viernes, 14 de enero de 2022

Debemos estar preparados

Vivimos en una sociedad en la que casi todo tiene un precio. Es muy conocido el dicho en inglés que dice: “Nada es gratis”. Tal vez por esa razón, muchas personas tratan de ver y comparar el costo de una inversión o trabajo que se realice con el beneficio personal que se pudiera adquirir a cambio. Hoy día, todos estamos conscientes de la manera en la que la sociedad secular influye en las vidas de las personas, e incluso, como ha llegado a influir en algunas congregaciones cristianas. Una costumbre muy antigua en muchas iglesias cristianas es que cuando una persona se bautiza, inmediatamente pase a ser miembro de esa congregación. La iglesia de la cual fui miembro por más de catorce años en la ciudad de Brentwood en Tennessee tiene más de 10,000 miembros y siete campuses. Sin embargo, el proceso para obtener la membresía no es automático y tiene una característica muy interesante. Cuando una persona se bautiza o cuando viene de otra iglesia y se quiere unir a la esa iglesia, tiene que cumplir tres requisitos que se aplican a todas las personas, sin excepciones: 1) Asistir a “Descúbrenos” que es una conferencia de unos 90 minutos de duración que se ofrece todos los meses y en la que se responden preguntas, y se explica la organización, estructura y funcionamiento de esa iglesia junto con su Misión y Visión. 2) Asistir al entrenamiento llamado “Descúbrete” en el que se hace una prueba de personalidad, un inventario de dones espirituales y una evaluación de habilidades, usando como currículo un programa llamado DESCUBRE. 3) Al terminar los entrenamientos, la persona debe tener un encuentro individual de una hora y media, más o menos, con un consejero que le ayudará a ver cómo Dios le ha dotado de una manera única para servir en el reino y le explica todas las oportunidades de servicio que la iglesia tiene disponibles y en cuáles de ellas, de manera especial, esa persona encajaría teniendo en cuanta su personalidad, sus dones espirituales, sus habilidades, su experiencia de la vida y su pasión. El entrenamiento “Descúbrete” se ofrece después de “Descúbrenos”. Al concluir el proceso, el consejero informa a los ministros de los ministerios en los cuales el nuevo miembro pudiera servir, para que se pongan en contacto con esa persona y le expliquen las diferentes oportunidades de servicio disponibles en ese momento. Yo soy Entrenador y Consejero de DESCUBRE y por lo general, acostumbraba al final del entrenamiento de (Descúbrete) entregar un modelo que recoge la información personal detallada de la persona, algunos datos de su testimonio de conversión, preguntándole a la persona si deseaba unirse a la iglesia. Esta era una especie de culminación de un proceso que había tomado tiempo y trabajo. Los resultados de las evaluaciones y la entrevista son volcados en una base de datos que es CONFIDENCIAL y se mantiene como referencia para oportunidades del ministerio. 4) Por último, cada tres meses los candidatos a la membresía de la iglesia que han completado el proceso, son presentados a la iglesia para ser ratificados por votación de los miembros de esta como nuevos miembros. El proceso termina con una carta firmada por el Pastor Principal de la iglesia que es enviada por correo, dándole la bienvenida al nuevo miembro. En una ocasión, una persona escribió en ese modelo que llamábamos: “Solicitud de Membresía”: ¿Y qué gano yo con eso? Y para ser bien honesto, debo confesar que para esa pregunta yo no estaba preparado emocionalmente. ¡Es tan obvio! Pero en La sociedad en la que vivimos, aparentemente lo “obvio no es muy evidente”. Hace muchos años, cuando yo me bauticé a la edad de 13 años, esa alegría se completó con la emoción de convertirme en miembro de la iglesia local. Pero los tiempos han cambiado. La sociedad ha cambiado. Y el secularismo trata por todos los medios de cambiar nuestras vidas y nuestros valores. En última instancia, creo que depende de lo que la persona defina como ganancia. Recordemos que los valores del mundo son diferentes a nuestros valores. Por ejemplo, hay cosas evidentes que ganamos con la membresía de la iglesia, solo para citar unas pocas: 1.) Proclamar que Jesús es el Señor 2.) Defender las doctrinas que creemos 3.) Edificar a otros creyentes 4.) Servir a los demás 5.) Restaurar a los vacilantes en la fe La Biblia presenta a la Iglesia como una “sociedad diferente” llamada a llevar una vida en el Espíritu que se opone a la sociedad mundana. No podemos hablar de “ganancias” materiales, pues el reino de Dios no es de este mundo y estamos atesorando tesoros en el cielo, donde no hay ladrones que puedan hurtar. En el caso de la persona que hizo la pregunta a la cual me referí, nunca más la he vuelto a ver ni he sabido de ella. Tal vez, se repitió la historia del joven rico que se apartó de Jesús porque él no estaba dispuesto a renunciar a las cosas del mundo para seguir a nuestro Señor. Al principio me sentí un poco frustrado por lo que se pudiera considerar como un evidente fracaso hasta que recordé que es el Espíritu Santo el que obra en las personas y no nosotros, y tal vez, aquel infeliz nunca se rindió a Cristo ni recibió al Espíritu Santo.

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Oscar