viernes, 7 de abril de 2023

Enterrar o Cremar

Enterrar o cremar Por John Hamel Recientemente, un viejo amigo y partidario de este Ministerio preguntó por escrito: "¿Qué dice la Biblia acerca de la cremación?" Respondí a esa pregunta por escrito y pensé que sería bueno incluir esa respuesta aquí. Por favor, tenga en cuenta que no pude responder a su pregunta tan a fondo como lo hace la Biblia debido a limitaciones de tiempo y espacio. Simplemente les señalé la dirección correcta de la siguiente manera, alentándolos a estudiarlo por sí mismos. Al leer la respuesta a la pregunta de la cremación, confiamos en que también lo llevará a un estudio adicional. Sugerencia: ¡Ponga la palabra "enterramiento" en una búsqueda en un programa bíblico como por ejemplo: Logos en la computadora y verá los resultados, porque los programas bíblicos para computadoras son maravillosos. "¿Qué dice la Biblia acerca de la cremación?" Aunque la palabra "cremación" no se usa en la Biblia, el tema está claramente cubierto. Quemar cuerpos humanos después de la muerte siempre ha sido una práctica ocultista observada por muchas de las falsas religiones del mundo. Y está ganando aceptación en Estados Unidos y otras naciones civilizadas básicamente por dos razones. Número uno, porque muchos cristianos no se han molestado en averiguar lo que la Biblia enseña al respecto. Número dos, porque se considera "económico", "sanitario" y "práctico", elementos que esta sociedad ama. Una búsqueda en las Escrituras revela que solo las personas que estaban bajo una maldición por una razón u otra, sus cuerpos eran quemados al morir. De hecho, el Señor instruyó al rey Josías para que matara a todos los sacerdotes que alguna vez habían quemado cadáveres en el altar de Dios. (2Reyes 23:16, 20) Luego instruyó al rey Josías para que quemara los cuerpos de esos mismos sacerdotes en sus propios altares porque estaban bajo una maldición por quemar a otros cuerpos humanos. Y eso, sin dudas, es algo en lo que debiéramos pensar, ¿no le parece? En otros lugares, los hijos de Belial fueron maldecidos por su rebelión deliberada. Cualquiera que los tocara también estaba bajo una maldición y debía ser ajusticiado el mismo día y su cuerpo quemado. (2Samuel 23:6-7) Una vez más, la ÚNICA vez que el cuerpo de alguien fue quemado en la Biblia fue cuando estaban bajo una maldición. El pueblo honorable de Dios en la Biblia siempre fue enterrado después de la muerte, no quemado. Sus cuerpos fueron colocados de nuevo en la tierra para su custodia, la misma tierra de donde vinieron, hasta que el Señor venga a resucitar esos cuerpos para el servicio eterno a Él. (Juan 5:28-29) En las Escrituras era un insulto al Espíritu Santo quemar un cuerpo humano. Esto queda muy claro al leer la narración que involucra al rey Josías mencionada anteriormente. Esto es aún más cierto en esta Dispensación de Gracia del Nuevo Testamento porque el cuerpo del creyente es "el templo del Espíritu Santo". Debemos honrar a Dios con nuestros cuerpos no solo en la vida sino también en la muerte, no deshonrarlo. (1 Corintios 6:19-20) Solo para enumerar algunos ejemplos bíblicos de entierro: Abel (Génesis 4:10-11), Abraham (Génesis 15:5), Sara (Génesis 23:19), Isaac (Génesis 35:29), Rebeca y Lea (Génesis 49:31), José (Génesis 50:13), María (Números 20:1), Aarón (Deuteronomio 10:6), Gedeón (Jueces 8:32), Josafat (1 Reyes 22:50), Saúl y sus hijos (1 Crónicas 10:12), el rey Salomón (2 Crónicas 9:31) y el profeta Eliseo (2 Reyes 13:20), etc. Al leer los libros del Antiguo Testamento de II Reyes y I y II Crónicas, descubrirás una crónica de todos los reyes de Israel que murieron y fueron sepultados, pero no vas a encontrar a reyes de Israel que fueron quemados. Todos los reyes de Israel fueron enterrados excepto dos. Esos dos estaban bajo una maldición específica. Era la voluntad de Dios que incluso los malvados fueran enterrados y no quemados a menos que estuvieran bajo una maldición muy específica. (Job 27:15; Eclesiastés 8:10). Quemar un cuerpo humano era señalar deliberadamente el hecho de que estaban bajo una maldición específica por desafiar deliberadamente al Dios Altísimo, no porque fuera "económico", "sanitario" o "práctico". En el Antiguo Testamento sólo los MALDITOS se instruyó que NO FUERAN ENTERRADOS. (Jeremías 16:4, 6; 25:33) Que un cuerpo humano sea devuelto a la tierra de donde vino es algo honorable. (Génesis 2:7). Que un cuerpo humano sea quemado es algo deshonroso a los ojos del Dios, y Él no cambia. (Malaquías 3:6; Hebreos 13:8) Bajo el Nuevo Pacto Juan el Bautista fue enterrado. (Mateo 14:12). El apóstol Pedro dejó perfectamente claro que el rey David fue enterrado y no quemado después de su muerte (Hechos 2:29). Ananías y Safira fueron enterrados a pesar de que sus muertes ocurrieron como resultado de mentir a Dios. (Hechos 5:6, 9-10). Esteban fue enterrado después de su lapidación. (Hechos 8:2). Jesús mismo fue enterrado, no quemado ni cremado que es lo en realidad lo mismo. (1 Corintios 15:4) La Biblia dice que estamos ENTERRADOS con Cristo en el Bautismo. No dice que somos "cremados" con Él en el Bautismo. (Romanos 6:4). Bajar y salir de una tumba acuosa simboliza la identificación del creyente con la muerte, el entierro y la resurrección de Cristo, no con “Su muerte, cremación y esparcimiento de cenizas”, cosa esta que como sabemos, NO OCURRIÓ. Aunque no hay un solo versículo de las Escrituras que diga que los creyentes no deben ser quemados o "cremados", debemos andar en los pasos de la fe de Abraham, nuestro Padre espiritual. (Romanos 4:12). Abraham fue enterrado, no cremado, y dejó instrucciones muy específicas para que toda su familia fuera enterrada. Jesús mismo siguió el ejemplo de Abraham. (Mateo 27:57-60). Por lo tanto, ahora debemos seguir su ejemplo (Gálatas 3:29). Esa a lo menos es mi humilde opinión basado en lo que he encontrado en la Biblia. Así que aquí tienes una respuesta corta. Corta porque hay alrededor de cien referencias bíblicas a los siervos / familia / hijos / hijas de Dios que son enterrados y nunca cremados. Creo que es un precedente bastante bueno para seguir. Solo hay un puñado de ejemplos de cuerpos quemados al morir y SOLO cuando esos individuos estaban bajo una maldición o involucrados en prácticas “ocultistas”. Sin embargo, siempre señalo a la gente que no tenemos dos o tres Escrituras confirmando en el Nuevo Testamento que nos digan ESPECÍFICAMENTE qué hacer en materia de entierro versus cremación, como lo hacemos con tantas otras cosas relacionadas con la vida y la conducta. Moisés, Jesús y el apóstol Pablo dijeron que debemos tener estos testigos antes de edificar una doctrina. (Deuteronomio 17:6; Mateo 18:16; 1Corintios 13:1) Sin embargo, tenemos EJEMPLOS a seguir, hasta Jesús y todos los demás. Eso, francamente, es lo suficientemente bueno para mí y debería ser lo suficientemente bueno para cualquiera que quiera saber y hacer lo que la Biblia señala sobre el tema. Así que ahí lo tienes. Espero que esto haya ayudado un poco. Una vez más, señalo estas cosas a las personas cuando preguntan sobre la cremación y luego les digo que deben seguir su propia conciencia y la guía del Espíritu Santo desde allí. Si han cremado a alguien, deseando más tarde no haberlo hecho, los animo a recibir el perdón y la misericordia de Dios y a saber que Él puede incluso levantará de las cenizas a un ser humano perfecto cuando regrese. ¡Dios sabe dónde está el ADN de todos! (1Juan 1:9; Juan 5:28-29) Sin embargo, la misericordia de Dios no es una razón para ir con la cremación si tu conciencia o tu testigo interior que es el Espíritu Santo te están diciendo que no lo hagas…

Una llamada de alerta

ESTE ESTUDIO ESTÁ COMPLETO AHORA EN ESTE BLOG Hoy hace exactamente 49 semanas que comencé a publicar un estudio bíblico semanal, en un grupo cerrado que creamos especialmente para ustedes en Facebook. Escogimos el libro de Éxodo por encontrase nuestro pastor Mike Glen predicando sobre este hermoso libro y por la riqueza que el mismo encierra. Como les dije desde el principio, yo tengo la posibilidad de conocer semanalmente el nombre de las personas que hacen el estudio, lo cual es una experiencia en verdad “agridulce”. Dulce por ver muchos nombres de personas que hace mucho tiempo que no veo, y de otros muchos que no conozco personalmente. Y “agria” por la ausencia, casi total, de aquellos por los cuales escribo estos estudios, lo cual hace que esto sea una tarea triste y muy frustrante. Tal vez ustedes no se han puesto a pensar que yo, como promedio, empleo un par de días de trabajo cada semana, para prepararles estos estudios. Desde el punto de vista del Reino de Dios es todo un éxito lograr cada semana que como promedio 38 personas en Facebook y 60 en el internet, de USA, Centro América, Sur América y Europa sigan el estudio y es a la vez muy triste y decepcionante que aquellas personas por las cuales hago esto, no se tomen el trabajo de dedicarle un poco de tiempo al desarrollo de sus vidas espirituales. Créame y se los digo con la honestidad y sinceridad que me caracterizan: si usted no puede dedicar 5 minutos semanales al fortalecimiento de su vida espiritual, más temprano que tarde va a sufrir las consecuencias. Tenemos que prepararnos antes de que aparezcan la crisis y esta es la única forma que conozco. Entiendo que es posible que no le guste la manera en que están escritos los estudios, y lo siento, estoy tratando de hacer lo mejor que puedo. En este caso, busque otra fuente, pero estudie la Biblia, esa es la única manera que tiene de alimentar su alma. Yo voy a seguir publicando semanalmente los estudios hasta culminar el libro, de manera que quedaran archivados para si algún día, siente la necesidad de estudiarlos, y especialmente para honrar y agradecer la fidelidad de aquellos que semanalmente me han venido siguiendo los estudios y muy especialmente, por aquellos que han estado posteando sus comentarios. ¡Dios le bendice! Óscar

jueves, 9 de marzo de 2023

Hay cambios que son necesarios

[PUBLICADO POR BAPTIST PRESS ESPANOL EL 8 DE MARZO DE 2023] Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. Cuando mi esposa y yo decidimos mudarnos a Florida, eso implicaba que tendríamos que hacer muchos cambios. Desde poner nuestra casa de Tennessee en venta, hasta decidir a qué lugar en Florida nos mudaríamos, tendríamos que construir una nueva casa y mudarnos, con todas las implicaciones que eso conlleva. Un problema era que yo soy de los que no les gusta cambiar ni de almohada. Si usted fuera a mi iglesia un domingo, vería que yo soy de los que siempre se sientan en el mismo banco y de ser posible, en el mismo lugar. Así también tengo, lo que yo llamo: “Mis amigos del banco” que son otros hermanos que se sientan en el mismo banco todos los domingos porque tampoco les gustan los cambios. Había que considerar que al mudarnos, quedarían atrás nuestras amistades y familiares, así como una parte importante de nuestra historia. Pero después de un tiempo de oración, mudarnos a Florida fue una convicción fuerte que se adueñó de nosotros, que no se podía obviar, y ella nos daba fuerzas para dejar a un lado los gustos y superar los obstáculos y las dificultades que se presentaron en el camino, que a propósito fueron muchas. Sucedieron algunas cosas que reforzaron nuestra decisión, como el hecho de poner nuestra casa en venta y venderla en solo cuatro días. Venir de visita por un fin de semana, al lugar al que pensábamos mudarnos, en un lugar en el que nunca habíamos estado y el último día firmar un contrato para la fabricación de una nueva casa, sin haber vendido aún nuestra casa en Tennessee. Estaban sucediendo muchas cosas raras pero ni por un solo momento cruzó por nuestra mente la idea de que estuviéramos haciendo algo incorrecto. Cada día le pedíamos a Dios que Su Espíritu nos diera la convicción de que estábamos siguiendo Su voluntad, aunque no la entendiéramos por completo, ni supiéramos el futuro cómo sería. Incluso enfrentamos situaciones no imaginadas antes, como que a mi esposa le detectaran un cáncer en un riñón. En este caso hubo que añadir realizar una cirugía que pudo extirpar el tumor y reparar el riñón. Si no hubiéramos estado preparándonos para la aventura que íbamos a iniciar, tal vez las cosas hubieran sido más graves y penosas, pues tal vez no se hubiera detectado el tumor que estaba naciendo en esa temprana etapa. Una de las experiencias difíciles en el proceso fue la de despedirnos de la iglesia de la que habíamos sido miembros por los últimos quince años, y sobre todo, darle alguna explicación a aquellos hermanos que nos preguntaban con tristeza: ¿Y por qué se van? Por fin, después de un breve pero agotador tiempo llegamos a Florida, habíamos rentado un apartamento para poder esperar la construcción de nuestra nueva casa y guardado nuestra mudada en un almacén; yo me sentía como los exploradores, pues para mí todo era nuevo. Después de haber vivido en Tennessee por más de veinticinco años, me sentía como un tenesiano, y estaba ahora fuera de ambiente. A cada rato me sorprendía, en mi mente, preguntándome en secreto: ¿Y qué hago yo aquí? ¿Para qué hemos venido tan lejos? Pero había una nueva realidad que debíamos considerar. Ambos nos habíamos jubilado recientemente, y poco a poco nos adentrábamos en ese territorio en el cual a nadie le interesa lo que hicimos o alguna vez logramos. Es una especie de laberinto en el cual nuestros consejos y sugerencias, ni son apreciados ni tomados en cuenta por nadie, incluyendo a los amigos y la familia. Es también un proceso de adaptarse del calendario en el cual los días estaban llenos de reuniones y citas importantes a uno más relajado que fundamentalmente se concentra en visitas a los médicos, la farmacia, el supermercado y otras cosas que carecen de importancia y urgencia. Aprender a callar ha sido difícil. En tres o cuatro oportunidades observé cosas que me parecía que podían enmendarse y me arriesgué a dar alguna sugerencia o a llamar la atención sobre algo y la respuesta recibida me sirvió para reafirmarme la convicción de que ahora mi labor era la de ver y callar, y si en alguna ocasión alguien me preguntara algo al respecto, tratar de aconsejar lo mejor que pudiera, pero si ninguno de los interesados preguntaba, que por lo general era lo que siempre ocurría, debía callar para evitar herir la susceptibilidad del que había tomado aquella iniciativa. Honestamente, era como iniciar un nuevo camino o una nueva vida en donde todo era diferente. Y lo que más trabajo nos dio en esa etapa, aunque usted no lo crea, fue encontrar una iglesia en la que nos sintiéramos a gusto y en la que pudiéramos congregarnos para adorar y servir a Dios. Nos tomó todo un año visitando semanalmente diferentes iglesias de nuestra denominación, después de haber hablado con algunos amigos en la Asociación y la Convención Estatal pidiéndoles recomendaciones sobre algunas iglesias en el área. Recibimos varias sugerencias y algunas de las iglesias que visitamos fuimos en varias ocasiones para poder observar mejor algunos detalles que llamaron nuestra atención. En algunas de ellas, incluso tratamos de comunicarnos con el pastor para aclarar alguna duda que teníamos, sin que nunca lográramos hacerlo. También traté de entablar alguna conversación casual con algunos miembros de las iglesias que visitamos, teniendo por igual poca suerte en ese sentido. En algunas llené la tarjeta de interés para ver si alguien me llamaba para hablar con ellos y obtener más información, pero eso, en nuestro caso, nunca ocurrió. Finalmente, después de haber visitado muchas iglesias, haber manejado muchas millas y haber pasado un poco más de un año de la primera visita que hiciéramos a una iglesia en nuestro nuevo lugar de asentamiento, llegamos a la conclusión de que esa primera iglesia que visitamos y que ya habíamos visitado varias veces más era la que mejor se ajustaba a lo que sentíamos que Dios nos estaba señalando. Sin embargo, esa es una iglesia enorme y eso me atemorizaba un poco, viniendo de una iglesia que es también muy grande y que me permitió conocer algunos de los problemas que eso puede implicar. Después de un tiempo de oración tomamos la decisión de unirnos a esa iglesia y seguimos el procedimiento establecido en la misma para obtener la membresía. Asistimos a un entrenamiento para nuevos miembros y a una entrevista personal con el pastor principal y el pastor de membresía de la iglesia, luego asistimos y fuimos presentados en la reunión de miembros donde fuimos aprobados, lo que nos reafirmó que la decisión que habíamos tomado era la correcta. En el proceso hicimos muchas preguntas, algunas de ellas difíciles y respondimos también a varias preguntas difíciles. Y puedo decir que una de las mayores bendiciones de habernos mudado a Florida es la de formar parte de nuestra iglesia. De seguro había un propósito de Dios en eso, aunque no siempre es fácil ver claramente los propósitos de Dios, pues no se trata de un libro con páginas numeradas para encontrar fácilmente los temas. En nuestra iglesia se celebran tres cultos de adoración los domingos por la mañana y en dos de ellos, el estilo de la música es un poco diferente. Como en toda Florida los que peinamos canas somos bien recibidos y nos sentimos en casa. Nuestra iglesia está al día en cuanto el uso de los medios sociales, la utilización de podcasts, transmisiones online etcétera. Pasamos aquí también la experiencia de la pandemia y por varias semanas tuvimos que asistir a lo que se ha llamado “la iglesia virtual” así como experimentar la enorme alegría de regresar a los servicios de adoración en persona. El pastor principal, a pesar de la enorme responsabilidad que pesa sobre él al igual que el resto de los ministros y pastores son accesibles y siempre están al alcance de la mano, dando la sensación de que se trata de una pequeña iglesia familiar, a pesar de su verdadera complejidad y tamaño. Pero todo esto que he escrito es solo para que usted pueda tener una idea del contexto del hecho al que me voy a referir ahora. Se podrá imaginar la cantidad de grupos de estudio bíblico y de discipulado, el coro, el grupo de adoración, la orquesta, las cámaras, las luces, el sonido y mil cosas más que cada semana entran en acción desde muy temprano en la mañana del domingo hasta por la tarde, incluyendo el ministerio de niños y prescolares, los jóvenes, las damas, los hombres, los ancianos, el ministerio de ayuda a los necesitados con ropas y comida, el ministerio a las cárceles etcétera. Y claro está, también siempre hay algunas personas a quienes les gusta llamar la atención y ellas por lo general buscan ocupar alguna posición en la que puedan destacarse y sentirse “importantes” y eso es algo casi natural y que ocurre en todas partes. Sin embargo, el ministerio que considero como uno de los más importantes y que yo nunca había visto en ninguna de las muchas iglesias que he visitado y en aquellas de las que he sido miembro o he pastoreado en mi vida, es el de los “aparcadores” o “parqueadores”. Que está integrado por un grupo de hermanos que sirven anónimamente, cada domingo, a los miembros y visitantes que tienen incapacidades o invalidez y que llegan con su vehículo hasta la entrada principal del templo y lo dejan allí, donde un hermano se encarga de tomarlo y estacionarlo, hasta que la persona al terminar el estudio bíblico en el que participa y el servicio de adoración al que asiste, sale del templo y viene al mismo lugar en el que dejó su vehículo, donde un hermano de este ministerio va hasta los estacionamientos y le traen el vehículo. He visto a esos hermanos ayudando a subir y bajar pesadas sillas de ruedas, muletas y otros aditamentos, y siempre abriendo cortésmente la puerta del vehículo con una sonrisa y una palabra de aliento e inspiración para la persona que viene a dejar o a recoger su vehículo. Se siente una sensación similar a la que experimenta uno al llegar a un hotel de lujo de cinco estrellas en una de las grandes ciudades de este país. Esos hermanos son los primeros que reciben a esas personas cuando llegan a nuestra iglesia y lo hacen siempre con una sonrisa, mostrándoles alegría a los que llegan, haciéndoles sentir que son bienvenidos e importantes a pesar de su incapacidad. Son una especie de “tropa angelical” anónima de la que no se hace promoción ni alarde. Son hermanos con el don de servicio puesto en función, prestando una ayuda que nadie más puede dar, y que lo hacen sentir a uno, al llegar, como que está en familia. Cada semana ellos me hacen recordar un himno que cantaba en mi iglesia cuando era niño que dice: “Nunca esperes el momento de una gran acción/ Ni que lejos pueda ir tu luz,/ En la vida, a los pequeños actos, da atención,/ Brilla en el sitio donde estés…” En este Ministerio los hermanos que participan brillan y hacen que la luz de Cristo llegue hasta todos aquellos que pasan por allí. Ellos son verdaderos embajadores de Cristo y son la mejor promoción, sin palabras, que cualquier iglesia pudiera hacer acerca del amor de Dios. Por supuesto que como en toda iglesia, también se enfrentan problemas y estos se tratan de resolver de acuerdo con la Biblia por lo que en ocasiones hay que tomar decisiones que tal vez no sean muy populares. Las decisiones importantes se toman en la reunión de miembros que se convoca regularmente y a la que se invita a todos los miembros de la iglesia. Yo he tenido que hacer muchos cambios en mi vida a lo largo de los años, y estoy seguro de que tendré que hacer muchos más cambios hasta el día que vaya a la presencia de nuestro Dios. El asunto es siempre tratar de que el resultado del cambio que hagamos sea para mejorar y no para empeorar una situación, aunque repito que no me gusta cambiar, ya me he acostumbrado a los cambios y en cierta forma pienso que tal vez es algo normal y necesario para crecer y mejorar nuestro carácter y fortalecer nuestra vida cristiana. Por esta vía he llegado a comprender que los cambios en la iglesia también son importantes y necesarios. Lo único que no cambia es Dios ni la Escritura, pero hay muchas cosas menores de forma y metodología que hay veces que es bueno cambiar para mejorarlas, siguiendo siempre la dirección de Dios. Este último cambio que hicimos al mudarnos fue muy grande y estamos agradecidos a Dios por habernos inducido a hacerlo y por habernos guiado a unirnos a la iglesia de la que hoy somos miembros.

domingo, 16 de enero de 2022

Dios es Santo

Algo que no podemos perder de vista es que cuando hablamos de los atributos de Dios, aunque usemos términos que se aplican a los seres humanos, al referirnos a Él, estos términos toman otra dimensión. Lo mismo ocurre cuando leemos la Biblia en español o en cualquier otro idioma, y encontramos una referencia a Dios. Es por esta razón que, para estudiar Su naturaleza y atributos, en muchas ocasiones es necesario buscar la forma en la que aparece usado en el texto de la Biblia en hebreo o en griego si se trata del Nuevo Testamento. Si no has tenido la suerte de sudar tinta estudiando Griego o Hebreo, hay recursos que te pueden ayudar a superar eso. Una buena Biblia Interlinear puede ser una ayuda inapreciable que te abrirá nuevos horizontes, ampliando tu entendimiento de muchos pasajes. Es necesario que tengamos una mayor y mejor comprensión de nuestro Dios para que podamos relacionarnos con Él de una manera más íntima y personal. No podemos perder de vista el hecho de que fue Él quien nos escogió a nosotros y que, a pesar de nuestra rebeldía, nos ama y siempre nos ha amado y nos seguirá amando por toda la eternidad. Para tratar de comprender mejor la santidad de Dios, vamos a visitar con nuestra imaginación el Tabernáculo, así que, sin más preámbulos, entremos como hacía el Sumo Sacerdote al lugar Santo para tener un encuentro con el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, con El Shaddai, “EL DIOS TODOPODEROSO”. Frecuentemente encontramos en la Biblia que a Dios se le llama: El Hakkadosh; y esta expresión generalmente se traduce como: Dios SANTO. La naturaleza del Tabernáculo y el lugar Santísimo eran una especie de testigos de la santidad extraordinaria de Dios, en Éxodo 26:31-34 (RVR 60) dice: “31 También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa, con querubines; 32 y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata. 33 Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os hará separación entre el lugar santo y el santísimo. 34 Pondrás el propiciatorio sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo”. Y en Levíticos 16:1-4 dice: “ 1 Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron. 2 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio. 3 Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto. 4 Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua”. Aunque estos requerimientos pudieran parecer un poco extraños y exagerados para nuestra cultura occidental, en plena época espacial, son solo elementos para tener en cuenta al considerar la santidad de Dios, que en verdad, es inimaginable para nosotros, que somos seres humanos pecadores. En verdad es algo que está más allá de nuestra imaginación. Piensa que ninguno de nosotros hubiera podido entrar, ni siquiera al lugar Santo. El profeta Isaías quedó estupefacto y atónito ante la Santidad de Dios, y escribió: “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. 4 Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. 6 Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas, 7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado”(Isaías 6:1-7). He tratado de imaginarme esa escena muchas veces en mi vida, pero me parece que resulta imposible hacer una comparación sensata, porque no hay nada de lo que conocemos o imaginamos que pueda compararse con la santidad de Dios. Leemos en Éxodo 34:29-35: “29 Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios. 30 Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él. 31 Entonces Moisés los llamó; y Aarón y todos los príncipes de la congregación volvieron a él, y Moisés les habló. 32 Después se acercaron todos los hijos de Israel, a los cuales mandó todo lo que Jehová le había dicho en el monte Sinaí. 33 Y cuando acabó Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro. 34 Cuando venía Moisés delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía; y saliendo, decía a los hijos de Israel lo que le era mandado. 35 Y al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con Dios”. Pienso que una de las enseñanzas de este pasaje para nosotros hoy, es que Dios desea que podamos reflejar cada vez más Su gloria y Su santidad a este mundo que nos está observando, teniendo en cuenta lo que implica la santidad de Dios. Debemos tener muy presente que todos los atributos de Dios son Santos, porque Dios es SANTO y todos Sus atributos son PERFECTOS porque Él es PERFECTO. Y la complejidad que encontramos en este asunto, viene por nuestra imperfección y pecado. ¿Te has preguntado alguna vez, cómo es que tú, siendo un ser imperfecto, te puedes relacionar con un Dios que es PERFECTO? Yo me he hecho esa pregunta muchas veces en mi vida. Hay muchas explicaciones teológicas pero estoy convencido de que la mayoría de nosotros no es capaz de comprender a plenitud la grandeza de este privilegio. En Salmos 96:9 leemos: “Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; Temed delante de él, toda la tierra”. Y en Salmos 99:3,5 y 9 Leemos: “3 Alaben tu nombre grande y temible; Él es santo […] 5 Exaltad a Jehová nuestro Dios, Y postraos ante el estrado de sus pies; Él es santo. […] 9 Exaltad a Jehová nuestro Dios, Y postraos ante su santo monte, Porque Jehová nuestro Dios es santo”. También en Salmos 29:2 se exalta la santidad de Dios, dice el salmista: “2 Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad”. No sé si he logrado confundirte más de lo que podías haber estado o si a lo menos percibes un rayito de luz. Voy a tratar de simplificar un poco algo muy complejo para ver si les puedo ayudar un poquito más. El escritor de Hebreos nos alerta diciendo: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor" (Heb 12:14). La palabra Santo y sus cognados impregnan el NT y encuentran un lugar protagónico en los escritos post apostólicos. Sin embargo, estas palabras no siempre se entienden fácilmente, ya que la idea fundamental de las palabras que se usan en griego para Santo o Santidad y la raíz hebrea (q-d-š) que las subyace, están encarnadas en expresiones tales como "diferente de", "distinto", "dedicado a", "sagrado" y otras expresiones similares. Las ideas morales y éticas se derivan de estas palabras solo en la medida en que las personas se dedican o se comprometen a un cierto tipo de “dios”, en este caso, al Dios del AT y del NT, el Dios vivo y verdadero, el Dios que es pura bondad y que está vitalmente preocupado por lo moral y lo ético. Podemos decir sin ningún temor que la Santidad es una cualidad que caracteriza a nuestro Dios. Debemos detenernos un momento para tratar de examina brevemente algunos problemas que surgen cuando intentamos tener una comprensión precisa del concepto de la santidad en la Biblia. Las palabras "santo" y "santidad", en el mundo occidental moderno, expresan ciertas ideas que muchas veces no están alineadas con el uso que se hace de estas palabras en la Sagrada Escritura. Para definir la idea occidental de "santidad" los eruditos han buscado, durante mucho tiempo, una definición más precisa de lo que significa exactamente en la Biblia la palabra "santo". Por ese camino encontramos que hay a lo menos, dos temas que se usan para discernir el significado bíblico de la palabra "santidad". A riesgo de caer en una explicación simplista, voy a dar dos de los aspectos principales que considero que se tratan de explicar: 1. Proporcionar un retrato del lenguaje de la santidad en el mundo antiguo en el que se escribió la Biblia. 2. Examinar la gama de las teorías y metodologías propuestas para lo que significa exactamente la santidad en la Biblia. La naturaleza de este escrito no me permite adentrarme en ese terreno. Veamos brevemente algo que a mí, por lo menos, me aclara un poco este asunto: En la Biblia se usan las palabras "santo" y "santidad" que son una traducción del grupo en hebreo bíblico קדשׁ (qdsh), que incluye a las siguientes palabras: • קָדַשׁ (qadash), que se traduce como es “santo” • קֹדֶשׁ (qodesh), que se usa para referirse a algo que es “santo” • קָדֵשׁ (qadesh), que puede servir como topónimo, como "santuario", o referirse a una persona dedicada a la prostitución • קָדושׁ (qadwsh), que significa “santo” • מִקְדָּשׁ (miqdash), que significa “santuario” La Septuaginta generalmente traduce las palabras en hebreos como "santo" con alguna forma de la raíz ἅγ (hag). Por lo tanto, dondequiera que la Biblia hebrea usa el grupo de palabras קדשׁ (qdsh), la Septuaginta usa las palabras: "santo" y "santidad". Y también traduce al grupo de palabras hebreas bíblicas קדשׁ (qdsh), incluyendo las siguientes formas: Para "santo" usa alguna forma de la raíz ἅγ (hag), de modo que dondequiera que la Biblia hebrea usa el grupo de palabras קדשׁ (qdsh), la Septuaginta usa palabras en griegos como "santo" (ἅγιος, hagios) o "ser santo" (ἁγιάζειν, hagiazein). El Nuevo Testamento también usa la raíz ἅγ (hag) para comunicar el concepto de santidad, especialmente cuando se hace referencia al contexto del Antiguo Testamento. Dado que el Nuevo Testamento depende del lenguaje de santidad en el Antiguo Testamento, la mayoría de los eruditos se han concentrado principalmente en el Antiguo Testamento. En consecuencia, es importante examinar el antiguo contexto de santidad bíblica del Cercano Oriente mirando a la literatura del mundo antiguo. Este tema es fascinante, pero complejo y mi intención no es meterme en ese terreno. Por lo pronto nosotros también como dice el viejo himno, repetimos: Santo, Santo, Santo es el Señor Dios todopoderoso… Y hoy podemos repetir: El Hakkadosh, JVHV Elohim, El Shaddai…

viernes, 14 de enero de 2022

Debemos estar preparados

Vivimos en una sociedad en la que casi todo tiene un precio. Es muy conocido el dicho en inglés que dice: “Nada es gratis”. Tal vez por esa razón, muchas personas tratan de ver y comparar el costo de una inversión o trabajo que se realice con el beneficio personal que se pudiera adquirir a cambio. Hoy día, todos estamos conscientes de la manera en la que la sociedad secular influye en las vidas de las personas, e incluso, como ha llegado a influir en algunas congregaciones cristianas. Una costumbre muy antigua en muchas iglesias cristianas es que cuando una persona se bautiza, inmediatamente pase a ser miembro de esa congregación. La iglesia de la cual fui miembro por más de catorce años en la ciudad de Brentwood en Tennessee tiene más de 10,000 miembros y siete campuses. Sin embargo, el proceso para obtener la membresía no es automático y tiene una característica muy interesante. Cuando una persona se bautiza o cuando viene de otra iglesia y se quiere unir a la esa iglesia, tiene que cumplir tres requisitos que se aplican a todas las personas, sin excepciones: 1) Asistir a “Descúbrenos” que es una conferencia de unos 90 minutos de duración que se ofrece todos los meses y en la que se responden preguntas, y se explica la organización, estructura y funcionamiento de esa iglesia junto con su Misión y Visión. 2) Asistir al entrenamiento llamado “Descúbrete” en el que se hace una prueba de personalidad, un inventario de dones espirituales y una evaluación de habilidades, usando como currículo un programa llamado DESCUBRE. 3) Al terminar los entrenamientos, la persona debe tener un encuentro individual de una hora y media, más o menos, con un consejero que le ayudará a ver cómo Dios le ha dotado de una manera única para servir en el reino y le explica todas las oportunidades de servicio que la iglesia tiene disponibles y en cuáles de ellas, de manera especial, esa persona encajaría teniendo en cuanta su personalidad, sus dones espirituales, sus habilidades, su experiencia de la vida y su pasión. El entrenamiento “Descúbrete” se ofrece después de “Descúbrenos”. Al concluir el proceso, el consejero informa a los ministros de los ministerios en los cuales el nuevo miembro pudiera servir, para que se pongan en contacto con esa persona y le expliquen las diferentes oportunidades de servicio disponibles en ese momento. Yo soy Entrenador y Consejero de DESCUBRE y por lo general, acostumbraba al final del entrenamiento de (Descúbrete) entregar un modelo que recoge la información personal detallada de la persona, algunos datos de su testimonio de conversión, preguntándole a la persona si deseaba unirse a la iglesia. Esta era una especie de culminación de un proceso que había tomado tiempo y trabajo. Los resultados de las evaluaciones y la entrevista son volcados en una base de datos que es CONFIDENCIAL y se mantiene como referencia para oportunidades del ministerio. 4) Por último, cada tres meses los candidatos a la membresía de la iglesia que han completado el proceso, son presentados a la iglesia para ser ratificados por votación de los miembros de esta como nuevos miembros. El proceso termina con una carta firmada por el Pastor Principal de la iglesia que es enviada por correo, dándole la bienvenida al nuevo miembro. En una ocasión, una persona escribió en ese modelo que llamábamos: “Solicitud de Membresía”: ¿Y qué gano yo con eso? Y para ser bien honesto, debo confesar que para esa pregunta yo no estaba preparado emocionalmente. ¡Es tan obvio! Pero en La sociedad en la que vivimos, aparentemente lo “obvio no es muy evidente”. Hace muchos años, cuando yo me bauticé a la edad de 13 años, esa alegría se completó con la emoción de convertirme en miembro de la iglesia local. Pero los tiempos han cambiado. La sociedad ha cambiado. Y el secularismo trata por todos los medios de cambiar nuestras vidas y nuestros valores. En última instancia, creo que depende de lo que la persona defina como ganancia. Recordemos que los valores del mundo son diferentes a nuestros valores. Por ejemplo, hay cosas evidentes que ganamos con la membresía de la iglesia, solo para citar unas pocas: 1.) Proclamar que Jesús es el Señor 2.) Defender las doctrinas que creemos 3.) Edificar a otros creyentes 4.) Servir a los demás 5.) Restaurar a los vacilantes en la fe La Biblia presenta a la Iglesia como una “sociedad diferente” llamada a llevar una vida en el Espíritu que se opone a la sociedad mundana. No podemos hablar de “ganancias” materiales, pues el reino de Dios no es de este mundo y estamos atesorando tesoros en el cielo, donde no hay ladrones que puedan hurtar. En el caso de la persona que hizo la pregunta a la cual me referí, nunca más la he vuelto a ver ni he sabido de ella. Tal vez, se repitió la historia del joven rico que se apartó de Jesús porque él no estaba dispuesto a renunciar a las cosas del mundo para seguir a nuestro Señor. Al principio me sentí un poco frustrado por lo que se pudiera considerar como un evidente fracaso hasta que recordé que es el Espíritu Santo el que obra en las personas y no nosotros, y tal vez, aquel infeliz nunca se rindió a Cristo ni recibió al Espíritu Santo.

miércoles, 12 de enero de 2022

Todo ha cambiado, ya no es lo mismo.

Editorial publicado por Baptist Press Español en enero 12 de 2022 Una de las canciones premiadas en los Grammy Latinos este año, inicia una de sus estrofas con estas palabras: “Todo ha cambiado, ya no es lo mismo”. Y aunque el tema es otro, pienso que este sentimiento se ha apoderado de nuestra sociedad porque en verdad, muchas cosas han cambiado en los últimos dos años. Y la pregunta que salta en nuestras mentes es muy simple, ¿volverán las cosas a ser como eran? Nada escapa a estos cambios que se han venido produciendo y que parecen no tener fin, incluso afectando a la iglesia. Desde que abrí los ojos en este mundo, no recuerdo haber pasado meses sin asistir a mi iglesia. Nos sorprendió la pandemia justo el domingo que nos unimos a nuestra nueva iglesia, pero tengo que confesar que “todo ha cambiado”. Lo primero que ocurrió fue que se suspendieron los servicios regulares y los grupos pequeños con asistencia personal. Muchas regulaciones y mandatos nos han hecho cambiar muchas cosas. La llamada “iglesia virtual” vino a ocupar el vacío, pero “no es lo mismo”. Soy un apasionado de la tecnología y uso computadoras desde que la Radio Shack en los años 70 sacó su computadora personal Tandy con 64K de memoria que no tenía pantalla ni disco duro para competir con la Apple. Entonces no existía Dos como sistema operativo ni Microsoft, pero no es lo mismo. Después de dos años en esta iglesia no puedo decir que tengo algún amigo. No es culpa de nadie, es que ahora todo es muy frio, muy impersonal, a distancia. Es como ver una película o un espectáculo, se recibe información, pero no hay interacción. Yo he sido un abanderado de usar la tecnología para evangelizar y alcanzar a los inconversos, pero como algo adicional y no como un sustituto, pero ahora “todo ha cambiado”. Durante un año por lo menos no visitamos ni a nuestros médicos, tuvimos tele consultas. No fuimos de compras al mercado, comprábamos online y nos traían las mercancías a la puerta de la casa, suspendimos todos los viajes y no visitamos ningún restaurante. Ahora poco a poco las cosas han ido mejorando, pero cuando parece que vamos a volver a la normalidad, surge otro brote y todo vuelve a cambiar. ¿Será que esta va a ser la nueva normalidad? No creo que las cosas alguna vez vuelvan a ser como eran antes de la pandemia. Por los últimos 35 años de mi vida he estado en posiciones con mucha responsabilidad en mi iglesia, muchas cosas estaban sobre mis hombros, pero ahora todo ha cambiado, ya no es lo mismo. Estoy convencido de que algunas personas nunca van a regresar a la iglesia, se van a quedar el domingo en casa para ver un servicio por internet en piyama y tomando una taza de café, sin compromisos, sin responsabilidades. ¿Qué podemos hacer? No creo que mucho. A algunos de nuestros hermanos simplemente se les ha caído el barniz que los cubría, tristemente se están mostrando como son. Otros, están muy atemorizados y confundidos y en verdad, al parecer, todo les va bien, así que piensan que no tienen por qué “arriesgarse”. Sin embargo, hay buenas noticias. Jesús se caracteriza por hacer las cosas milagrosas usando a aquellos que se acercan a Él. Observa a los primeros discípulos. Mira a Simón que se convirtió en Pedro (la Roca). Aquel puñado de hombres comunes que se convirtieron en seguidores de Cristo cambiaron al mundo. Jesús nunca le cayó detrás a nadie, Él obraba con los que aparecían. Tal vez sea hora de reevaluar algunos de nuestros conceptos, incluyendo los parámetros para medir a un ministerio exitoso. ¿Qué cambios operan en la vida de la gente los ministerios que tenemos? ¿Se conoce nuestra iglesia en la comunidad por el edificio o por el impacto que ejerce en la comunidad? ¿Cuánto tratamos de imitar a otros que pensamos que son exitosos? ¿Qué debiéramos cambiar? ¿Cuánto tiempo empleamos en oración y el estudio de la Biblia y cuánto es estudiar y analizar estrategias? ¿Estamos dándoles oportunidades a otros para que sirvan o confiamos en la “estructura”? ¿Te has preguntado cómo tu iglesia pudiera cambiar al mundo? ¿Qué debes cambiar en tu vida? Personalmente, no creo que alguna vez las cosas van a volver a ser como eran antes de la pandemia, que no hizo más que mostrar nuestra vulnerabilidad. Habrá una nueva medida de lo normal, y a eso tendremos que ajustarnos y acostumbranos, y en ese nuevo medio, tenemos que responder a nuestro llamado para ganar al mundo para Cristo. Un puñado de hombres comunes pudieron transformar al mundo para siempre, y nosotros también tenemos la posibilidad de hacerlo, si como ellos, nos despojamos de nuestro YO y nos ponemos incondicionalmente en las manos del Maestro.

domingo, 9 de enero de 2022

Dios nos usa para Su gloria

Entre mis costumbres, tengo la de leer y escribir cada vez que termino una de mis asignaciones trimestrales de LifeWay, para editar el contenido del material de los estudios bíblicos para adultos. Casi siempre aparece algo imprevisto que requiere mi tiempo y atención, pero pienso que eso es parte de la vida de los jubilados, a lo menos en mi caso. Justo ayer había retomado un estudio bíblico que comencé hace algún tiempo sobre la santidad de Dios que publicaré en mi blog, pero algo inesperado ocurrió. Como ha sucedido en múltiples ocasiones, descubrí en Facebook un nombre y un rostro que me eran familiares, aunque no conozco a la persona. Algo me movió a enviarle una nota y una solicitud de amistad. Le dije, tú no me conoces pero yo soy primo de tu padre, soy primo hermano de él y más que primo, somos hermanos. Algunas veces nunca he recibido respuesta a mensajes parecidos. Otras las respuestas no han sido agradables, en ocasiones me he llevado una sorpresa y en algunas oportunidades, como en esta, he recibido una bendición no esperada. Esta fue la respuesta que recibí: Iván Fernandez Hola. Le cuento k cuando yo era niño su papá me llevaba a la 1era iglesia Bautista de Santa Clara. Yo era pequeño pero no lo olvido. Muchos años después. Sobre el año 95 comencé a visitar esa iglesia y me bauticé Yo le he contado a mi papá que en ocasiones de aniversarios de nuestra iglesia han puesto fotos antiguas de miembros y actividades de la Iglesias y ponen fotos de su Papá Gracias a Dios mi esposa y mis hijos son cristianos. Mi hermano jimagua y toda su familia son cristianos. Y tu primo Aloysi Busquets es un discípulo de Cristo. Somos muy bendecidos en mi hogar. Así que su papá fue el instrumento que Dios usó. No creo que hagan falta explicaciones, ya que sobran las palabras. Se podrán imaginar cuántas emociones me hicieron sentir esas palabras. Lo primero que vino a mi mente fue el llamamiento que le hizo Jesús a Sus discípulos. Ellos eran gentes humildes, no eran académicos ni profesores. Eran simples pescadores que soltaron sus redes y dejándolo todo siguieron al Maestro. Y Jesús siguió y sigue llamando a personas imperfectas y muchas veces sin preparación académica ni secular, para que se conviertan en pescadores de hombres. Mi padre fue un hombre sencillo. El hijo menor de una familia de cinco hermanos. El padre murió de tuberculosis cuando mi papá tenía apenas ocho años. En aquellos tiempos no había alternativas, él tuvo que abandonar la escuela y salir a la calle a vender periódicos y limpiar zapatos de sol a sol, para poder llevar algunos centavos a su casa para ayudar a la madre a comprar alimentos para darles algo de comer. Todos los hermanos hacían lo mismo, trabajando cuando debían de haber estado estudiando. Nadie de esa generación familiar logró estudiar algo. El hambre puede ser más importante que el intelecto. Y de la segunda generación, solo tres estudiamos. Una se graduó de enfermera, otro de técnico en refrigeración y soldadura y yo fui el único que pudo llegar a la Universidad, por el sacrificio de mis padres y la bondad de Dios. Mi madre era hija de una familia numerosa de campesinos pobres en la que todos los niños tenían que salir a la calle a trabajar para ayudar a la precaria economía familiar. Mi abuelito vendía pollos y huevos, como vendedor ambulante por las calles de Santa Clara. Eran cinco niñas y cuatro niños y todos tuvieron que dejar la escuela para salir a la calle a trabajar en lo que encontraran. Mi mamá encontró trabajo como sirvienta, para ayudar a criar a un niño pequeño y realizar otras tareas domésticas en la casa del pastor de la Primera Iglesia Bautista de Santa Clara. Allí recibió a Jesucristo y se bautizó. Cuando mi papá comenzó a enamorarla, ella lo llevó a la iglesia y también él recibió a Jesucristo y se bautizó. Para ese entonces, ya mi padre trabajaba en una tienda de ropas ubicada en la Plaza del Mercado de Santa Clara, en la cual trabajó hasta que el gobierno de Castro intervino y cerró la tienda en el año 1960. Desde los inicios, mi padre sintió pasión por el evangelio y en la Unión de Preparación adquirió algunas habilidades. Pronto comenzó a predicar y a evangelizar. El pastor de la iglesia personalmente dirigía un grupo de discipulado con algunos hombres y mi padre estaba entre ellos. Fue seleccionado y ordenado como diácono, leía su Biblia con pasión y el pastor le traía libros para ayudarle a profundizar en su lectura. Fue seleccionado para iniciar una misión con dos o tres hermanos más y fueron varias las misiones de las cuales estuvo a cargo. Todas las semanas predicaba en alguna de las misiones de la iglesia y algunas veces en el templo de nuestra iglesia. Fue un líder local, provincial (Estatal) y convencional. El único libro que logré sacar de Cuba y conservo, es un Diccionario Bíblico que le regaló la Primera Iglesia Bautista de Santa Clara a mi padre, en el año 1954, por su constancia en el trabajo en la misión de Virginia. Sirvan estas pocas palabras para honrar la memoria de mi padre, cosa que nunca había hecho antes. Y lo hago solamente para llamar la atención, para que no descuidemos la importancia que tiene llevar los niños a la iglesia, eso es verdaderamente importante. De aquellos niños de la familia que mi papá llevaba a la iglesia, hoy a lo menos tengo ubicadas a cuatro familias de cristianos activos y fervientes. Y para que aquellos que sienten la voz de Dios llamándoles a servir sean obedientes y no miren a lo que no tienen o no han logrado alcanzar, sino para que miren a Aquel que lo tiene todo y da hasta que sobreabunda, sea el nombre de Dios Glorificado, Amén.

jueves, 2 de septiembre de 2021

¿Quién es Jesús?

Por Dr. Óscar J Fernandez, Publicado por Baptist Press en Español.


A veces lo frecuente o repetido, acaba haciéndose costumbre, al punto de pasar inadvertido. Sucede con todo. Por ejemplo, la pequeña mancha en la camisa, detectada cuando ya vamos conduciendo y sin tiempo para regresar a cambiarnos, hasta el bote de la basura al lado de la puerta de la oficina. Al principio es casi ofensivo e inadmisible, para poco a poco ir perdiendo la importancia inicial hasta que dejamos de notar el problema y llegar a obviarlo. Y así sucede con casi todo en esta vida. El ser humano tiende a acostumbrarse a las cosas, tanto buenas como malas, al punto de dejar de notar lo que en un momento le produjo admiración o rabia.

Me he sorprendido muchas veces, prestándole más atención a la introducción de un sermón o estudio bíblico o a la búsqueda de una ilustración que enfatice la enseñanza que al llamamiento que haré al final. Tal vez, el no ver muchas caras nuevas, nos pudiera llevar a asumir que todo el mundo en la audiencia conoce a Cristo y que lo ha recibido como Señor y Salvador, e incluso que sabe perfectamente el contenido y propósito de la invitación que hacemos al final, si es que llegamos a hacerla.


Pero incluso, teniendo en cuenta a algunos que consideramos cristianos, porque asisten regularmente a una iglesia, ¿sabemos qué piensan ellos de Jesucristo? La lectura de Mateo 16:13-20 me lleva a formularme esa pregunta. Si decidiéramos hacer una encuesta en un centro comercial o en una esquina o parque popular en nuestra ciudad para preguntarle a las personas si saben quién es Jesús, probablemente nos sorprendería ver que la mayoría de las personas tiene alguna idea, aunque pudiera ser errónea, de Jesús. Creo que Él no es un desconocido.

Jesús se encontraba con Sus discípulos en el norte en la región de Cesarea de Filipo. Había convivido con ellos por más de dos años y medio. Ellos lo habían escuchado, lo habían visto orar, lo habían observado actuando ante diferentes situaciones, habían presenciado Sus milagros desde convertir el agua en vino hasta levantar a Lázaro de la tumba, se podía decir que sin lugar a duda ellos conocían a su Maestro. El contexto en el que se encontraban no era favorable a ellos, no había personas que estuvieran maravilladas por la presencia de Jesús. Los líderes religiosos judíos lo rechazaban. Los fariseos no daban crédito a las señales que Jesús había hecho en la tierra y pedían que les diera una señal del cielo. La actitud de ellos me recuerda el refrán que dice que: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Entonces Jesús les pregunta: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” (Mateo 16:13b). Las respuestas que dan los discípulos sobre lo que dice la gente nos muestra claramente que Jesús era una figura popular. Me llama la atención que Jesús no preguntó lo que decían los líderes religiosos judíos.

En medio de ese ambiente, Jesús decidió que era tiempo de que sus discípulos se graduaran del curso intensivo que Él les había impartido, y como examen final los confrontó con la pregunta más importante que podía hacerles: 15 ¿Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? (Mateo 16:15b). Esta pregunta me ha hecho meditar muchas veces en la posibilidad de que alguien pueda llegar a estar muy cerca de Jesús y, sin embargo, no conocerlo. No hubo una conferencia de discípulos para elaborar una respuesta colectiva, ni solicitaron un tiempo para elaborar una tesis y presentarla para ser discutida. Simplemente hay once discípulos que callan y uno, Pedro, que dice: …”Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. (Mateo 16:16b).

En este caso la calificación no se demora y Pedro se gradúa con distinción, con Suma Cum Laude, y su título no puede ser más excelso. “17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”. (Mateo 16:17-19). Casi todas las personas, a lo menos han escuchado hablar alguna vez, de Jesús. Pero no es suficiente con eso. No creo que resulte fácil encontrar a alguien que diga: “Yo no sé de quien usted me habla”. Pero no es suficiente con conocer la información. De ahí la importancia de este asunto. Nos encontramos ante una pregunta de vida o muerte que afecta a todos los seres humanos incluyéndonos a nosotros. Y hemos sido comisionados para decirle al mundo quien es Jesús.

Esa tiene que ser nuestra tarea a tiempo y fuera de tiempo. Tenemos que ser mensajeros permanentes que sin descanso le mostremos al mundo inconverso que nos rodea, con nuestras vidas y nuestro mensaje el camino de la salvación.

Esta es nuestra tarea más importante y debe quitarnos el sueño cuando vemos personas que tendrán que enfrentar la eternidad sin que alguien les haya testificado de Jesús. Todo lo demás que hagamos en la obra de Dios tiene menos importancia. Presentemos sin cansancio y sin descanso a el Cristo, el Hijo del Dios viviente a este mundo secular que nos rodea.

miércoles, 14 de julio de 2021

Nuestro Día ya viene llegando...

Así comienza una popular canción de Willy Chirino, que no creo que haya un cubano, a lo menos en Estados Unidos, que no conozca, porque de una forma u otra refleja una parte de la realidad de los cubanos que vivimos en el exilio, regados por todo el mundo. Es muy difícil de predecir lo que va a suceder en la Isla que nos vio nacer. Cada uno de los que un día, dejándolo todo atrás nos lanzamos a la aventura del exilio, tiene una historia y una experiencia diferente, sin embargo, todos estamos de acuerdo en una cosa bien simple: queremos que en Cuba haya paz, que se respeten los derechos humanos, que haya prosperidad y que haya libertad. He profundizado en las noticias que he podido ver y lo que he percibido es muy triste. He visto a las fuerzas represivas del gobierno lanzarse, fuertemente armadas, a golpear y matar a un pueblo indefenso que ha salido pacíficamente a la calle a pedir un poco libertad. No piden comida, ya se han acostumbrado al hambre. No piden ropas, andan con lo que tienen. No piden gasolina, no tienen autos, usan los medios de locomoción que encuentran. No piden lujos pues hay tres generaciones que han nacido bajo el régimen comunista sin conocer lo que esa palabra significa. Sus demandas son simple y elementales quieren tener ¡LIBERTAD! En todo sentido. Libertad de expresión, de movimiento, de pensamiento, de asociación, religiosa… El COVID fue solo la mecha que hizo estallar la acumulación de las frustraciones que está viviendo día a día el pueblo en la Isla. ¿Qué va a pasar? Depende mucho de la comunidad internacional. No creo que el gobierno le vaya a hacer concesiones al pueblo, y las ayudas siempre van a parar a las manos del Partido Comunista. Por eso, es necesario que, en esta hora, que haya presión internacional, tal vez ya es la hora de que Cuba pueda seguir el camino de Polonia, Rumanía y el resto del antiguo campo socialista. Eso no se logra en un día, pero ya han pasado 62 años de fracaso gubernamental en detrimento de un pueblo que ha sufrido más de lo que la historia permite. Nadie espera ni quiere que alguien intente invadir militarmente a la Isla. Los cubanos de la Isla son suficientes para reordenar y reorganizar el desgobierno que impera allá, y la comunidad internacional de cubanos está dispuesta a ayudar y participar en la edificación de lo que pudiera ser el milagro de las Antillas con una Cuba LIBRE y SOBERANA. Las manifestaciones pacíficas del pasado domingo 11 de julio en la Isla y las que se están realizando en diferentes partes del mundo por cubanos exiliados, han hecho que muchos gobiernos vuelvan sus ojos y se pronuncien en favor de los humildes de Cuba y no de los arrogantes gobernantes de la Isla. Ha brotado un rayo de esperanza. Lo que vi el domingo llenó mi corazón de alegría, esperanza y nostalgia. Me hubiera gustado que algunos amigos muy queridos de la ciudad de Albuquerque, en New Mexico, que hoy no están con nosotros, hubieran podido ver a las gentes colmando las calles de muchos pueblos y ciudades. No puedo menos que recordarlos y derramar una lágrima por ellos, porque soñaron con un día poder ver lo que hoy estamos viendo. Recuerdo especialmente a: José Sánchez, Dago Ruiz, Julio Ramos, Estela y José Ramón Hernández, José y Josefina Duarte y Eyén Grau. Ellos murieron con la esperanza en sus corazones de que un día Cuba volverá a ser libre. Para nuestros amigos y hermanos que nos son cubanos, esta es una experiencia muy difícil de entender. En el año 2019 más del 15 % de los cubanos vivíamos permanentemente fuera de la Isla siendo los países con mayor concentración de cubanos los siguientes en orden de cantidad: Estados Unidos, España, Uruguay, Italia, México, Venezuela, Canadá y Chile. Por eso quise usar el titulo de la canción de Willy Chirino, pues su letra refleja fielmente mi experiencia y la de muchos de los cubanos que vivimos fuera de la Isla. Pidiéndole permiso a Willy, la canción dice así: Apenas siendo un niño allá en Mantilla, Mi padre me vistió de marinero, Tuve que navegar 90 millas, Y comenzar mi vida de extranjero, Huyéndole a la hoz y al verde olivo, Corriendo de esa absurda ideología, Pues nunca quise ser aperitivo, Del odio, del rencor y la apatía. En la maleta traje un colibrí, un libro de Martí, un sueño y un danzón, Vino Beni Moré de polizón, junto a los Matamoros y a Cuní, Me traje una palmera y un bohío y hasta Pinar del Río lo relocalicé, En mi humilde lugar de alojamiento… Saliendo de la dura realidad, De todo el que se tira a la maroma, de sobrevivir fuera de su idioma, De sus costumbres y su identidad, Pasó lo que tenía que pasar, de mi nueva ciudad tomé su abrigo, Pues la resignación es fiel amigo, del hombre cuando tiene que emigrar, Y pese a la distancia y al ataque, del rígido almanaque, Yo vivo con la suerte de sentirme cubano hasta la muerte, De ser amante de la libertad, Hoy que mi pueblo vive ilusionado, yo me siento inspirado, Y un son estoy cantando, Anunciándole a todos mis hermanos, que nuestro día ya viene llegando… La Biblia nos enseña que Dios es quien pone y quita a los reyes. Y el apóstol Pablo nos manda a orar por los gobernantes. Un derecho en la garganta del pueblo es más poderoso que un ejército. Hoy, TODOS los cubanos del mundo estamos llamados a unirnos en oración para clamar a nuestro Dios por Cuba. Que haya completa libertad para TODOS y no para unos cuantos, que la alegría regrese a la familia cubana, que nadie venga a imponernos lo que debemos pensar y lo que tenemos que decir. El juicio de la historia es implacable e inexorable. Muchos tendrán que escoger de que lado van a estar. Pero me parece que es sobrado el tiempo para que Cuba pueda ser: ¡CON TODOS Y PARA EL BIEN DE TODOS! José Martí