miércoles, 14 de julio de 2021

Nuestro Día ya viene llegando...

Así comienza una popular canción de Willy Chirino, que no creo que haya un cubano, a lo menos en Estados Unidos, que no conozca, porque de una forma u otra refleja una parte de la realidad de los cubanos que vivimos en el exilio, regados por todo el mundo. Es muy difícil de predecir lo que va a suceder en la Isla que nos vio nacer. Cada uno de los que un día, dejándolo todo atrás nos lanzamos a la aventura del exilio, tiene una historia y una experiencia diferente, sin embargo, todos estamos de acuerdo en una cosa bien simple: queremos que en Cuba haya paz, que se respeten los derechos humanos, que haya prosperidad y que haya libertad. He profundizado en las noticias que he podido ver y lo que he percibido es muy triste. He visto a las fuerzas represivas del gobierno lanzarse, fuertemente armadas, a golpear y matar a un pueblo indefenso que ha salido pacíficamente a la calle a pedir un poco libertad. No piden comida, ya se han acostumbrado al hambre. No piden ropas, andan con lo que tienen. No piden gasolina, no tienen autos, usan los medios de locomoción que encuentran. No piden lujos pues hay tres generaciones que han nacido bajo el régimen comunista sin conocer lo que esa palabra significa. Sus demandas son simple y elementales quieren tener ¡LIBERTAD! En todo sentido. Libertad de expresión, de movimiento, de pensamiento, de asociación, religiosa… El COVID fue solo la mecha que hizo estallar la acumulación de las frustraciones que está viviendo día a día el pueblo en la Isla. ¿Qué va a pasar? Depende mucho de la comunidad internacional. No creo que el gobierno le vaya a hacer concesiones al pueblo, y las ayudas siempre van a parar a las manos del Partido Comunista. Por eso, es necesario que, en esta hora, que haya presión internacional, tal vez ya es la hora de que Cuba pueda seguir el camino de Polonia, Rumanía y el resto del antiguo campo socialista. Eso no se logra en un día, pero ya han pasado 62 años de fracaso gubernamental en detrimento de un pueblo que ha sufrido más de lo que la historia permite. Nadie espera ni quiere que alguien intente invadir militarmente a la Isla. Los cubanos de la Isla son suficientes para reordenar y reorganizar el desgobierno que impera allá, y la comunidad internacional de cubanos está dispuesta a ayudar y participar en la edificación de lo que pudiera ser el milagro de las Antillas con una Cuba LIBRE y SOBERANA. Las manifestaciones pacíficas del pasado domingo 11 de julio en la Isla y las que se están realizando en diferentes partes del mundo por cubanos exiliados, han hecho que muchos gobiernos vuelvan sus ojos y se pronuncien en favor de los humildes de Cuba y no de los arrogantes gobernantes de la Isla. Ha brotado un rayo de esperanza. Lo que vi el domingo llenó mi corazón de alegría, esperanza y nostalgia. Me hubiera gustado que algunos amigos muy queridos de la ciudad de Albuquerque, en New Mexico, que hoy no están con nosotros, hubieran podido ver a las gentes colmando las calles de muchos pueblos y ciudades. No puedo menos que recordarlos y derramar una lágrima por ellos, porque soñaron con un día poder ver lo que hoy estamos viendo. Recuerdo especialmente a: José Sánchez, Dago Ruiz, Julio Ramos, Estela y José Ramón Hernández, José y Josefina Duarte y Eyén Grau. Ellos murieron con la esperanza en sus corazones de que un día Cuba volverá a ser libre. Para nuestros amigos y hermanos que nos son cubanos, esta es una experiencia muy difícil de entender. En el año 2019 más del 15 % de los cubanos vivíamos permanentemente fuera de la Isla siendo los países con mayor concentración de cubanos los siguientes en orden de cantidad: Estados Unidos, España, Uruguay, Italia, México, Venezuela, Canadá y Chile. Por eso quise usar el titulo de la canción de Willy Chirino, pues su letra refleja fielmente mi experiencia y la de muchos de los cubanos que vivimos fuera de la Isla. Pidiéndole permiso a Willy, la canción dice así: Apenas siendo un niño allá en Mantilla, Mi padre me vistió de marinero, Tuve que navegar 90 millas, Y comenzar mi vida de extranjero, Huyéndole a la hoz y al verde olivo, Corriendo de esa absurda ideología, Pues nunca quise ser aperitivo, Del odio, del rencor y la apatía. En la maleta traje un colibrí, un libro de Martí, un sueño y un danzón, Vino Beni Moré de polizón, junto a los Matamoros y a Cuní, Me traje una palmera y un bohío y hasta Pinar del Río lo relocalicé, En mi humilde lugar de alojamiento… Saliendo de la dura realidad, De todo el que se tira a la maroma, de sobrevivir fuera de su idioma, De sus costumbres y su identidad, Pasó lo que tenía que pasar, de mi nueva ciudad tomé su abrigo, Pues la resignación es fiel amigo, del hombre cuando tiene que emigrar, Y pese a la distancia y al ataque, del rígido almanaque, Yo vivo con la suerte de sentirme cubano hasta la muerte, De ser amante de la libertad, Hoy que mi pueblo vive ilusionado, yo me siento inspirado, Y un son estoy cantando, Anunciándole a todos mis hermanos, que nuestro día ya viene llegando… La Biblia nos enseña que Dios es quien pone y quita a los reyes. Y el apóstol Pablo nos manda a orar por los gobernantes. Un derecho en la garganta del pueblo es más poderoso que un ejército. Hoy, TODOS los cubanos del mundo estamos llamados a unirnos en oración para clamar a nuestro Dios por Cuba. Que haya completa libertad para TODOS y no para unos cuantos, que la alegría regrese a la familia cubana, que nadie venga a imponernos lo que debemos pensar y lo que tenemos que decir. El juicio de la historia es implacable e inexorable. Muchos tendrán que escoger de que lado van a estar. Pero me parece que es sobrado el tiempo para que Cuba pueda ser: ¡CON TODOS Y PARA EL BIEN DE TODOS! José Martí

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Oscar