo al evangelio como una ofensa para ti?
¿Qué pudieras hacer para presentarles de nuevo el evangelio?
¿Cuánto tiempo oras cada día por esas personas?
¿Has considerado comenzar a orar más por ellas?
¿Has dejado de orar por algunas?
¿Qué plan se te ocurre para insistir con ellas?
¿Qué lugar le asignas a la oración en tu plan de alcanzar a esas personas con el evangelio?


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Oscar